La SAREB (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria) o popularmente conocido como banco malo, es una sociedad anónima de gestión de activos cuya finalidad es gestionar determinadas categorías de activos especialmente dañados o cuya permanencia en el balance de una entidad se considere perjudicial para su viabilidad.
El valor de transmisión de los activos que se transfieran a la SAREB no podrá exceder de los 85.000 – 90.000 millones de euros y asumirá bienes inmuebles de las entidades financieras con un valor superior a 100.000 euros, los créditos al sector promotor, inmobiliario y de construcción con un valor superior a 250.000 euros, así como participaciones de la banca en inmobiliarias.
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Formarán parte de la sociedad, el FROB con un 49% como máximo de participación, mientras el resto del capital estará en manos privadas (entidades de crédito, aseguradoras y fondos de inversión de activos, gestoras de fondos y pensiones, las sociedades y fondos de capital-riesgo, las sociedades de garantía recíproca, las entidades extranjeras de un carácter similar, el Banco Europeo de Inversiones, las sociedades anónimas cotizadas de inversión en el mercado inmobiliario y otras entidades similares).La razón fundamental de esta configuración accionarial es evitar que el endeudamiento del banco malo compute a efectos de déficit público.
El objetivo de la SAREB será proporcionar liquidez a los bancos con problemas, que se podrán deshacer de sus activos tóxicos, y que sea la sociedad mixta de capital público y privado la que los gestione, tratando de obtener rentabilidad a largo plazo. El consejo de administración tendrá entre 5 y 15 miembros, siendo un tercio de ellos independiente. La SAREB se constituirá por un período de tiempo limitado, a determinar en sus estatutos, que no podrá ser superior a 15 años.