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Arca Global: Carta a los Argonautas de Noviembre

Queridos Argonautas:

El 16 de Diciembre de 2010 inició su camino el fondo anterior con un valor liquidativo de 10€ por participación. A 30 de Noviembre de 2018 representaba una ganancia del +38,23% sobre el valor inicial y desde el 1 de Diciembre de 2018 hemos continuado la ruta en el fondo ESFERA I ARCA GLOBAL A (en adelante “Argos”). A 31 de Octubre el valor liquidativo- histórico- es de 14,630304 (o, en liquidativo del ARCA: 105,419568€) lo que deja la rentabilidad histórica en +46,30% y en lo que va de año en +8,39%. El mes de Octubre ha sido positivo- con sus vaivenes- tanto para los mercados como para el Argos, y nos ha servido para aprovechar algunos precios e incrementar la posición en alguna empresa. Al igual que en otras ocasiones los movimientos a corto plazo sólo sirven de distracción. La situación sigue complicada y por ello seguimos concentrados en el margen de seguridad y lo que os pueda insistir en la disciplina inversora sigue siendo fundamental.
La siguiente tabla compara el valor liquidativo del Argos con los principales índices:


Si hacemos la comparación viéndola en euros, tenemos que 100.000 euros invertidos en los índices o en Argos serían a esa misma fecha:


 

Los datos de los índices están ajustados por dividendos y splits. Los datos de Argos Arca Global A  son después de comisiones y gastos. Datos no auditados. Fuente www.finance.yahoo.com y www.bolsasymercados.es

Comentario General

“Esto es algo con lo que hemos vivido como consejeros de inversión [se refiere a si lo que ha funcionado hasta el momento, puede seguir funcionado; nota mía]. A menudo estamos equivocados. Lo más importante es que a largo plazo funciona. Déjame que te cuente algo que puedes comprobar estadísticamente. El mayor cambio ha sido en la gestión pasiva. No tienes que seleccionar acciones. Sólo compras el índice, un fondo o un ETF. Esos son principios válidos y los apoyo. Pero si miras a la inversión value desde 1938 o en periodos de diez años, y ha habido 84 de éstos, en todos excepto en once, el value ha superado a todo lo demás en periodos de diez años. El value ha ido por debajo recientemente. Es el segundo peor periodo de diez años desde 1938. Incluso buenos inversores value han sido golpeados duramente y es porque su estilo no está en línea. 
He aprendido que cuando todo lo demás está de moda, como las acciones FANG, ¿quién quiere comprar una acción value barata? Si esas cosas están subiendo, tendrás bajas rentabilidades en el value, y la gente preferirá indexarse. Pero llegará un tiempo en que las cosas se darán la vuelta. Esta marejada de dinero en inversión pasiva volverá hacia los inversores value. Entonces los inversores value, en los próximos 10 años, tendrán su oportunidad para brillar de nuevo.”

Arnold Van Der Berg- MOI Interview- September 2019

“Puede que te hayas dado cuenta de algunos sucesos extraños en Washington DC- extraños incluso con los estándares actuales- y no me refiero a la Casa Blanca o al Capitolio. Estoy hablando de la política de la Reserva Federal. En menos de doce meses hemos visto a la Fed subir tipos, bajarlos, reducir su balance, expandirlo, inyectar liquidez, reducirla y quién sabe qué más cosas tras las cortinas. O bien los directivos de la Fed están confundidos o estamos en algún punto económico de cambio. O posiblemente ambos- no hay libro de instrucciones. Como mínimo, creo que estamos en un punto de inflexión y que la Fed está teniendo que improvisar su política según dictan los sucesos.

Observando todo esto, es fácil fijarse en el presente y olvidarse lo que nos trajo aquí, aquellos efectos “visibles y no visibles” que describió Bastiat. En momentos así, ayuda dar un paso atrás y revisar el proceso que nos trajo aquí.”

John Mauldin- Thoughts From The Frontline- Oct, 18-2019

“Pero peor que la idiota distracción y la pérdida de tiempo, estar ante el terminal de Bloomberg impele a la gente a hacer todo tipo de cosas que es mejor no hacer. La indolencia puede ser constructiva. La distancia es una ventaja poco valorada. Un artículo del Wall Street Journal de 2005 capturó vívidamente el modus operandi de Warren Buffett. En un día de Verano…

`Warren Buffett recibió un fax sobre una compañía de la que nunca había oído hablar. A Buffett le gustó lo que vio. Al día siguiente ofreció comprar Forest River. Cerró el acuerdo en una reunión de 20 minutos una semana más tarde. Él pasa la mayor parte de su tiempo solo en un despacho sin ordenador. Toma decisiones de inversión rápidas, se mantiene lejos de reuniones y consejeros, evita los procedimientos establecidos. En un Miércoles reciente recibió sólo trece llamadas telefónicas, incluyendo una llamada equivocada. ´ [….]

Trabajar sin Bloomberg o estar en Omaha o su equivalente metafórico, no asegura el éxito, naturalmente. Pero ofrece una ventaja distintiva, y fácilmente adquirible, para animar al inversor a centrarse en las cosas que importan- minimalismo informativo.”

Richard Oldfield- Simple but not Easy, pag- 187

“Considera el comportamiento de una cartera hipotética que cada Enero invirtiera en las recomendaciones de una publicación de inversión que hubiera alcanzado la máxima rentabilidad en el año anterior. De acuerdo con [el estudio llevado a cabo por Hulbert Interactive], esta cartera creada por los ganadores de cada año habría perdido casi todo- incurriendo en una pérdida anualizada del 18% desde 1991. Por tanto, $100.000 invertidos en esta cartera desde ese entonces valdría hoy sólo $471 hoy. Esto sugiere que la respuesta apropiada al sorteo de la mejor rentabilidad de un año es correr, no caminar, hacia el lado contrario.”
     
Chris Leithner- Letter Nov, 2019
How to lose 93% of your money- The Wall Street Journal, 12 January 2018

 

En la sección “Varios”, tenéis la comparativa frente a los índices desde que hemos cambiado de navío, aunque seguiré dando más importancia al histórico de largo plazo.

Once meses han pasado ya desde el cambio de navío, al que informalmente seguimos llamando Argos porque seguimos siendo los mismos argonautas de siempre y algunos nuevos que os habéis incorporado recientemente, además de otros que, como yo, habéis seguido aportando más durante el mes. En este mes de Octubre, como sabéis los argonautas de quienes tengo vuestros datos (aquellos que leáis esta Carta y no estéis en contacto conmigo, no lo dudéis… poneros en contacto conmigo lo antes posible) los mercados han subido.

Este mes, ha terminado siendo más positivo que el anterior; ya sabéis, el Sr. Mercado es lo que hace, unas veces nos tienta con fuertes subidas y al poco nos lleva a los infiernos como si no hubiera solución alguna y el Día del Juicio Final hubiera llegado (¡y nos pillara sin confesar!). Pero, la realidad es que, según van pasando los días, los meses, los años vemos que, simplemente, no es más que el comportamiento habitual de los mercados. Volatilidad se le llama… riesgo, quieren otros que creamos que es. Pero desde nuestro punto de vista esta volatilidad sólo es una oportunidad para aprovechar los cambios de humor, de alegría o de temores, del mercado e incrementar nuestra posición en empresas que nos gustan para el largo plazo. 

Hasta cierto punto es lógico tanto cambio de humor; por un lado tenemos que los medios de comunicación concentran su interés en lo que está pasando hoy y por otro lado, tanto el sector financiero en su conjunto como los políticos y bancos centrales, no son capaces de mirar más allá de unos pocos meses o, en el mejor de los casos, la próxima legislatura. En el caso del sector financiero en su conjunto, como bien sabéis, se focaliza en conseguir sus objetivos, a través de las comisiones que pagan los clientes y, para ello, nada mejor que tentarles con lo que está de moda, subiendo o lo que mejor lo ha hecho en el último periodo- siempre corto. 

Este fomentar el cambio de un caballo a otro, este moverse de una silla a otra quizás no es muy rentable para el cliente final, pero sí lo es, en cambio, para la entidad… de ahí que se fomente tanto y que, en la industria de gestión de activos, hayáis de tener en cuenta el ratio de rotación de una cartera o de un servicio de gestión de carteras. Recordad que, en este sentido, la entidad financiera actúa siempre como un crupier de un casino al que se le paga, precisamente, por cuántas cartas sea capaz de repartir. Los incentivos son terriblemente poderosos… si a alguien le pagan por dar tartazos en la cara a unos famosos que no ven otra forma de ganar dinero que metiéndose en una casa para que les humillen en público, tal personaje se disfrazará de lo que sea y se dedicará a dar tartazos.

Al crupier bancario le pasa lo mismo… su labor, por lo que le pagan (aunque no le contrataron para eso… le dijeron que le contrataban para otros asuntos más aceptables moralmente) es para ordeñar todas las comisiones posibles de sus clientes. Mientras el incentivo siga así, no os extrañe el dato que nos indica Leithner del estudio de Hulbert Interactive de la cita inicial, donde desde 1991 hasta 2018, si se hubiera invertido $100.000 en las acciones que más habían subido el año anterior y que, por ello, eran las más recomendadas, y si hubiéramos seguido haciendo eso mismo con el dinero resultante de cada año… en 2018 habríamos terminado con esos míseros $471. No es sólo el efecto de las pérdidas que esas empresas hubieran tenido tras esas estupendas subidas del ejercicio anterior que atrajo la atención del “crupier”, sino también el efecto de las comisiones por tanto cambio de sillas. Desconozco si alguna de esas empresas quebró (no he leído el informe original), aunque no es descartable. Seguramente muchas de esas empresas terminaron teniendo resultados mediocres con el paso de los años, pero, seguramente también, algunas de esas que un año suben muchísimo, al año siguiente las compramos por recomendación y se desploman, quizás con el paso de las décadas terminaron ofreciendo rentabilidades más que atractivas. El problema es que el daño ya se nos había hecho… y al no volver a estar en lo alto del ranking de rentabilidad anual, no volvimos a tener la recomendación de compra.

Conclusión, al ir saltando siempre hacia lo que más rentable ha sido en el último periodo, terminamos llevándonos el gran chasco cuando dicho exceso de buen comportamiento se ajusta a una situación más normal y más cercana a la evolución del negocio de la propia empresa. El error principal es invertir en algo sólo porque ha sido lo que más subió el año anterior, con la ilusión- vana- de que la tendencia continuará. Habrá ocasiones en las que suceda, por un tiempo… pero el efecto acumulado de todas las caídas es imposible recuperarlas con esa misma “técnica”. A eso, lógicamente, le añadimos el efecto compuesto por las comisiones pagadas al “adivinador-del-pasado-que-espera-se-repita-en-el-futuro” … y no es una cantidad despreciable, os lo aseguro. 

Desde el punto de vista value, como sabéis, nuestro foco no está puesto en lo que más ha subido en el año pasado, de hecho suele ser mal sitio para encontrar activos infravalorados que nos ofrezcan margen de seguridad. El foco, en vez de en el precio, está siempre centrado en el cálculo del valor de la empresa en cuestión, pues es hacia ese valor intrínseco de la compañía hacia la que, en el medio o largo plazo (y siempre que no nos hayamos equivocado), tenderá la cotización, ya que ésta termina gravitando alrededor del comportamiento real del negocio de la propia empresa. En ese momento será cuando podamos deshacer la posición y obtener, realizar mejor dicho, la rentabilidad que nos haya generado. El objetivo no debería ser tratar de ser el inversor (o el fondo) que más rentabilidad obtiene en un año… si confundimos el planteamiento y el objetivo, terminaremos como los inversores que siguieron esas recomendaciones: perdiéndolo todo. El objetivo, al contrario, es tratar de conseguir la mayor rentabilidad posible en el largo plazo… y ya sabéis que por largo no entendemos unos meses, sino más bien más de siete o diez años. En palabras de Charlie Munger, el socio y amigo de Warren Buffett “es en el esperar donde está el dinero”.

Por ese motivo y siguiendo el ejemplo de Buffett, Munger, Klarman, Graham, Schloss, Pabrai y tantos otros siempre os he puesto la rentabilidad que vamos obteniendo desde el inicio (aunque os indico el inicio oficial, generalmente os hablo siempre del inicio real el 21-1-2011) y comparándola contra los índices bursátiles… siempre con dividendo bruto reinvertido (o total return que dicen los que piensan que por decirlo en inglés es más importante), y como sabéis, siempre teniendo presente el Ibex35 con dividendos brutos como nuestro “mercado” a batir (los otros siempre os los he marcado como información extra; para mayor explicación sobre el tema de los índices os recomiendo la Carta de Noviembre de 2015 donde me expandía más sobre el asunto y explicaba- con ejemplos de Buffett o de Robert Vinall- el porqué de nuestra elección del Ibex35 con dividendos brutos, e incluso, en los últimos tiempos he puesto el ejemplo del mismísimo Mohnish Pabrai quien, teniendo una cartera completamente ajena del S&P500, sigue usando este índice con el mismo razonamiento que nosotros y, por tanto, que Buffett). 

Habrá ocasiones en las que, incluso en periodos de cinco años cuando se supone que el value investing ya es capaz, en líneas generales, de mostrar su validez y que bate al mercado, esto no sea así. Recordad que en la Carta del año 5 os indicaba que Seth Klarman había tenido un periodo en el que el mercado, en esos cinco años, le había sacado veinte puntos anuales de diferencia. Una barbaridad. Desde luego lo que no hizo fue ocultarlo ni tergiversarlo… en mi caso, habíamos estado batiendo al mercado a los tres años, pero a los cuatro años y medio la situación era al revés, era el mercado quien nos daba un buen repaso. No sabía lo que pasaría al llegar al año cinco, pero tenía bien claro que, como argonautas (reyes, príncipes y héroes) no podía tomaros el pelo: si quedábamos por debajo del mercado con los dividendos brutos reinvertidos, os lo habría mostrado tal cual. Afortunadamente no fue así y al llegar esa fecha estábamos nuevamente por encima (y no hemos dejado de seguir incrementando el diferencial desde entonces), pero también recuerdo que os indiqué que era sólo una foto en un momento puntual; la foto saldrá mejor o peor, pero ello no cambia la responsabilidad que tenemos para con vosotros como inversores o, en mi caso, la que tengo yo con cada uno de los argonautas.

El Argos está en dorado; el Ibex 35 Total Gross Return está en azul.

Si la foto sale fea, tenéis derecho a saberlo… y tenéis derecho a que a mí no se me ocurra modificar nada de la comparativa. Podré explicar el porqué estamos en esa situación que, a veces no es más que coyuntural, pero por ningún motivo debo reducir la transparencia que habéis estado teniendo en el Argos desde el inicio. Me decía uno de vosotros recientemente que la relación que  entre los argonautas y yo es muy, muy especial… y le comenté que no sabía cuánto, porque ciertamente lo es. Es más, incluso aunque pueda parecer soberbia, creo que realmente es única y cuando os digo que los argonautas sois los mejores inversores que nadie pueda tener, lo digo completamente en serio- desde los que más patrimonio tienen invertido hasta los que sólo podéis ahorrar cincuenta euros mensuales. Todos sois reyes, príncipes y héroes.

Es posible, como dice la cita de Mauldin, que la situación macro se encuentre en una encrucijada o en un punto de inflexión… ni lo sé ni me preocupa realmente; es posible, como dice Arnold van der Berg que la marejada de dinero que ha ido entrando hacia la gestión pasiva, se de la vuelta cuando los inversores value vuelvan a brillar, y sí es cierto que grandes inversores value han estado y están pasando momentos complicados en estos últimos dos años. Quizás eso termine sucediendo; no lo sé y, aunque creo que tiene bastante razón, tampoco es lo que más me preocupa. Lo único en lo que estoy centrado y en lo que los argonautas estáis centrados desde hace unos cuantos años por la recomendación de la primera página de olvidar el ruido de fondo y centrarnos en la disciplina inversora; esto es: analizar empresas, una a una y dar el paso a invertir únicamente cuando se cumplen los dos requisitos básicos: que podamos comprenderla y que, tras analizarla, entendamos que la estamos adquiriendo con margen de seguridad, es decir: que vale más de lo que cuesta. Resumido de otra forma es seguir las dos reglas de la inversión de Buffett:

  • Regla 1: No perder dinero
  • Regla 2: No olvidarte de la primera regla

Aunque por tener un terminal Bloomberg no vas a dejar de pensar, el no tenerlo, aparte de ser más barato, tampoco te impide pensar por tu cuenta. Y la inversión trata de eso mismo, evitar en lo posible seguir tus instintos naturales y ser capaz de razonar y de guiarte por la lógica… incluso aunque el mercado no te dé la razón pasado un cierto tiempo. La inversión pasiva, que siempre la he visto como la opción básica al alcance de cualquier inversor si no conoce el value, no precisa de ningún terminal Bloomberg (o Reuters), pero en cambio, sí sigue precisando de la fortaleza de carácter para ser capaz de actuar con lógica en vez de por instintos.

Pese a que parece más sencillo- no hay que seleccionar ni analizar empresas, como dice Arnold van der Berg- para lograr una rentabilidad muy cercana a la del mercado también es preciso fortaleza de carácter pues, aunque llevemos unos cuantos años en los que los índices- en especial el S&P500- han tenido un comportamiento espectacular (superior a su media histórica), llegará un momento en que esto no será así, y los “inversores de gestión pasiva” deberán recordar su objetivo y ser capaces de aguantar las pérdidas que se producirán. Unas por comparación con la gestión activa value, otras por pérdida real en su patrimonio. ¿Serán capaces de aguantarlas y mantenerse firmes? Tampoco yo lo creo… al menos, la mayoría no será capaz de aguantar y volverán a saltar hacia otros vehículos o alternativas que resulten más atractivas en ese momento. 

Hablando recientemente con unos amigos de whatsapp que, dada la evolución de estos años del S&P500, estaban convencidos de que debían indexarse al índice americano, les pregunté, bromeando, qué tal les parecería indexarse durante 17 años a un índice que pasa de 874.12 puntos a la asombrosa cifra de 875 diecisiete años después (creo que no incluye los dividendos), o a un índice que pasara, en términos porcentuales, de 100 a 284.86 (en este caso sí incluye los dividendos), esto es una rentabilidad anualizada del 3.9%.

Naturalmente no aparecieron muchos voluntarios para indexarse a tan “atractiva” rentabilidad (es broma, claro) … y sin embargo los índices son el Dow Jones Industrial Index en el primer caso y la rentabilidad acumulada para el S&P500 con dividendos brutos reinvertidos para esos 17 años que van desde 1965 a 1981. Es decir, ojito con la indexación, cuidado con olvidarse de la ventaja real de dicha estrategia de inversión. Diecisiete años son unos cuantos y quedarse sólo con la rentabilidad del dividendo, aunque no está mal, no es lo más atractivo. 

Saltar hacia la gestión pasiva porque en los últimos años- casi una década- lleva haciéndolo estupendamente (me refiero, en especial al S&P500) es, simple y llanamente, saltar hacia la estrategia que ha funcionado en el pasado, olvidándose de que la misma estrategia puede tener resultados mediocres y que ahora está a un ritmo superior a su media histórica. Es posible que continúe así aún más años, no lo sé y les deseo lo mejor a quienes se lancen, pero prefiero recordarles que quizás puedan llevarse un gran chasco. La gestión pasiva seguirá funcionando bien en el futuro… pero entendedme a qué me refiero con esto: seguirá generando una rentabilidad cercana a la del mercado, sin superarle, y, con ello, logrará batir al 90% de los gestores profesionales; y todo esto está bien y es bueno en sí mismo y es, precisamente, para lo que está diseñada la gestión pasiva o indexada de bajo coste: no batiremos al mercado, pero al acercarnos mucho, mucho, lograremos batir a la inmensa mayoría de los gestores profesionales que, de una forma u otra, replican al mercado pero con costes muy superiores. Lo que nadie dice y puede resultar conveniente recordarlo, es que quizás eso suponga que en los próximos diez años el índice genere sólo un 2% de rentabilidad anual media y el 90% de los gestores profesionales no sean capaces de alcanzar esa media; o que resulte en rentabilidad media negativa. En ningún caso supone que siempre logrará rentabilidades del 9-12%. Cuando hablamos de la media histórica de largo plazo estamos refiriéndonos a más de cien años, pero en los siguientes diez la rentabilidad media puede ser muy diferente de dicha media histórica (como así ha sido en esta última década). Por tanto, sed prudentes y recordad nuevamente la advertencia.

Obviamente, pienso que el value investing es mejor y creo que, en el largo plazo, es capaz de superar no sólo al 90% de los gestores profesionales sino también al mercado, con dividendos brutos reinvertidos. Como Buffett yo no tengo Bloomberg (ni siquiera lo tengo escondido como Guy Spier para mirarlo cuando me vence la tentación) y, generalmente, tengo muy pocas llamadas y no excesivos mensajes de whatsapp, pero en cualquier caso, tengo el volumen a cero para no molestar en casa con pitidos cada cierto tiempo. Es preferible estar alejado del ruido y, en este sentido, León es la Omaha metafórica para España- por algo somos los únicos donde tenemos el Guateque para Capitalistas (haciendo la broma con el Woodstock para Capitalistas que organiza Warren Buffett)- que comenta Richard Oldfield en su cita del inicio. La ausencia de ruido permite dedicarte a leer y estudiar, evita exceso de información… y permite, en cambio, tomar algún café de cuando en cuando o encontrarse por la calle con algún argonauta… igual que le pasa a Buffett en Omaha (aunque los argonautas seamos más discretos y no haya jóvenes haciéndose selfies con nosotros).

Es evidente que como Warren Buffett no hay nadie más en todo el planeta y que, pese a que en muchas cosas los inversores value intentemos seguir su ejemplo, alcanzar su éxito en patrimonio y rentabilidad permanece muy, muy lejos de casi cualquiera de nosotros. De momento no conozco a nadie que se le acerque ni a nivel nacional ni a nivel internacional. Pero ése es un enorme error… me refiero, obviamente a ponernos como objetivo el tratar de superar a Warren Buffett. Aunque parezca mentira, es más prudente optar por un objetivo menos ambicioso y, pese a ello, muy beneficioso para nuestros inversores o, en nuestro caso, los argonautas.

La obligación que tenemos como inversores o como gestores/asesores del patrimonio que otros (los argonautas, en mi caso) nos habéis confiado no es la de igualar o superar a Buffett; demasiadas cosas son diferentes, tanto en épocas, como en capacidades, como en comportamiento respecto a sus inversores (aunque, modestamente, creo que en este aspecto: la relación y transparencia con los inversores, el Argos está a un muy buen nivel en la comparativa). El objetivo no es o no debería ser “ser el mejor de la Historia”, sino, rebajando el listón y acercándolo a la realidad, plantearnos como Graham, Buffett y otros grandes el objetivo de hacerlo mejor que el mercado, esto es: aportar valor a nuestros inversores… sin trucos, sin trampas, sin modificar u ocultar información para aparecer mejor en la foto.

Para ello es importantísimo, como les dije a unos jóvenes universitarios de la Universidad de Navarra (¡gracias por invitarme!) hace un par de días, establecer la comparativa correcta desde el inicio, explicar bien a los futuros inversores qué deben esperar de uno y, lógicamente, mantener la palabra dada pase lo que pase. En este sentido, la Carta de Lanzamiento del Argos creo que es un ejemplo suficiente de lo que hablo. Lógicamente, el inconveniente es que no sabes qué sucederá en el futuro y cuál será tu comportamiento y la rentabilidad que generarás a tus inversores, mis argonautas, con el paso de los años. Pero lo que no se merecen, al menos los argonautas NO, es que se vayan modificando los planteamientos o las promesas hechas en un inicio. Mejor una vez rojo que ciento colorado, que dice el dicho… o algo parecido.

Los argonautas han visto a lo largo de los años que estos compromisos se han mantenido contra viento y marea, fueran éstos la comparativa frente a los índices cuando éstos nos ganaban, fuera el mantenimiento y protección del valor liquidativo a costa de una pérdida económica personal que no era justo que sufrieran ellos o, la reducción de comisiones cuando alcanzamos los niveles marcados desde el inicio, por poner tres ejemplos. En nada de esto quiero que veáis una crítica a nadie desde luego, sino simplemente unas reflexiones sobre ciertas situaciones que a veces se producen y que quería daros mi opinión o, mejor dicho, explicaros el porqué lo veo de esta forma y actúo así.

Algunas Operaciones

Este mes hemos realizado un par de operaciones, en concreto incorporamos más acciones de dos de nuestras empresas que ya teníamos en cartera, en concreto: IPCO y RENAULT, básicamente aprovechando algunos recortes que han sufrido a lo largo del mes. 
Como os he comentado en otras ocasiones, a veces no hay más cambios ni muchas más explicaciones para realizar una operación- en este caso, dos- que el que el precio que el mercado nos pide por estas empresas es lo suficientemente atractivo y, dado que siempre tenemos suficiente liquidez, merece la pena aprovechar e incrementar más nuestra posición. Al final es a esto a lo que se reduce invertir… aprovechar las oportunidades, en forma de buenos precios, que el mercado ofrece de cuando en cuando y, con ello, saber que estamos poniendo cien euros de los inversores en algo que vale bastante más que esos cien euros. 

No siempre se nos da la razón en el corto plazo, y como les decía a los alumnos de la Universidad de Navarra este pasado 30 de Octubre, no debéis invertir esperando que el mercado os de la razón a los pocos días o a las pocas semanas… ni siquiera a los pocos años. Es fenomenal, evidentemente, si pasa, pero no es realista esperarlo. En este caso ha resultado bien… pero insisto, el objetivo no era que se nos diera la razón en breve tiempo. Si las acciones volvieran a sufrir volatilidad a la baja en su precio y siguiera confiando en que nos ofrecen suficiente margen de seguridad, seguiré incrementando posiciones, en éstas o en cualquiera otra de nuestras empresas.

El cambio de nombre de AUSDRILL por PERENTI GLOBAL ya es efectivo, aunque seguiré llamándola AUSDRILL (por un lado me gusta más el nombre) aunque, seguramente, iré incorporando poco a poco el nombre oficial. Lo importante sigue siendo que, desde que la hemos incorporado en esta segunda etapa en Esfera Capital, y pese a que llevamos más de un 80% de rentabilidad, la empresa aún sigue valiendo bastante más. No es recomendación, que conste, pero es cierto que el cambio estructural que supuso la adquisición el año pasado de la empresa Barminco ha sido transformador de la empresa y ha incrementado el valor intrínseco que tenía en la primera etapa, pese a la ampliación de capital para adquirir ésta. Seguimos contentos con AUSDRILL, se llame como se llame.

Junto con la recuperación de alguna de nuestras empresas- resaltar por ejemplo BOMN o TEEKAY Corp. donde llevamos una plusvalía del 46% (al que habría que añadir el dividendo cobrado a principios de año) y que corresponde, únicamente a esta segunda etapa, porque en la anterior- antes del cambio de gestora- la empresa ya nos generó una plusvalía del 28.57% en medio año, por lo que está siendo una historia exitosa, la verdad-, creo que el asunto más significativo o relevante en este mes ha sido el anuncio por parte de PSA y FCA de su fusión entre iguales. No tenemos ninguna de ellas en cartera, pero en cambio sí tenemos posición en el grupo holding EXOR que es el vehículo inversor de la familia Agnelli y a través suyo, el principal accionista de FCA (FIAT Chrysler Automobiles). 

Creo que la fusión es una estupenda operación- que llevó a las acciones de EXOR ha dispararse en los días siguientes al anuncio- y que serán capaces de generar los ahorros en sinergias (€3.7 mil millones anuales) sin cierre de fábricas, lo que es un estupendo apoyo para esta situación en la que está metido todo el sector automóvil de reestructuración y ajuste y adaptación a los cambios que se prevén en el futuro. Gracias a la fusión, ambas compañías, para ajustar su valoración e igualarlas, realizarán diversas operaciones… en el caso que nos interesa, FCA repartirá un dividendo extraordinario (que cobrará nuestra empresa EXOR) de €5.5 mil millones. De esa cantidad, el 28.67% es la parte correspondiente a la participación de EXOR en FCA.

Varios

El nivel de liquidez actual es el 25.44%. Contamos con unos 176 argonautas de toda España y subiendo y unos 6.950.000 euros bajo gestión. El diferencial en patrimonio respecto al mes pasado se ha debido, básicamente, a rentabilidad y no tanto a nuevas entradas.

En este mes han entrado cuatro nuevos argonautas y otros habéis seguido incrementando vuestra posición… ¡gracias por la confianza! 

Quiero agradecer tanto a LibreMercado, como en especial a ValueSchool por haber pensado en mí, la oportunidad y el honor de escribir un artículo conmemorativo del 90 aniversario del Crash de 1929. Os adjunto el enlace y espero que os resulte interesante recordar lo que ocurrió en aquel momento, que fue el inicio tanto de la Gran Depresión como de la época más dorada del Cine.

En este mes, también he tenido la suerte, el placer y el honor de ser invitado por KAU Markets en Valencia y, en sus oficinas, disfruté de una charla para ZonaValue y para CastingStrategies , charla y entrevista respectivamente, y realmente me hicieron sentir como uno más de la familia. También y como suele suceder cada Otoño y Primavera, acudí al webinar en Rankia, también en Valencia, y como siempre fue un placer. Por otro lado, tuve la ocasión de volver a charlar con los amigos de Link Securities en Benidorm, tener una larga charla (tres horas estuvimos… hacía muy bueno y a los dos nos apetecía hablar, ¿verdad Félix?) en Alicante con uno de vosotros y en Madrid pude veros a unos cuantos, argonautas y amigos.

Y como os decía más arriba, esta semana tuve el placer de dar una breve charla a algunos alumnos de Económicas de la Universidad de Navarra- ¡gracias, Álvaro y al resto! – sobre la inversión y, en concreto, sobre el value investing. 

Respecto al nombre del fondo, puedo confirmaros que el nombre oficial será ARGOS. Creo que todos estáis tan contentos con esta noticia como yo… finalmente todo lo que se intentó evitar, se ha demostrado que teníamos tanto la razón como toda la capacidad para continuar nuestro camino independientemente de las trabas que, en principio, pudiera parecer que se nos ponen delante. En su día, en el libro El lemming que salió raro (Ed. Eje Producciones Culturales, 2012) explicaba que, en líneas generales, suelo ser una persona que, desde el punto en que me encuentre, siempre miro adelante para tratar de seguir mi camino… si no recuerdo mal, era en el capítulo (entonces era una “carta a los inversores”) titulado como “Santuario”; si alguien no encuentra fácilmente el libro, decídmelo que os pongo en contacto con la editorial y os lo podrán facilitar sin ningún problema. Os adjunto el que será el nuevo logo del fondo.

El valor liquidativo de este Argos es equivalente a comprar un billete de cien euros por 65,15€, lo que supone adquirir las participaciones del Argos (recordad, oficialmente el ARCA GLOBAL A) con un significativo margen de seguridad. Por cierto, he preferido ajustar la rentabilidad al valor liquidativo anterior -para seguir con el histórico mío-, pero el valor liquidativo oficial del ARCA GLOBAL A es diferente como podéis comprobar al ver vuestra posición. (Por cierto, a fecha de 4 de Noviembre, el valor liquidativo ha subido hasta alcanzar casi el máximo histórico alcanzado desde el inicio, lo que supone que, prácticamente, todos los argonautas se encuentran en positivo).

Como comentario final, deciros solamente que finalmente he terminado el tercer libro, del que os hablé en alguna de las Cartas del primer trimestre de este año. Con suerte, espero que ésta sea su portada.

Aunque no pensaba que fuera capaz de llegar a nada tangible, parece que finalmente ha sido así. Lo más interesante ha sido el estupendo elenco de amigos que han contribuido en el prólogo, que al igual que en el libro anterior El Inversor Español Inteligente (Ed. EOLAS, 2016) ha sido “variado y de amigos”. Algunos ya conocidos y otros nuevos. De entre ellos, de entre los nuevos, quiero agradecer especialmente a tres nuevos amigos: Luis Alberto Iglesias Gómez, de ValueSchool, Pepe Díaz Vallejo, de RentaMarkets y Daniel Marín Arribas, autor del libro Destapando el Liberalismo, ha sido un honor conoceros a los tres y un placer enorme contar con vuestras palabras junto a otros amigos y argonautas… entre todos, habéis hecho un prólogo que llenaría de envidia a cualquiera. Espero que en breve, EOLAS pueda comenzar el proceso de edición y que lo tengan a la venta lo antes posible. 

Para aquellos de vosotros que tenéis curiosidad en ver cómo nos estamos comportando desde que estamos en el fondo actual, la comparativa con los índices- y siempre con dividendos brutos reinvertidos, obviamente- es la siguiente:

Por cierto, algunos de vosotros me pedís información sobre cómo daros de alta en el nuevo fondo en Esfera Capital. Os incluyo aquí el enlace para que podáis daros de alta sin problemas.

Como siempre agradeceros nuevamente vuestra confianza y apoyo continuado.

rentabilidad argos


 

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  1. Enrique Roca
    #1
    10/11/19 10:42

    MigueL: Consideraciones muy interesante y muy extensas....

  2. en respuesta a Enrique Roca
    -
    #2
    10/11/19 10:45

    Pues Enrique.... viniendo de tí.. es todo un honor!

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