Primera edición: 25 de septiembre de 2009.
Cuando invertimos en bolsa, una vez tomada la decisión de comprar acciones de una determinada empresa la siguiente preocupación que nos suele asaltar es la duda sobre cuando deshacer la inversión, y si además tenemos la fortuna de que nuestra compra se ha revalorizado en un periodo más o menos corto de tiempo, más fuerte es la tentación de vender las acciones.
Es curioso, porque si tomamos la decisión de invertir estos mismos ahorros en, por ejemplo: una plaza de aparcamiento, o una vivienda, o un local comercial la preocupación no es averiguar cuanto se ha revalorizado, sino sacarle rentabilidad a la inversión mediante un alquiler. Y si conseguimos alquilar el bien, ya no nos preocupamos más que de cobrar la renta mensual y muy buena tendría que ser la oferta de compra para desprendernos de lo comprado.
La misma filosofía deberíamos aplicarnos cuando compramos acciones de una empresa.
Si hemos comprado acciones de una buena empresa, con buenos fundamentales, con visibilidad del negocio y con una buena rentabilidad, no deberíamos estar todo el tiempo mirando si se ha revalorizado o lo ha dejado de hacer. Solo en el caso de que la empresa tuviera un cambio importante en su negocio que ya no justificase los motivos por los que hemos invertido en ella los ahorros, o que nos las comprasen pagando un buen precio, tendría sentido la desinversión.
Para estar informados del devenir de la empresa tenemos la información que esta comunica a la CNMV, que nos permite conocer de una forma, en teoría, real la situación de la empresa y así poder comparar con el motivo que nos impulsó a invertir en ella.
Para saber si el precio del mercado es una oferta lo suficientemente buena como para desprendernos de ella tenemos un indicador que se suele utilizar bastante a menudo: la relación EV/EBITDA o mejor aún la relación EV/(EBITDA-GF) en la que GF son los gastos financieros.
En general, aunque no es así para todos los sectores, una relación igual o mayor de 11 veces es un precio razonable de venta.
Así por ejemplo si uno ha invertido en acciones de Viscofán pensando en el largo plazo, mientras la deuda neta de la empresa y su EBITDA estén como ahora, no tendría sentido vender por menos de 38 euros. Y seguramente habrá que subir el listón el año que viene si el EBITDA continúa subiendo.
En el caso de Gas Natural no habría que planteárselo por menos de 23 euros.
Y en el caso de Repsol se entiende que los señores de Sacyr no quieran vender su paquete, porque venderlas por menos de 35 o 40 euros es perder dinero.
Saludos.
Nota: Para ver el indice de las empresas publicadas pinche aqui