Muchas cosas. Creo que Podemos es (o se ha convertido) en un claro partido-empresa. Su prototipo. Al menos te puedo garantizar que "se las está tragando como puños" dentro del Gobierno. O sea, que negocia, que es la seña de identidad de un partido-empresa, y mucho...y quizás, mal. Está tan dispuesto a renunciar a posturas y posiciones "programáticas" que ya es irreconocible. Mira, si no, los Presupuestos y las ridículas medidas fiscales progresivas que ha aceptado, y mira cómo ni se toca a la Iglesia, ni la reforma laboral, ni la ley mordaza, ni la constitución, ni la ley de costas, ni.nada de lo que antes decía era "irrenunciable".Así que Podemos quizás debería cambiar su nombre y llamarse No-Podemos. En cuanto a Madrid, en esto me reafirmo, cada día que pasa es una ciudad más cerrada, facha, cutre, y casposa. Y frente a las fuerzas casi geológicas de la economía, la geografía y la política, que la dejan sin remedio al margen de las grandes líneas de las redes europeas, su supervivencia exigiría el dejar de ser facha, antigua, cutre y casposa. Cosa imposible para el trío Ayuso-Almeida-Monasterio, pues sería pecar. O sea, que si todo sigue así será SÓLO lo que ahora ya lo es: la capital peninsular del mundo del toro, de las mantillas y fachalecos, las procesiones y los intelectuales envejecidos cerebralmente . Y ¿Qué alternativa tiene Madrid en la periferia? Obviamente Barcelona, que sólo está esperando a recuperar su posición de liderazgo a que los independentistas se vuelvan a sus pueblos y masías. Pero mira Valencia. Poco a poco va a ser la alternativa Mediterránea. Y en el Norte, San Sebastián y Bilbao ya se están quitando la herencia de ETA. Y conforme el cambio climático "haga de las suyas", la vida en Coruña, Gijón o Santander será cada vez más grata. Ah! Y lo de los ricos como otra especie. Obviamente, no lo son en términos biológicos. Pero sí lo son (el 1%) en términos económicos. Tanto como consumidores y como productores. Se comportan diferentemente, y la lejanía económica lleva aparejada lejanía emocional. Es algo que los literatos han tratado desde siempre, de cuán lejos están los muy ricos, los aristócratas del dinero de la gentes del común. Para ellos, ni existimos. Por otro lado, si nos fijamos en su relación con los procesos de producción, aparece la pregunta de cómo clasificar a esa "especie" económica que son los "ultraricos". Pues depende. Si eres ultraliberal y sigues a esa "filósofa", Ayn Rand, esa "especie" es la dinámica y creativa, y los demás seríamos unos "zánganos" o "trabajadores" en el hormiguero o colmena humano. Para otros, esos ultraricos son, por contra y fundamental y económicante "rentistas", o sea parásitos.