Telefónica ya ha presentado los resultados del tercer trimestre y podemos intuir ya como va a terminar el año. Así como el año pasado se benefició de unos resultados extraordinarios derivados de la actualización de su participación en Vivo, este año le pasa lo contrario y la provisión de 2.671 millones para los gastos de reestructuración de la plantilla de España de los próximos tres años le ha perjudicado, pero si nos olvidamos de estos extraordinarios la situación no es tan extrema y no se justifica un precio tan bajo de su cotización. Indudablemente no se puede decir que hay crecimiento porque no lo hay a excepción de en las ventas, que lo hacen porque se incluye el 100 % de Vivo, pero no se crece ni en términos de EBITDA, ni en cash-flow ni en el beneficio neto.
Sin tener en cuenta los costes extraordinarios y si la situación económica en España no se tuerce mucho más de lo que ya está, seguramente terminará el año con un cash-flow por acción de 3,05 euros, un beneficio neto de 1,36 euros, una deuda neta de unos 56.000 millones y una relación deuda neta/EBITDA de 2,55 veces que debería plantearse reducir por debajo de 2 veces para no ser penalizada por las agencias de rating. Esto significaría reducir la deuda neta por debajo de los 44.000 millones y no hay por qué hacerlo de golpe sino poco a poco. Reducirla en 10 años le restaría cada año 0,26 euros al cas-flow generado y como parece que la empresa necesita un ritmo de unos 8.900 millones al año de inversiones para el mantenimiento del negocio, que es lo mismo que 1,95 euros por acción, resulta que ya tendría comprometidos 2,21 euros por acción y le quedarían 0,84 euros para distribuir entre sus accionistas como dividendo, que al precio actual de 14,18 euros resulta una rentabilidad por dividendo del 5,92 % que no está nada mal.
Pero parece que la empresa no está por la labor de emprender el camino de reducir deuda y prefiere pagar un dividendo que aparenta ser insostenible en el tiempo, sobre todo los 1,65 euros prometidos para 2012, y que solo se puede pagar reduciendo las inversiones o aumentando la deuda para pagarlo.
En un entorno como el actual en el que resulta complicado crecer, incluso con nuevas adquisiciones, lo que prima es reducir costes y no solo el coste de personal sino que también hay que reducir el coste financiero sobre todo teniendo en cuenta que con la bajada de rating y con el entrono económico actual cada vez que tenga que renovar una emisión la nueva le va a salir más cara que la anterior.
No solo pagando un alto dividendo se crea valor para el accionista. El beneficio no distribuido también crea valor si no se malgasta ya que aumenta el patrimonio neto y por lo tanto el valor contable de las acciones y eso acaba reflejándose en la cotización, de forma que un planteamiento como el descrito antes de mantener el nivel de inversión en los 8.900 millones anuales combinado con una reducción de la deuda y destinar el 60 % del bpa a dividendo podría reportar al accionista una TIR superior al 9 % anual en los próximos diez años solo con que se mantengan el cash-flow generado y el bpa sin crecimiento.
Lógicamente esto no es una recomendación de compra, simplemente es una interpretación personal de la información que la empresa comunica a la C.N.M.V. y nada impide que se pueda comprar más barata.
Saludos.
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