Acceder
¡Bienvenido a Rankia España! Volver a Rankia España

Me ha ocurrido hace bien poquito. Me habían suspendido la única subasta que tenía para el día siguiente y, como tenía pendiente una conversación con el secretario judicial de un juzgado de Colmenar Viejo, decidí aprovechar ese hueco creado en mi agenda. Había quedado con mi cliente a las nueve en punto en la puerta del juzgado y, una vez allí, nos dispusimos a entrar a ver al secretario.

Nuestra perplejidad fue mayúscula cuando la oficial que tramitaba nuestro procedimiento nos dijo que no podríamos verle hasta las once de la mañana porque, aunque el solía llegar a las diez y media, se marchaba inmediatamente a tomar un café y hasta las once no regresaba al despacho a comenzar su jornada. Por lo visto nuestra única oportunidad sería pillarle antes del café y entretenerle lo mínimo para que no se mosqueara.

Qué fuerte lo de este tipo, que no solo ha resucitado los viejos vicios de los funcionarios del siglo XIX, sino que ha conseguido que el personal de su juzgado lo tome como lo más natural del mundo. Pero qué se le va a hacer, mi cliente y yo pusimos al mal tiempo buena cara y nos sentamos a la puerta del juzgado a esperar al camastrón.

Tampoco perdimos el tiempo del todo, pues lo aprovechamos para arreglar el mundo, especialmente el mundo judicial. Pero antes de arreglarlo, que será tema del próximo post, empezamos despellejándolo. ¿Cómo es posible que el encargado de organizar la oficina judicial sea precisamente el mayor absentista de la misma? ¿Y el juez de ese juzgado, no tiene nada que decir? Estamos hablando de un juzgado que todavía no ha dictado el Decreto de Adjudicación de una subasta celebrada en octubre, que se dice pronto.

Lo triste es que nadie que se mueva habitualmente por los juzgados se extrañará de mis palabras. Estas situaciones son de lo más habitual en los juzgados de España. Y es así desde que tengo memoria, solo que la situación está empeorando sensiblemente. Cuando comencé en este negocio de las subastas judiciales, en otoño de 1991, las demoras de los tiempos judiciales me parecieron terribles y no entendía cómo podía tardarse dos o tres meses en dictarse un Auto de Adjudicación o cómo podían celebrarse subastas de procedimientos que habían comenzado en 1.987. ¡Nada menos que cuatro años desde que se presentaba la demanda hasta que se producía la venta judicial forzosa! Increíble. Lógicamente me refiero a procedimientos no hipotecarios.

Hoy en día estos plazos resultan ridículos. Los procedimientos (no hipotecarios) pueden durar perfectamente entre 6 y 8 años antes de llegar a subasta y los Decretos de Adjudicación pueden demorarse tranquilamente 4 u 8 meses sin que nadie se despeine. El que antes era el mejor juzgado de Madrid y yo diría que de España ha pasado de tardar un mes en darte el Auto a hacerlo en 6 meses como mínimo. Y su vecino ha empeorado un poco menos, pero ahora se demora 4 meses.

Y para qué hablar del Servicio Común de Notificaciones y Embargos de Madrid, por cuyo atasco una Posesión puede demorarse 6 meses sin que nadie se extrañe. Hace unos años la Comunidad de Madrid les metió mano en el asunto de los taxis, que contrataban al comenzar la jornada y se tiraban toda la mañana con el mismo taxi, con tiempos de espera a veces alarmantes. Se les dijo que tenían que coger un taxi para cada trayecto, pagar el trayecto y no coger el siguiente taxi hasta el siguiente viaje, pero los angelitos no estaban de acuerdo y montaron un buen pollo. De aquellos polvos vienen estos lodos. El caso es que el citado servicio no funciona y su atasco ya es mayúsculo.

Otro tema es el de las notificaciones. Antes bastaba con que cualquiera del edificio del demandado firmara la notificación y se hiciera responsable de hacerla llegar al destinatario y, aún así ya era difícil y motivo de retrasos. Pero llegaron los retrasados mentales de los legisladores e hicieron obligatorio que la notificación debía recibirla directamente el destinatario para darla por buena. ¿A alguien le extraña que ahora los procedimientos sean más largos?

Así que todo va de mal en peor. Por no hablar del nivel profesional de los empleados judiciales, de oficiales para arriba. Hace poco, discutiendo con el secretario de un juzgado madrileño, me salió con que el retraso en dictar el Decreto de Adjudicación (ya va para 10 meses) se debía a que no estaba seguro de a quién entregar el sobrante, si al segundo embargante por orden cronológico o al tercero, que era la Seguridad Social. Qué tendrá que ver el culo con las témporas, me gustaría haber tenido el valor de contestarle en vez del lacónico "eso no tiene nada que ver ni con el Decreto ni con los Mandamientos, así que puede hacerlos sin problemas y decidir luego" que es lo que le contesté cobardemente. ¿Preferente la Seguridad Social? Que le quiten a él de secretario y pongan al que vigila la puerta, que no lo hará peor.

Y el colmo no es la falta de competencia, que siempre ha estado ahí, sino la negligencia que va creciendo y ya es casi mayoritaria. 

Yo tengo una teoría al respecto y es esta: No hay duda de que desde el "España va bien" de Aznar la situación económica fue mejorando ostensiblemente de año en año y cada vez circulaba más el dinero y, por tanto, los morosos fueron disminuyendo y con ellos las demandas civiles y la conflictividad en general, llegando un momento en que los empleados del Ministerio de Justicia apenas tenían nada que hacer. Su productividad bajó a mínimos y se acostumbraron a lo bueno hasta el punto de que ahora se consideran explotados si se les  pide que pide que trabajen sin hablar entre sí o se les controla los tiempos que dedican a hablar por teléfono con los amigos. Es vergonzoso ver cómo trabajan en los juzgados con mayores retrasos. Parece como si la cosa no fuera con ellos.

Finalmente ya son las once y cuarto y el secretario aún no ha llegado, "por lo visto hoy llegaría un poco tarde y ha decidido tomarse el café directamente sin pasar antes por el despacho" nos dice la oficial intentando justificarle. 

En el próximo post explicaré mi solución a tanto desastre. Mientras tanto, mi primera propuesta sería sustituir el logo de la Justicia con la espada la venda y las balanzas por el que encabeza este post, en el que un oso perezoso se cuelga tranquilamente de su rama a jugar con las mariposas. Creo que se ajusta más a la realidad. 

 

POSTDATA (18 DE MARZO): Lo que me ha pasado esta mañana, aunque es pura rutina en todos los juzgados de España, no puedo dejar de contarlo porque viene muy a propósito con el tema del post: Llego a la mesa en la que trabaja la oficial judicial que tramita el procedimiento de una subasta de la semana que viene. Mi objetivo es simplemente pedirle el expediente para examinarlo, pero como la señora está hablando por teléfono con una amiga, me espero plantado como un árbol ante el escritorio. 

Pues bien, me he tragado impertérrito una conversación de 15 minutos soportando las miraditas descaradas de la empleada, quien ni se inmutaba por estar haciendo esperar a un ciudadano.

Finalmente ha finalizado su conversación con un "bueno, te tengo que dejar que me reclaman al trabajo".

Esto tan de cada día en los juzgados sería inimaginable en una empresa privada, por ejemplo en El Corte Inglés

 

55
¿Te ha gustado mi artículo?
Si quieres saber más y estar al día de mis reflexiones, suscríbete a mi blog y sé el primero en recibir las nuevas publicaciones en tu correo electrónico
  1. #55
    17/08/11 22:44

    No me parece exacto echarle la culpa a los jueces y a los secretarios. Aunque resulte increíble (a mí me lo parece), ni jueces ni secretarios mandan nada sobre el personal del juzgado, que depende directamente del ministerio o, en Madrid, de la comunidad autónoma. Lo explico con un ejemplo: si un juez quisiera abrirle expediente a un funcionario de su juzgado, sencillamente NO PUEDE, carece de potestad para ello. ¿Cómo, entonces, se le van a pedir cuentas de lo que hace ese personal incontrolado?. Esto es así desde la L.O. 19/2003 y la consecuencia, en la realidad diaria, es que sobre los funcionarios de justicia no manda NADIE. Esa es la pura verdad.

  2. en respuesta a Tristán el subastero
    -
    #54
    5.....s
    01/04/11 22:10

    ya me imagine... de cualquier forma, te dire algo exiten empresas tipo fundaciones ( aqui FAFFE ), que ya sabemos que interés protegen, y empresas privadas ( por ejemplo aqui UMAX ) que también sabemos a que fines sirvieron, el problema que veo a tu argumento es que falla en lo principal...no la teoría ...la practica...LA PRACTICA ES LA QUE ES...un saludo...

  3. en respuesta a Ramirogaliza
    -
    Top 100
    #53
    01/04/11 20:37

    Vaya por Dios. Me temo que esta vez no puedo estar más de acuerdo contigo. En España no ha calado la ecuación esfuerzo=recompensa y cuando la gente ve que otros reciben la suya, enseguida se preguntan qué ha hecho para merecérsela, acaso ellos no se la merecen también, qué ha hecho este para estar mejor que yo, etc.

    Y reconozco que gran parte de la tirria que despertáis los funcionarios viene de ahí, de la conocida envidia española.

  4. #52
    01/04/11 20:23

    Y otra desventaja, entre otras: el coste de oportunidad que supone preparar oposiciones y que suele implicar empezar a cotizar más tarde que el resto. Muchos de los que se desaniman al preparar oposiciones, lo hacen al ver a amigos, allegados y conocidos empezar a trabajar, a tener ingresos... (ya sé que existe la posibilidad de trabajar al mismo tiempo que se prepara una oposición, aunque dependiendo del cuerpo al que se opta y de las propias circunstancias personales, puede ser inviable y desde luego limita mucho las posibilidades de éxito).

    Otra cosa que no entiendo (retóricamente), es por qué la misma gente que en tiempos de bonanza miraba a los funcionarios por encima del hombro, considerándolos unos pringados que trabajaban por una miseria, ahora se abalanzan sobre ellos como hienas. No se puede tener todo, si se está en el mercado privado hay que saber que tiene sus ventajas pero también sus riesgos. El funcionario renuncia a esas ventajas a cambio de seguridad. Ni se puede tener todo ni puede aspirarse a que los demás carezcan de todo.

  5. en respuesta a 5.....s
    -
    Top 100
    #51
    01/04/11 18:12

    Jejeje.

    Muy sencillo, el ja-je-ji-jajota se ha convertido, gracias al botón editar, en "Que no te conteste no significa que esté de acuerdo. Simplemente es que ya he mostrado suficientemente lo muy en desacuerdo que estamos".

    Que no se diga que no se morderme la lengua.

  6. en respuesta a Tristán el subastero
    -
    #50
    5.....s
    01/04/11 17:11

    Tristán el subastero..Ja-je-ji-jajota...Comentarios -01/04/11 16:11

    ¿¿¿???

  7. en respuesta a Ramirogaliza
    -
    Top 100
    #49
    01/04/11 16:11

    Que no te conteste no significa que esté de acuerdo. Simplemente es que ya he mostrado suficientemente lo muy en desacuerdo que estamos.

  8. #48
    01/04/11 15:36

    En efecto Feinmann, agradezco tu atinada aportación al igual que las palabras de Miedoso. Existen toda una serie de tópicos y lugares comunes que se aplican a la administración y a los funcionarios y que no se corresponden en absoluto con la realidad. Por otro lado, muchos de los que detestan a los funcionarios, lo hacen por un extraño resentimiento hacia quienes sí fueron capaces de afrontar un reto (la preparación y superación de oposiciones) en el que ellos fracasaron o lo consideraron inabordable. Otros tantos, no acaban de entender que ser funcionario de carrera no es un privilegio, sino un derecho adquirido legítimamente tras la superación de unas pruebas infinitamente más duras y objetivas que los sistemas de acceso que imperan en el sector privado (enchufismo, amiguismo, nepotismo...). Para mucha gente, en especial aquellos de origen humilde y sin "padrinos", el acceso a la función pública supone una de las pocas oportunidades de acceder a una carrera profesional en condiciones de igualdad, dependiendo exclusivamente de su capacidad y espíritu de sacrificio.

    Como ya apunté antes, pese al pensamiento generalizado, en la administración pública hay unas tasas de temporalidad y precariedad superiores a las existentes en el sector privado. Muchos de los funcionarios que os atienden son interinos que pueden acabar de patitas en la calle en cualquier momento. Los salarios oscilan entre lo medio y lo escaso; la posibilidad de obtener un primer destino fuera de tu tierra (y un segundo, y un tercero...) y de permanecer fuera de ella durante años, es muy elevada; las pensiones de Clases Pasivas son peores que las de la Seguridad Social, etc... No todo son ventajas; el puesto de trabajo es fijo (no inamovible), pero es lo mínimo que se puede esperar tras la superación de unas oposiciones y es una garantía fundamental también para el ciudadano y para el buen funcionamiento de la administración.

  9. en respuesta a Feinmann
    -
    #47
    01/04/11 12:47

    Ramirogaliza y Feinmann, no se puede ser más claro y preciso, los que ven a los funcionarios públicos desde el otro lado no saben lo que es trabajar con los medios que trabajamos y con la perversa forma de control que utiliza la administración a saber; parteté la cara con el usuario; no hay medios ni dinero, tampoco importa el usuario, salvo que sea el político que tiene que tomar el avión.

    Me descojono de la empresa privada, interpón una queja y peleate con el 902. LLoralé el chapuzas de turno para que no te deje la persiana descolgada por la que le has pagado religiosamente.

    Señor tristán menos demagogia.

  10. en respuesta a Tristán el subastero
    -
    #46
    01/04/11 03:47

    Igual hay que considerar algunas cosas que no se consideran: Hoy mi mujer me comentaba de en cierta unidad, la dotación teorica es de 8 personas, pero se han producido 4 bajas definitivas, ¿crees que se resentirá el servicio? Lo que me exrañaría seria lo contrario. Cuando veas una mesa libre, no pienses sistemáticamente que es un funcionario "tomando café", igual es un funcionario menos que hay.

    Por cierto:
    - España tiene la administración pública más barata de Europa
    - España número uno mundial en trasplantes de órganos, y en su mayoria los hacen en la sanidad pública.
    - Y respecto al número, en contra de la creencia habitual: ¿Sobran funcionarios?

    Respecto a lo de que los datos están ahí, ahí se pueden poner los datos que se quieran. Que sean ciertos o no es otra cuestión.

  11. en respuesta a Tristán el subastero
    -
    #45
    01/04/11 03:33

    Mi mujer es funcionaria y hace estadisticas de esas. Lo primero que se me ocurre tras oir sus descripciones de las estadisticas es que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Para que te hagas una idea, en la huelga de funcionarios del año pasado, el ministro al que le tocó dar el dato del seguimiento lo dio antes de que lo enviasen desde el ministerio donde trabaja mi mujer, que tambien lo mandó trucado, porque habia datos que no llebagan y se rellenaron por el método digital: chupate el dedo y levantalo a ver de donde sopla el viento.

    Las definiciones de absentismo son tambien curiosas, por ejemplo, si estas ausente por un cancer, tambien eres absentista. Si tienes un accidente de coche (aunque sea in itinere o en acto de servicio), tardas un año en curar y quedas con secuelas que hacen que te den la baja por invalidez, desde el dia 1 a 3 eres absentista, del 4 al 20 no, y a partir del 21 hasta la baja definitiva vuelves a serlo ¡tocate las narices!. Como verás, con reglas como estas, creo que Kafka queda como muy moderado.

    Las definiciones de absentismo se dan para llegar a las conclusiones que se quieren llegar. Algo tampoco nada anormal en la vida política española. ¿sabias que un parado del campo que trabaje un solo dia al mes (las famosas peonadas del PER) no computa como parado durante TODO EL MES? Pues ya sabes las estadisticas que hacen los políticos. Esto se suele usar mucho en Andalucia para maquillar las cifras del paro previas a una elecciones: por personal de la junta se instruye a los ayuntamientos den unas pocas peonadas a muchas personas, y en la siguientes estadisticas da la sensación de que la cosa va a mejor.

  12. en respuesta a Tristán el subastero
    -
    #44
    31/03/11 23:12

    No, los datos, como he dejado claro antes, no están ahí sino en otro lado. Y aún diré más, cualquier dato que maneje la CEOE sobre el funcionamiento del sector público hay que ponerlo en cuarentena, dada la agresiva campaña que está llevando a cabo contra ese sector.

    La percepción que de los funcionarios tienen los ciudadanos, muy respetable, está brutalmente distorsionada por un prejuicio quasi-genético y bastante irracional, alimentado por constantes campañas de desprestigio ideadas y desarrolladas por los sinvergüenzas que han hecho implosionar la economía, una vez más, en su beneficio exclusivo.

    Hablas de pobrísima productividad y una vez más yerras el tiro, porque no existe medición alguna al respecto. Es más, cuando se habla de ligar salarios a la productividad, incluso en el sector privado, el principal problema surge de la inexistencia de una metodología adecuada para la medición de esa variable.

  13. en respuesta a Tristán el subastero
    -
    #43
    5.....s
    31/03/11 13:41

    Los datos están ahí, y a mi no me cuadran, revisalos ... un saludo... De uno que vive en un vagabundo y errante lugar llamado mundo...

  14. en respuesta a Ramirogaliza
    -
    Top 100
    #42
    31/03/11 13:19

    Si ya, blablablá, blablablá, tú puedes considerar lo que quieras, pero los datos están ahí y a ellos se suma la percepción que tenemos los ciudadanos y a eso sumamos los resultados de vuestra pobrísima productividad. Así que lo que un funcionario pueda pensar de sí mismo y de sus altos méritos, como comprenderás los usuarios no lo tenemos en cuenta.

  15. en respuesta a Tristán el subastero
    -
    #41
    30/03/11 23:47

    Me estás hablando de un dato publicado por una organización tan sectaria en este aspecto como la CEOE y referido a empresas públicas, por más que algunos se empeñen en confundir a éstas con las administraciones públicas. Pero de todos modos, y dadas las circunstancias, considero que cualquier cifra de absentismo entre los funcionarios es escasa.

Nueva Sección
Ventas Desesperadas