En 1896 se descubrió oro en Alaska.
Miles de personas se desplazaron hasta allí en busca de una oportunidad... por poco dinero que tuvieran todos aportaron algo al negocio del oro. Porque necesitabas dinero para las herramientas, las provisiones y demás.
El 90% perdieron más de lo que aportaron en el inicio de su aventura, en muchos casos esas perdidas se tradujeron en enfermedades cronicas, amputaciones y fallecimientos de lo más variopintos.
El 8% regresaron con un poco más de lo que aportaron al principio, el 2% regresaron como nuevos ricos.
Los vendedores de picos, palas y provisiones obtuvieron unos beneficios superiores al valor de todo el oro arrebatado a la tierra en aquella fiebre del metal amarillo.
Para esta gente que se aprovecharon de aquellos infelices sin experiencia ni conocimientos sobre la idiosincrasia del clima y los peligros que les acechaban cobrándoles precios desorbitados parcialmente justificados por tener que transportar mercancias a un lugar que hasta entonces estaba prácticamente sin civilizar. Para estos sujetos si que fue una verdadera edad de oro.
Esto es y será así hasta el final de los tiempos, porque ganar dinero es una competición... es como el juego de las sillas al que jugabas cuando eras pequeño.
En la Universidad todos los alumnos pueden esforzarse y aprobar (ganar).
Pero lo que es válido en la Universidad no funciona a la hora de ganar dinero... si tu sacas un sobresaliente eso no impide que los demás consigan lo mismo... Pero si tu ganas un millón de euros, alguien en alguna parte del sistema los perderá (ya sea un gobierno, camuflándolo con deuda, ya sea un banco o uno o varios particulares)... esta ley era válida en la fiebre del oro de Alaska y sigue vigente hoy en día tanto si hablamos de bolsa o de una frutería.
Además en muchos de los negocios (juegos) en los que interviene el dinero las ganancias son evidentes e instantáneas para el ganador, pero (y este punto lo complica todo un poco más) para el que pierde las pérdidas pueden tardar un tiempo en llegar, pueden ser perdidas latentes o incluso desconocidas (Madoff, nueva rumasa, preferentes y similares) dando la falsa impresión durante una temporada (que puede durar años o décadas) de que todos o casi todos ganan.
Todo se repite, lo que sucede es que con el paso del tiempo estas cosas se van olvidando o se piensa que esta vez será diferente, además una gran parte de la población adora las mentiras, no les gusta ni les interesa la verdad, por eso entre otras cosas los vendedores de picos y palas, crecepelos y demás están a la orden del día en todo tipo de negocios y asuntos... por eso existen las religiones y la creencia de la vida después de la muerte. Esa creencia es el equivalente a decir que la muerte es mentira... pero la muerte es de verdad y es para siempre...Fijaros en las procesiones y esas multitudes enfervorecidas y emocionadas ante un muñeco de madera que para ellos representa a jesucristo o a una virgen... colócate en medio de esa multitud con un megáfono y diles que sólo es un muñeco... puedes apostar que te moleran a palos... y tienes suerte... hace sólo unos cuantos siglos te hubieran quemado en la hoguera.
Me he desviado en exceso del tema, durante unos segundos he pensado en borrar las últimas ocho lineas, pero lo voy a dejar tal cual... no quiero molestar a nadie... tal vez esté equivocado... tal vez exista un mundo mágico en el que todos nos lo pasemos bomba cada minuto... pero los sacerdotes de todas las religiones tan sólo son unos vendedores de ilusiones y crecepelos espirituales, unos personajes que dicen que sus respectivos Dioses son amor... y ellos se pasan el día dando monsergas cargadas de odio... especialmente hacia las mujeres a las que si pudieran las tendrían mil veces más oprimidas de lo que están en los países árabes.