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Trabajador autónomo

Un autónomo o trabajador autónomo es una persona que trabaja de manera independiente y por cuenta propia. En lugar de ser empleado por una empresa u organización, un autónomo establece su propio negocio o ofrece sus servicios de manera individual. Esto significa que el autónomo es el responsable de su negocio, gestión, horarios y finanzas.

Un trabajador autónomo es una persona que decide embarcarse en la aventura de trabajar por cuenta propia. En lugar de ser empleado de una empresa y recibir un salario fijo, el autónomo es su propio jefe, y suele encargarse de todo lo que concierne a su negocio o actividad económica. Esto implica no solo llevar a cabo su trabajo principal, sino también gestionar los aspectos administrativos, fiscales y financieros de su actividad.

La decisión de ser autónomo puede surgir por diferentes motivos. Algunas personas eligen este camino porque ven una oportunidad de negocio o porque desean seguir una pasión. Otras, quizás por circunstancias de la vida, optan por ser autónomos al no encontrar un trabajo que se ajuste a sus necesidades o habilidades.

En España, el término "autónomo" está muy ligado a la Seguridad Social. Quien decida ser trabajador por cuenta propia debe registrarse en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Al hacerlo, adquiere una serie de obligaciones, como pagar cotizaciones mensuales, que le darán derecho a prestaciones como la jubilación, la baja por enfermedad o el desempleo, aunque estas condiciones suelen ser diferentes a las de los trabajadores por cuenta ajena.

Una curiosidad es que no todos los autónomos son iguales. Según la actividad que desarrollen y cómo la realicen, pueden clasificarse en diferentes categorías. Por ejemplo, hay autónomos que, a pesar de trabajar por cuenta propia, lo hacen exclusivamente para un único cliente, lo que en ocasiones puede generar debates sobre si verdaderamente son autónomos o deben ser considerados asalariados.

Por otro lado, ser autónomo puede parecer un reto, y en muchos aspectos lo es. Se tiene una mayor libertad, pero también una mayor responsabilidad. No hay un salario fijo a final de mes, lo que significa que los ingresos pueden variar y, en ocasiones, puede haber períodos de incertidumbre. Sin embargo, también se tiene la libertad de gestionar el propio tiempo, de decidir qué trabajos aceptar y de dirigir la actividad profesional hacia donde se desee.

En la actualidad, gracias a la revolución digital, muchas personas han decidido dar el salto al mundo autónomo. Sectores como el diseño, la programación o la creación de contenidos digitales han visto un aumento significativo de trabajadores que, desde sus casas y con un ordenador, prestan sus servicios a clientes de cualquier parte del mundo.

Características del trabajador autónomo


El trabajador autónomo es aquel profesional que decide emprender una actividad laboral por cuenta propia, sin estar vinculado mediante un contrato laboral a una empresa o empleador específico. 

Veamos, a continuación, todas las características que distinguen al trabajador autónomo del anterior:

  • Independencia laboral: A diferencia de un trabajador asalariado, el autónomo organiza y planifica su actividad profesional según sus criterios. Es su propio jefe y, por lo tanto, tiene la libertad de decidir cuándo, cómo y dónde trabajar.
  • Responsabilidad completa: Al no estar vinculado a una empresa, el autónomo asume toda la responsabilidad sobre su trabajo. Esto incluye la gestión administrativa, fiscal y de Seguridad Social, así como la búsqueda de clientes y el cobro por sus servicios o productos.
  • Régimen fiscal y de Seguridad Social específico: En España, el autónomo se acoge al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Esto implica que debe cotizar mensualmente a la Seguridad Social, independientemente de sus ingresos, y presentar trimestralmente sus declaraciones fiscales.
  • Variabilidad de ingresos: A diferencia de un trabajador por cuenta ajena, que recibe un salario fijo, los ingresos del autónomo pueden variar considerablemente de un mes a otro, dependiendo de la cantidad y tipo de trabajo que haya realizado.
  • Flexibilidad horaria: Una de las grandes ventajas de ser autónomo es que, en teoría, puedes elegir tus horarios. Sin embargo, esto no siempre se traduce en trabajar menos horas, ya que la gestión del propio negocio puede requerir muchas horas de dedicación.
  • Capacidad de adaptación: El mundo laboral está en constante cambio, y el autónomo debe ser capaz de adaptarse a las nuevas circunstancias, tecnologías o demandas del mercado para mantenerse competitivo.
  • Inversión inicial: En muchos casos, para empezar su actividad, el autónomo necesita realizar una inversión inicial, ya sea para adquirir herramientas, un local, formación o cualquier otro recurso necesario para su trabajo.

Para finalizar, ser autónomo puede ser muy gratificante, ya que permite desarrollar un proyecto propio y tener una gran autonomía en el trabajo. No obstante, también es un camino que exige mucha dedicación, esfuerzo y capacidad de superar retos.

Tipos de trabajador autónomo


En España, el término "trabajador autónomo" se refiere a aquellas personas que realizan una actividad económica a título lucrativo de manera habitual, personal y directa, sin que estén sujetas a un contrato de trabajo. Pero hemos de saber que dentro de este término genérico, hay distintas modalidades o tipos de trabajador autónomo, según las características y particularidades de su actividad y situación:

  • Autónomo individual o persona física: Es la figura más básica. Se refiere a la persona que decide trabajar por cuenta propia, sin estar bajo la dependencia de un empleador. El individuo autónomo asume personalmente todos los derechos y obligaciones de su actividad.
  • Autónomo colaborador o familiar: Son aquellos familiares del autónomo titular (hasta segundo grado de consanguinidad o afinidad) que colaboran de forma habitual en el negocio o actividad. Se benefician de algunas bonificaciones en la cotización a la Seguridad Social.
  • Autónomo societario: Es aquel que forma parte de una sociedad mercantil (por ejemplo, una SL) y que, por su condición de administrador o por poseer un porcentaje significativo de la sociedad, debe darse cuenta de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). ) en lugar de en el Régimen General de la Seguridad Social.
  • Autónomo dependiente o TRADE (Trabajador Autónomo Económicamente Dependiente): Es un autónomo que realiza su actividad para un cliente que representa al menos el 75% de sus ingresos. Aunque goza de más derechos que un autónomo común (como derecho a vacaciones o a ser indemnizado en caso de terminación de contrato), sigue sin tener todas las ventajas de un empleado por cuenta ajena.
  • Autónomo agrario: Se refiere a aquellos que desarrollan una actividad agraria o ganadera. Tienen un régimen especial en cuanto a cotizaciones y prestaciones, adaptado a las particularidades del sector.

Cada tipo de autónomo tiene particularidades en cuanto a derechos, obligaciones y beneficios. Por eso, es fundamental conocer bien cada modalidad para saber cuál se adapta mejor a la situación y actividad de cada persona. 

Por último, es recomendable, antes de darse cuenta de alta como autónomo, estudiar cada opción y, en caso de dudas, buscar asesoramiento profesional.

Cómo ser trabajador autónomo


Convertirse en trabajador autónomo en España es un proceso que implica ciertos pasos administrativos. Aunque es un proceso que muchas personas llevan a cabo a diario, siempre es bueno tener una visión clara de los trámites a seguir. Aquí te explico de forma sencilla y clara cómo hacerlo:

  • Alta en la Agencia Tributaria: Antes de iniciar tu actividad como autónomo, deberás dirigirte a la Agencia Tributaria para darte de alta en el Censo de Empresarios, Profesionales y Retenedores. Esto se hace presentando el modelo 036 o 037. Aquí, además, indicarás la actividad que vas a desarrollar, según la clasificación de epígrafes del Impuesto de Actividades Económicas (IAE).
  • Registro en la Seguridad Social: Tras el paso anterior, deberás inscribirte en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) de la Seguridad Social. Para ello, hay que rellenar y presentar el modelo TA0521. Una vez registrado, estarás obligado a pagar una cuota mensual que varía en función de la base de cotización que elijas y de las bonificaciones o reducciones que te puedan corresponder.
  • Licencia de actividad o apertura: Dependiendo de la actividad que vayas a desarrollar, es posible que necesites una licencia de actividad o de apertura. Esta se solicita en el ayuntamiento de la localidad donde vayas a tener tu establecimiento o centro de trabajo.
  • Otras gestiones específicas: Según el tipo de actividad, puede haber otros trámites a realizar. Por ejemplo, si vas a contratar a trabajadores, deberás inscribirte como empresa en la Seguridad Social. Si su actividad está relacionada con alimentos, necesitará certificados sanitarios. Es crucial informarse bien sobre las especificidades de su sector.
  • Llevar una contabilidad y cumplir con obligaciones fiscales: Una vez que ya estés dado de alta y operando, tendrás que presentar trimestralmente declaraciones de IVA e IRPF, además de otras posibles obligaciones fiscales dependiendo de la naturaleza de tu actividad. También es recomendable mantener una contabilidad ordenada de tus ingresos y gastos.

Un aspecto que no hay que olvidar es que, aunque hay trámites que son obligatorios para todos, hay otros que dependen del tipo de actividad que vayas a realizar, del lugar donde te encuentres o de si vas a ejercer tu actividad en un local o desde casa. 

Por esta misma razón, es muy recomendable informarse bien antes de iniciar los trámites y, en muchos casos, contar con el asesoramiento de un profesional en el ámbito fiscal y laboral.

Registro de trabajadores autónomos y obligaciones legales


Continuamos con el tema de los trabajadores autónomos en España, centrando la atención en su registro y las obligaciones legales que conlleva esta figura:

Registro de trabajadores autónomos


En España, el trabajador autónomo debe registrarse en dos entidades principales para ejercer legalmente su actividad.

  • Agencia Tributaria: Antes de comenzar cualquier actividad, el autónomo tiene que darse cuenta de alta en el Censo de Empresarios, Profesionales y Retenedores. Se hace presentando el modelo 036 o 037. Aquí se especifica la actividad económica que se va a realizar, basándose en los epígrafes del Impuesto sobre Económicos (IAE).
  • Seguridad Social: Después de registrarse en la Agencia Tributaria, el paso siguiente es inscribirse en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) de la Seguridad Social. Esta inscripción se materializa mediante el modelo TA0521. Una vez hecho esto, el autónomo estará sujeto a las cotizaciones correspondientes, que varían en función de la base elegida y posibles bonificaciones.

Obligaciones legales del trabajador autónomo en España


  • Declaraciones tributarias: Es indispensable que el autónomo presente, de forma periódica, sus declaraciones de impuestos. Esto incluye, entre otros, el IVA y el IRPF. Dependiendo de la actividad, puede haber otras declaraciones a presentar, pero estas dos son las más comunes y universales.
  • Contabilidad: Aunque la contabilidad de los autónomos no está sometida a las mismas exigencias que la de las sociedades, sí es necesario llevar un libro registro de facturas emitidas y recibidas, además de otros posibles libros, como el de bienes de inversión.
  • Conservación de documentos: Todo autónomo debe conservar las facturas, tanto emitidas como recibidas, y otros documentos contables y fiscales durante un mínimo de cuatro años, que es el período en el que la Administración puede requerirlos.
  • Cotizaciones a la Seguridad Social: Al estar registrado en el RETA, el autónomo tiene la obligación de cotizar a la Seguridad Social. Esta cotización da derecho a una serie de prestaciones, como la jubilación, la incapacidad temporal, o la asistencia sanitaria, entre otras.
  • Información y prevención de riesgos laborales: Si bien es cierto que los autónomos sin empleados a su cargo tienen menos obligaciones en este sentido, no están exentos de cumplir con ciertas normativas relacionadas con la prevención de riesgos laborales.

Estas son, de manera resumida y clara, algunas de las obligaciones y pasos a seguir para el registro y operativo de un trabajador autónomo en España. Es fundamental estar bien informado y al día con las obligaciones, ya que el incumplimiento de estas obligaciones puede conllevar importantes sanciones.

La cuota del trabajador autónomo


Ahondemos ahora en la cuota del trabajador autónomo en España, un tema fundamental para aquellos que optan por esta modalidad laboral.

La cuota del trabajador autónomo


Cuando hablamos de la vida de un autónomo en España, uno de los aspectos que más preocupan y generan dudas es la cuota que se debe abonar mensualmente a la Seguridad Social. Esta cuota es esencial, ya que permite al autónomo acceder a diversos beneficios y prestaciones, como la atención sanitaria o una futura jubilación.

La cuota se determina en base a la elección de una base de cotización. Según esta base, que el autónomo puede elegir dentro de unos límites establecidos, se aplicará un porcentaje que resultará en la cantidad exacta a pagar.

Factores que influyen en la cuota de un autónomo


  • Base de cotización: Como mencionamos, el autónomo tiene la libertad de elegir, dentro de unos márgenes, cuál será su base de cotización. Cuanto mayor sea esta base, mayor será la cuota a pagar, pero también mayores serán las prestaciones a las que tendrá derecho en caso de baja por enfermedad, maternidad o jubilación.
  • Tipo de cotización: Es el porcentaje que se aplica sobre la base para calcular la cuota. Para la mayoría de los autónomos, el tipo está en torno al 30%, pero esta cifra puede variar ligeramente dependiendo de las coberturas que se elijan (como la cobertura por cese de actividad o accidentes de trabajo).
  • Bonificaciones: Existen distintas bonificaciones y reducciones en la cuota de autónomos que pueden hacer que esta disminuya considerablemente, especialmente durante los primeros años de actividad. Por ejemplo, los nuevos autónomos suelen beneficiarse de una tarifa plana reducida durante sus primeros meses de alta.

Es relevante mencionar que la cuota del autónomo puede variar a lo largo del tiempo. Por un lado, las bases y tipos de cotización se actualizan anualmente con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Por otro, el propio autónomo tiene la posibilidad de cambiar su base de cotización varias veces al año, ajustándola a sus necesidades ya su capacidad de pago.

Derechos y prestaciones del trabajador autónomo


Como hemos señalado anteriormente, abonar la cuota de autónomo te otorga una serie de derechos, así como prestaciones, que ofrecen al trabajador autónomo una mayor tranquilidad y seguridad ante situaciones no tan positivas que pueden afectar a su vida. En este punto vamos a hablar sobre esos derechos y esas prestaciones con las que cuentan los trabajadores autónomos en España.

Derechos del trabajador autónomo


Cuando un profesional decide embarcarse en el camino del autoempleo, es fundamental conocer qué derechos le respaldan. Aunque normalmente el trabajador autónomo ha tenido menos coberturas que el trabajador por cuenta ajena, con el tiempo, se han ido equiparando.

  • Salud y bienestar: El autónomo tiene derecho a la asistencia sanitaria en las mismas condiciones que cualquier otro trabajador del régimen general. Esto incluye atención primaria, especialidades y hospitalaria.
  • Formación: Existen programas específicos y bonificaciones para la formación continua de los autónomos, con el fin de fomentar la actualización de sus habilidades y conocimientos.
  • Conciliación de la vida laboral y familiar: Los autónomos también pueden disfrutar de permisos en casos de maternidad, paternidad, adopción o acogida, y situaciones similares.

Prestaciones a las que tiene acceso un autónomo


  • Por enfermedad o accidente: Si un autónomo cae enfermo o sufre un accidente que le impide trabajar, tiene derecho a una prestación económica. La cantidad dependerá de la base de cotización que haya elegido.
  • Maternidad, paternidad, adopción o acogida: Al igual que los trabajadores por cuenta ajena, los autónomos pueden disfrutar de una prestación económica durante estos periodos, siempre que cumplan con un periodo mínimo de cotización.
  • Jubilación: Los autónomos también tienen derecho a una pensión de jubilación, que se calculará en función de sus años de cotización y de las bases por las que haya optado durante su vida laboral.
  • Cese de actividad: Es una especie de "paro de los autónomos". Si un autónomo tiene que cerrar su negocio por causas ajenas a su voluntad, puede acceder a una prestación económica durante un tiempo determinado.

En conclusión, el trabajador autónomo, si bien enfrenta desafíos específicos y diferencias respecto al régimen general, cuenta con una serie de derechos y prestaciones que le brindan cierta seguridad y respaldo en diversas situaciones de la vida.

Ventajas y desventajas de ser trabajador autónomo


Ser trabajador autónomo tiene sus luces y sus sombras. Aunque es una forma de trabajo que ofrece independencia y la posibilidad de gestionar un negocio propio, también implica asumir una serie de responsabilidades y desafíos. 

Veamos las principales ventajas y desventajas:

Ventajas de ser autónomo


  • Independencia laboral: Al ser tu propio jefe, tienes la libertad de tomar decisiones, establecer tus horarios y definir la dirección que quieres para tu negocio.
  • Flexibilidad horaria: Puedes ajustar tu horario de trabajo según tus necesidades, lo que puede favorecer la conciliación laboral y familiar.
  • Desarrollo personal y profesional: Al tener que encargarte de todas las áreas de tu negocio, adquieres habilidades y experiencia en diversos campos, lo que puede ser muy enriquecedor.
  • Directa relación esfuerzo-beneficio: Si trabajas más y tu negocio prospera, los beneficios económicos serán directamente para ti.

Desventajas de ser autónomo


  • Inestabilidad económica: No tienes un salario fijo al final del mes. Los ingresos pueden variar y hay periodos, sobre todo al inicio, donde quizás no se obtengan ganancias.
  • Mayor carga de trabajo: Ser autónomo a menudo implica jornadas largas y, en ocasiones, trabajar fuera del horario convencional.
  • Responsabilidad completa: Al ser el único responsable, cualquier problema o fallo recae directamente sobre ti. Esto puede generar un alto nivel de estrés.
  • Gestión administrativa y fiscal: A diferencia de un trabajador por cuenta ajena, debes encargarte de la gestión fiscal, contable y administrativa, lo que puede resultar complicado si no se tienen los conocimientos adecuados.
  • Costes iniciales y gastos fijos: Empezar como autónomo puede requerir una inversión inicial. Además, tienes que hacer frente a la cuota de autónomos y otros gastos fijos independientemente de los ingresos que generes.
  • Ausencia de prestaciones laborales: Aunque los autónomos tienen derecho a ciertas prestaciones, no gozan de las mismas ventajas que los trabajadores por cuenta ajena en temas como vacaciones pagadas, pagas extras, etc.

En conclusión, ser trabajador autónomo puede ser una opción muy atractiva para aquellos que buscan independencia y desean gestionar su propio negocio. Sin embargo, es una decisión que debe ser bien ponderada, teniendo en cuenta tanto las ventajas como las desventajas que implica este tipo de trabajo.

Ejemplo de trabajador autónomo


Para terminar, resulta pertinente concluir con un ejemplo práctico que ilustre todo lo anteriormente explicado.

La historia de Laura, diseñadora gráfica y trabajadora autónoma


Laura es una apasionada del diseño gráfico. Tras trabajar varios años en una agencia, decidió dar el salto y establecerse por su cuenta. Quería la flexibilidad de elegir sus proyectos y clientes, así como la posibilidad de marcar su propio ritmo de trabajo. Decidió, entonces, convertirse en trabajador autónomo.

Al comienzo, Laura invirtió en su equipo informático y software especializado. También creó un espacio de trabajo en su casa, donde se sentiría cómoda y concentrada. Uno de los primeros retos a los que se enfrentó fue la gestión fiscal y contable. Al no tener experiencia en este campo, decidió acudir a una gestoría que la ayudara con los trámites iniciales y la presentación de impuestos trimestrales.

Con el tiempo, Laura empezó a tener un flujo constante de clientes. Algunos meses ganaba más que cuando estaba empleada en la agencia, pero en otros, los ingresos eran más bajos. Esta variabilidad la enseñó a ahorrar ya prevenir posibles períodos de escasez.

A pesar de los desafíos, Laura disfrutaba de la libertad que le proporcionaba ser autónoma. Podía elegir los proyectos que le resultaban más interesantes y tenía la capacidad de ajustar su horario si, por ejemplo, quería tomarse una tarde libre o irse de vacaciones.

Sin embargo, también se enfrentó a algunas desventajas. Las jornadas podían ser largas, especialmente cuando tenía varios encargos con fechas de entrega próximas. Además, cuando caía enferma o decidía tomarse unos días libres, no ingresaba dinero, ya que no contaba con las típicas prestaciones de un trabajador por cuenta ajena.

Con el paso del tiempo, Laura supo adaptarse, creó un fondo de emergencia para momentos de menos trabajo y se formó en aspectos administrativos para tener un mayor control sobre su negocio. Su experiencia como trabajador autónomo es un claro reflejo de lo que muchos emprendedores viven en España: retos, aprendizajes y, sobre todo, la satisfacción de dirigir su propio camino profesional.

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Trabajador autónomo, Francisco Coll, 24 de agosto del '23, Rankia.com

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