Actividad
Según la asociación de concesionarios española Faconauto, las ventas de coches en España han caído en lo que va del año un 40%. En el resto de Europa, las ventas se han reducido en torno a un 15%. Además, la asociación dice que en 2008, los precios de los coches han bajado un 3% y que para el próximo año se espera que se reduzcan otro 5%. En una industria como la del automóvil, donde los márgenes sobre ventas son ínfimos, una reducción de los precios de venta supone, para la mayoría de las empresas del sector perder dinero.
La situación en Estados Unidos
La situación en Norteamérica es aún más grave. Los tres principales fabricantes de automóviles, General Motors, Ford y Chrysler se encuentran en el borde del abismo. GM, que hasta el año pasado era la empresa líder en el sector por número de automóviles vendidos (más de 9 millones), ha visto como sus ventas se desplomaban más de un 45% durante este año (las de Ford un 30%), llevando declarar el 7 de Noviembre que si para el año que viene no recibe entre $11.000 y $14.000 millones, no podrá continuar con su actividad. Y es que las ventas de coches en Estados Unidos están al nivel de los años ’80 cuando vivían 50 millones de personas menos. La desconfianza hacía GM, Ford y Chrysler es tal, que las mayores aseguradoras del país están dejando de suscribir las pólizas de crédito que cubren el posible impago de los fabricantes a los proveedores.
Como podemos observar en el gráfico desde Noviembre de 2003, General Motors y Ford han perdido más del 80% de su valor en bolsa.
La industria del automóvil en Estados Unidos, lleva años en decadencia. Enormes vehículos que consumen ingentes cantidades de gasolina fueron superados por el diseño y la eficiencia tecnológica japonesa. Ahora en momentos de crisis, cuando hay que reducir gastos, no parece sostenible mantener el prototipo de coche americano.Además del diseño, las empresas norteamericanas perdieron la batalla de la eficiencia productiva. El sistema just-in-time, por el cual, entre otras cosas, se reducían los costes de almacenamiento, permitió a Toyota (su inventora), convertirse en la empresa líder del automóvil, tanto en beneficios como en unidades vendidas. Todo un ejemplo de eficiencia.
Desempleo
David Cole, del Center for Automotive Research, planteó la semana pasada un escenario donde la producción de automóviles en Estados Unidos se viese reducida en un 50%, que no es muy pesimista teniendo en cuenta el descenso de ventas de GM y Ford. Cole, estimaba que esto iba a costar 2,5 millones de empleos solo en el primer año. Unos 240.000 empleados de los fabricantes en sí, 795.000 de los proveedores y otros 1.400.000 que trabajan de forma indirecta para la industria automovilística, costando a la Administración nada menos que $200.0000 millones. Aquí en España, ya se han presentado los primeros EREs: 4.500 trabajadores de SEAT en Barcelona, 4.000 de Renault, 1.700 de Nissan en Barcelona, 600 de la planta de GM en Zaragoza y un largo etcétera.
Ayudas y medidas a tomar
En Septiembre, el Congreso de los Estados Unidos concedió un paquete de ayudas de $25.000 millones a los fabricantes de automóviles para “ayudar a adaptarse a las nuevas normas de eficiencia energética”. Sin embargo, la semana pasada Barak Obama, reclamaba medidas directas para evitar que los fabricantes de automóviles se colapsen. En Alemania, donde el sector del automóvil juega un papel central en la economía, se ha propuesto la concesión de “créditos blandos” para las empresas fabricantes. Sobre los límites a los rescates financieros hablamos aquí.
En España, se espera consensuar medidas con la Unión Europea. Mientras tanto, algunas de las medidas propuestas tienen miras más a largo plazo ya que se corre el riesgo de que muchas empresas decidan marcharse y montar sus cadenas de montaje en otros países. Así, desde la Consejería de Innovación Catalana, se propone la “introducción de barreras proteccionistas para evitar la entrada de coches chinos que acaben con las plantas europeas como sucedió en el sector textil”. La Consejería también propone que la innovación del coche eléctrico sea una prioridad nacional.
Las medidas proteccionistas no tienen ningún sentido en el siglo XXI, donde la economía está tan globalizada y donde las exportaciones e importaciones son casi el alma mater de la economía. Yo me quedo con la prioridad en la innovación. Toda economía que quiera progresar tiene que hacer un gran esfuerzo en investigación y desarrollo, pero no solo en materia medio ambiental (energía, coches, etc.), si no que el desarrollo y mejora de los procesos productivos en todas las industrias ha de ser la prioridad, si queremos que nuestro tejido industrial no padezca lo que la industria del automóvil en Estados Unidos.