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De estudiantes a jubilados: Los errores financieros más graves

De estudiantes a jubilados: Los errores financieros más graves

Nuestra relación con el dinero cambia a medida que nos hacemos mayores, al igual que los errores que cometemos. 
 
Cada etapa nueva de la vida aporta nuevas estrategias financieras que debemos seguir. Y en cada etapa encontramos nuevas formas de no seguir esas estrategias, que nos cuestan dinero y ponen en peligro nuestra seguridad. 
 
Además, los cambios económicos y demográficos garantizan que esos errores no son estáticos, de modo que los errores de las generaciones actuales no son los mismos que sus predecesores lucharon por evitar. 
 
Por ejemplo, al comienzo de nuestras carreras tenemos que ser agresivos en términos de inversión para poder crear una reserva de ahorros que crezca con el tiempo. Sin embargo, la investigación muestra que los veinteañeros de hoy en día no invierten o lo hacen con extrema precaución para evitar los grandes riesgos. 
 
Por otra parte, actualmente cada vez más personas esperan a cumplir los 30 años para dar importantes pasos como casarse y tener hijos. Eso implica la acumulación de muchas preguntas financieras complejas y la pérdida de muchas oportunidades. A los 40 años, la gente normalmente no puede pagar una hipoteca lo suficientemente rápido, teniendo que cubrir los costes durante la jubilación. Y no prestan suficiente atención a cómo los gastos de la universidad o de mantener a los niños y los padres al mismo tiempo afectarán a su situación financiera. 
 
Lamentablemente, después de los 50 años nos damos cuenta de que vamos a quedarnos cortos en nuestros ahorros para la jubilación, a veces porque hemos vivido demasiado a lo grande o porque hemos hecho planes demasiado ambiciosos, como la puesta en marcha de un negocio. Finalmente, durante nuestros años de jubilación, solemos dar un incómodo pero necesario paso al otorgarle a los miembros de la familia el poder de tomar importantes decisiones financieras para nosotros, aunque la investigación muestra que la mayoría de nosotros necesitamos que nos ayuden mucho antes de lo que nos damos cuenta. 
 
He aquí está una visión más cercana de algunos de los principales errores que cometemos, década a década, y cómo evitarlos. 
 

20-30 años: Jugar demasiado a lo seguro 

 
 
Según los expertos, la primera década de la vida adulta debería estar relacionada con una inversión activa. Sin embargo, los veinteañeros no asumen suficientes riesgos a la hora de invertir para obtener grandes beneficios. Es una conclusión respaldada por una serie de estudios, entre los que se incluye un análisis de 2016 realizado por Lindsay Larson, un profesor auxiliar de marketing en el College of Business Administration de la Georgia Southern University. 
 
Su equipo tomó muestras de un grupo de aproximadamente 100 jóvenes de la generación del milenio y averiguó que tendían a preferir las cuentas de jubilación con pocas acciones y más ingresos garantizados que aportarían escasos rendimientos con el tiempo. Cuando se les preguntó por qué eligieron una cartera de inversiones tan conservadora, los participantes dieron respuestas del tipo "Sinceramente no sé nada sobre dinero en este momento", pero explicaban que una cartera con un nivel de riesgo más bajo parecía la mejor opción. 
 
Larson señala que esta falta de tolerancia al riesgo es exclusiva de los veinteañeros de hoy en día y puede derivarse de períodos de incertidumbre financiera durante su vida, desde el 11 de septiembre hasta la crisis financiera. 
 
Su solución no es que los jóvenes de la generación del milenio asuman las inversiones financieras más arriesgadas que encuentren. En cambio, el estudio sugiere que los fondos de emergencia, que comienzan con asignaciones más arriesgadas que gradualmente se vuelven más conservadoras, son una posible solución. 
 

30 años: Abrumado por la complejidad 

 
 
Más que en generaciones anteriores, la tercera década de la vida es cuando muchas personas comienzan a asumir importantes compromisos de adultos como casarse o tener hijos. 
 
Sin embargo, muchas llegan a esa situación con mayores expectativas. Manisha Thakor, directora de estrategias de riqueza para las mujeres en Buckingham & the BAM Alliance, dice que se encuentra con muchas personas en esta etapa de la vida que quieren el mismo nivel de vida que el que sus padres disfrutaban cuando se marcharon de casa. 
 
Lo que los treintañeros olvidan es que a sus padres les costó décadas llegar a esa etapa, dice Thakor. El intentar vivir demasiado a lo grande puede conducir a una deuda excesiva y a gastar en el pago de los intereses de préstamos, en lugar de ahorrar. 
 

40 años: Subestimar los grandes gastos 

 
 
A los 40 años, ha pasado la mitad de nuestra vida laboral y es cuando tenemos los mayores gastos. Muchos asesores financieros apuntan a dos grandes gastos que suelen venir acompañados de decisiones equivocadas: la compra de la casa y la crianza de los hijos. 
 
Muchas personas gastan demasiado en la compra de su viviendas y algunas a los 40 años no trabajan lo suficiente para pagar sus hipotecas, lo que puede llevarles a disponer de ingresos menos óptimos durante la jubilación, afirma el asesor financiero Jonathan Guyton de Cornerstone Wealth Advisors. Este explica: 
 
"La pregunta que se plantea una persona a los 40 años realmente es: ¿Cuándo terminaré de pagar la hipoteca? Vamos a decir que tengo 47 años, compré una casa grande hace un par de años, pero mi hipoteca de 30 años no va a estar pagada hasta los 75. Esto significa que durante la jubilación, cuando se gasta más, voy a llevar esta cruz al hombro". 
 

50 años: La dificultad de ponerse al día 

 
 
Un escenario de pesadilla para muchos a sus 50 años es darse cuenta de que podrían no tener suficiente dinero ahorrado para la jubilación. Las personas ahora suelen vivir más años que antes y los expertos financieros dicen que los fondos de pensiones ahora necesitan durar hasta 40 años y más. Además, muchas tentaciones animan a las personas a gastar el dinero reservado para su jubilación anticipadamente y, a veces, el desempleo u otros aprietos dificultan contribuir a la cuenta de pensiones. 
 
Una tentación diferente para aquellos que se sienten mal preparados para la jubilación es el espíritu empresarial. Ya sea un sueño de toda la vida o una necesidad percibida, más baby boomers que las generaciones anteriores están tratando de iniciar sus propios negocios. Esto puede traer recompensas, como una transición más fácil a la jubilación. Sin embargo, suele ser una apuesta muy peligrosa. 
 
Muchos estudios muestran que a medida que las personas se acercan a la jubilación, deberían adoptar un enfoque más conservador para sus finanzas. 
 
A medida que envejecemos, nuestros balances personales se complican cada vez más. Sin embargo, numerosos estudios recientes sobre el envejecimiento revelan una verdad desagradable: Nuestras capacidades analíticas no pueden adaptarse a la complejidad. Y dado que las personas viven más años, eso hace que sea aún más probable que tengamos que lidiar con el deterioro cognitivo. 
 
Sin embargo, la mayoría de las personas sobrevaloran sus capacidades y no delegan tareas importantes a medida que sus capacidades disminuyen – posiblemente llevando a errores como no leer la letra pequeña en las inversiones. Por lo tanto, la gente debería delegar responsabilidades financieras antes de que surja la degeneración cognitiva entre los años 50 o 60 años, en lugar de a los 70 o 80 años. 
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