No soy muy amigo de la introducción de anglicismos, más allá de los necesarios por el progreso y el desarrollo, que no suelen tener una traducción inmediata. Pero este término, “Spanish Revolution”, encierra un tono de sorpresa y admiración del resto del mundo, sobre un movimiento espontáneo, juvenil, pacífico y reivindicativo, surgido en España, sin antecedentes similares.
Con una tasa de paro juvenil próxima al 50%, entre los que se cuentan muchos universitarios, que ven como una vez terminada su carrera el mercado laboral no les ofrece un puesto de trabajo y si se encuentra es con unas condiciones un tanto precarias, que no les inspiran ilusión ni confianza en el futuro. Dos conceptos imprescindibles para el estímulo vital. Esta es la base de la protesta del movimiento 15-M “Spanish Revolution”. Sin olvidar que son también conscientes del gran expolio habido en los últimos 15 años, donde la codicia y la corrupción han campeado sin sonrojo ni pudor, de forma impune.
En la historia contemporánea y en contextos diferentes; Mayo del 68, la primavera de Praga, las protestas de Tiananmen y la caída del muro de Berlín (1989) o la reciente primavera árabe, fueron movimientos que tuvieron repercusión mundial y acabaron aportando su “granito de arena”, a esta lenta pero imparable evolución hacia un mundo más justo, que de forma inexorable llegará aunque todavía deban de pasar muchos, muchos años.
A pesar de los esfuerzos de algún diario de reciente creación, cuyo fundador nació y creció en la conspiración permanente, primero contra el general Franco a favor de D. Juan, luego contra Felipe González y ahora no sabemos bien quien hay detrás y que se propone. Raro es el día que no nos sorprende con un libelo en titulares, para satisfacer la demanda de su exigua y radical “clientela”.
Así llegamos a la jornada de ayer, secundada en más de 65 países del mundo, en ciudades como Paris, Berlín, Londres o Nueva York. Aquí en España, según nota del Ministerio del Interior: "La jornada ha terminado sin incidentes ni acampadas en las ciudades cuyo control corresponde a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado". Para desdicha de algunos que les hubiera encantado ver una guerra campal, con contenedores incendiados, vehículos volcados y todos aquellos actos violentos inimaginables para justificar su actitud conspirativa.
El grito mudo a las 0,00 horas fue todo un símbolo de civismo y reivindicación.
Solo al llegar la madrugada la plaza se fue vaciando y poco antes de las 5.00, cuando quedaban aún unos cientos de indignados, la policía ha irrumpido en la plaza, ha cerrado el acceso a Sol y ha desalojado a los indignados.
El sistema está agotado. La polarización de la sociedad, es otra de las asignaturas pendientes. Esta se basa en las desigualdades sociales, que algunos se empeñan en mantener a toda costa en una clara estrategia de “divide y vencerás”. Pero llegará el día que esto no sea así.
2