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Blog Entre la renta variable y la renta fija
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Las señales de recuperación, ¿desbordadas por los riesgos?

Pablo del Barrio Quintana     2 de Octubre de 2014

Siempre es, y será, difícil interpretar el contexto económico y evaluar los potenciales retornos de los diferentes activos y mercados, entre otras cosas porque siempre hay elementos de incertidumbre que nos atenazan y nos presionan para ver sólo el corto plazo, unas veces porque está por llegar una fecha señalada (la reunión de la FED en la que se detallarán previsiones económicas y las retiradas de estímulos, QE3 y futuras alzas de tipos, o las elecciones en un determinado país, los resultados de los test de estrés de la banca, un dato macroeconómico, etc.) y otras porque nace un foco de incertidumbre y no se sabe cuándo acabará (la posible quiebra de algún banco -como sucedió en Chipre, recientemente en Portugal con el rescate del BES o hace tiempo también en España con Bankia-, o las tensiones geopolíticas como en Ucrania, el Estado Islámico y el intermitente conflicto entre Hamas e Israel).

Pero los mercados perduran y están ahí para canalizar el exceso de capital (el ahorro de la población) hacia los que demandan capital para emprender proyectos empresariales o para atender desde lo público al ciudadano, siendo los mercados “soberanos” al exigir una mayor rentabilidad a las empresas (y Gobiernos) de mayor riesgo, y al revés. Y es precisamente en las situaciones de mayor incertidumbre cuando se generan las mayores oportunidades de inversión. ¿Por qué? Porque si todo fuera perfecto y no existiera incertidumbre, los activos cotizarían a precios correspondientes con su valor real y no habría margen para obtener beneficios (por lo que nadie invertiría y los propios mercados dejarían de existir), mientras que cuando existe incertidumbre hay activos que se ven más penalizados que otros sin una razón lógica, por lo que es ahí donde hemos de buscar.

Pero esta tarea de búsqueda se hace más compleja cuando se multiplican los focos de incertidumbre y se retroalimentan, tal y como sucede en la actualidad:

-          Conflicto en Ucrania. Rusia amenaza con responder a las sanciones económicas impuestas por la Unión Europea, al tiempo que sigue dando apoyo a los militares pro rusos para separarse de Ucrania y quien sabe si para que algunos territorios sean anexionados a Rusia, como ya ocurrió con Crimea hace unos meses. Es inevitable encontrar similitudes con Hitler justo antes de que estallará la segunda guerra mundial, independientemente de que unos u otros tuvieran sus razones para ambicionar más territorio, si es que eso fuera un argumento.

-          Estado Islámico. De momento una amenaza menor para occidente en lo económico gracias, en parte, a la revolución energética en EEUU, ya que no nos hemos visto sobrecogidos por un precio del petróleo disparado que hubiera asfixiado aún más nuestra economía familiar, sino todo lo contrario, ya que la oferta hoy -a diferencia de hace unos años, antes de que estallara la crisis en 2008- es superior a la demanda. Sin embargo, mientras occidente cifra en unos 15.000 combatientes al ejército yihadista, algunos de sus líderes los cifra en 100.000 efectivos y fijan como objetivos a Israel o a la península Ibérica entre otras ambiciones territoriales.

-          Desaceleración en la eurozona. Podríamos estar pagando el coste del conflicto en Ucrania. Retroalimentación. Si bien, hay opiniones para todos los gustos. Desde que la austeridad en Europa no ha funcionado y el Estado debería gastar más para estimular la demanda, hasta que los Gobiernos son todo menos austeros, al rondar la deuda sobre PIB niveles del 100% en buena parte de los países subrayando que el probelma es de un exceso de oferta (empresas que han de renovarse o morir). También están los que demandan más reformas, siendo Francia e Italia los más señalados, mientras España disfruta de una mínima tregua. Y hoy vuelve a quedar claro que tenemos un BCE que actúa siempre tarde, porque es verdad que hay que alabar sus últimas medidas -las cuales serán palpables antes de acabar el año muy probablemente-, pero también es verdad que el riesgo de deflación era previsible desde hace más de un año y que si hubieran sido los americanos, habrían intervenido ante el mínimo atisbo de deflación o recesión -para evitar sus derivadas, como son los populismos o el sentimiento antieuropeo o separatista, por ejemplo-, como han hecho desde 2009, al contrario que las dubitativas autoridades europeas..

-          Hablando de los americanos. Muchos tenemos ganas de que las bolsas europeas suban al calor de la incipiente recuperación, la cual ha perdido fuelle durante los últimos meses según reflejan algunos indicadores adelantados como los PMIs, que muestran un frenazo empresarial y de la demanda. Sin embargo, nos asaltan las dudas al ver la inmensa divergencia entre los mercados europeos y los Estados Unidos desde 2009, ya que ellos llevan 5 años de mercado claramente alcista, superando los máximos históricos desde hace meses, mientras que aquí en Europa la recuperación de los índices apenas llega a la mitad del recorrido entre el punto máximo de antes de 2008 y el punto mínimo tocado en 2012. Los precios, siempre hay que mirar los precios… Sin olvidar los dividendos, que entonces la cosa no está tan mal. 

-          Y si a ello le unimos la independencia de Cataluña en España, una vez solventada la de Escocia, o las revueltas en Hong Kong y otros eventos políticos innumerables a lo largo del planeta, pues los nervios y el escepticismo sobre los mercados se adueñan de nosotros.

-          Y no acaba aquí la cosa. A muy largo plazo tenemos el enorme reto de combatir un envejecimiento de la población que cada vez se acentúa más, no sólo en España y en la mayoría de Occidente, sino también en China y buena parte de los países emergentes. En España pasaremos de las 3.4 personas en edad de trabajar por cada jubilado a día de hoy, a las 1.4 para el 2050. Esto hará que las pensiones públicas crezcan menos que el coste de vida, por lo que necesariamente tendremos que modificar nuestras pautas de consumo y planificar un complemento para nuestro futuro retiro sustentado en planes de pensiones, fondos de inversión o invirtiendo directamente en los mercados financieros, ya sea en bolsa o en el mercado de bonos, ya que a día de hoy el principal canal de ahorro de los españoles vía depósitos ha desaparecido por su prácticamente nula rentabilidad.

Y mientras tanto se nos incita a asumir mayores riesgos invirtiendo más en renta variable y menos en los productos conservadores que apenas rentan, este es el mensaje que venimos escuchando y que repetimos nosotros mismos durante los últimos 12-18 meses, básicamente porque no queda otra.

Y volviendo a la divergencia con EEUU, justo ahora que empezábamos a ver la luz al final del túnel, ¡a ver si va a corregir Wall Street y nos deja a todos pillados, en Europa o donde estemos invertidos! Espero que lo de las últimas sesiones sólo sea un susto y volvamos a centrarnos en el acoplamiento de las economías desarrolladas y emergentes, así como en el de sus mercados. Lo que pasa es que con tanto riesgo es inevitable caer en los cortoplacismos y que nuestro escepticismo aumente.

Sin embargo, conviene ofrecer algo de luz ante los desafíos que tenemos por delante, y es que los mercados siempre han coexistido con numerosos elementos de incertidumbre de cualquier tipo, desde desastres naturales, ataques terroristas, burbujas, crisis de duda soberana, guerras de toda clase -incluidas las dos guerras mundiales- y la civilización siempre se ha repuesto, la economía ha avanzado y el poder adquisitivo medido por la renta per cápita ha crecido casi ininterrumpidamente en la mayoría de países del mundo, especialmente durante las últimas 6 décadas. Por lo que mirando al largo plazo, más allá de los titulares en la prensa, deberíamos resolver los problemas -mientras llegan los siguientes-, con el consiguiente efecto positivo en los mercados y en nuestras inversiones, básicamente porque la tendencia natural es alcista.

En mi opinión, el principal desafío reside en el envejecimiento de la población en los próximos 25 años, sobre todo teniendo en cuenta que partimos de una situación extrema, con la mayoría de países desarrollados endeudados en torno al 100% en relación con sus PIB´s, cifras que limitan el crecimiento porque no hay margen para estimular la demanda desde el gasto público -los mercados no lo perimten, ya que no están dispuestos a financiarlo- y que no se veían desde terminada la segunda guerra mundial, cuando tras este desgraciado episodio de nuestra historia la población en edad de trabajar se disparó, lo cual ha permitido un largo periodo de progreso económico y de bienestar social hasta nuestros días, pero que de cara a los próximos años se pone en entredicho de no tomarse las medidas apropiadas.

Es nuestro turno para trasladar a los políticos que hay que ahondar en el espíritu reformista y unificador. Menos separatismos, menos corrupción y más justicia, mejor gestión de lo público, más incentivos para crecer vía menores impuestos y cotizaciones sociales, que deriven en una mayor contratación, mayores salarios y en una mejor calidad de vida que atraiga capital humano de calidad e incentive que tengamos más hijos. Por suerte, las proyecciones sobre el crecimiento demográfico también se equivocan, al igual que las económicas, tal y como se demuestra en una de las últimas entregas del Colegio de Economistas de Madrid, cuando citan que en los años 90, con 38M de habitantes en España, se proyectaba que la población española no superaría los 40M de habitantes en la década del 2000-2010, y somos más de 45M.

La reforma financiera (menor número de entidades, mayor eficiencia y mayores requisitos de funcionamiento), la reforma del sistema de pensiones, la reforma del mercado laboral, la reforma fiscal, así como un mayor esfuerzo en transparecia por dar a conocer los cambios a la población irán dando sus frutos, frutos que se acrecentarán con la unión bancaria en Europa, los mayores requisitos de capital para la banca -evitando que crisis tan profundas como la actual se repitan en el futuro, aunque haciendo más lenta la superación de ésta debido a que los bancos se hacen menos rentables por este motivo, concediendo por tanto menos crédito en un principio a la economía real-, así como otros frentes abiertos en materia de unificación fiscal, además del mayor apoyo al euro por parte del BCE... hacen pensar que vamos por el camino correcto, en un marco europeo con libre circulación de personas y capitales, en donde falta mejorar lo existente y avanzar en lo que es más necesario. Confianza, trabajo, buena gestión y planificación es lo que nos hace falta. Espíritu crítico, que no pesimista o destructivo, y un poco de optimsimo, que al final los números salen.

Con respecto a las inversiones, es lógico seguir buscando el equilibrio (según tengamos un perfil más conservador o arriesgado) entre deuda a muy corto plazo -inferior a 3 años o incluso con duraciones negativas en algún caso-, la gestión de renta fija flexible -precisamente para posicionarse entre las opciones anteriores-, y la renta variable (para mi gusto global y flexible, en manos también de una buena gestión activa), el activo que más potencial ofrece a largo plazo, pese a los recientes recortes. 

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  1. Top 100
    #1
    06/10/14 10:56

    Muchas gracias Pablo como siempre por tus aportaciones. El tema de las pensiones está siendo un problema, aunque las estimaciones demográficas estén equivocadas en el ratio de empleados por jubilado que comentas, el problema seguirá estando.

    Una solución es aumentar la productividad, que debería ser la solución "natural", pero para ello hay que potenciar sectores productivos; industria, nuevas tecnologías, automatización de procesos...

    En España esa solución parece que no será viable y con la población envejeciéndose y además con una tasa de desempleo muy elevada no hace más que acumularse problemas. La caída de la renta, así como el aumento de los subsidios y ayudas permite poder vivir, aunque al no encontrar empleo el cómputo para la pensión cae muy significativamente, obteniendo en la jubilación ya veremos qué...

    La situación es y será muy complicada, nosotros por ahora, conociendo el panorama, deberíamos ahorrar. En este caso más vale prevenir...
    Saludos.

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