La guerra de Ucrania hace pisar el acelerador de la desglobalización, mientras China sufre enfriamiento económico.

En un artículo de Russell Nappier el fin de la globalización, expone con bastante brillantez el fenómeno que se lleva gestando durante decadas. La desglobalización.

 

Russell Napier, poco conocido en España y mucho más en el mundo anglosajón... En sus inicios de la carrera como inversionista Russell experimento en sus carnes la crisis de las divisas asiática y la caída de Long Term Capital Management totalmente afectado por la crisis de las divisas. Es uno de mis fundamentales cuando quiero obtener conocimientos nuevos, es importante ser humilde y aprender de quien tiene una enorme experiencia.  

Russell es el autor del boletin The Solid Ground. Tiene más de 30 años de experiencia en mercados y es un referente para muchos. Pues Russell que advirtió de señales similares a la crisis de las divisas asiáticas, lo tiene claro estamos en un momento de cambio histórico, la desglobalización que conduce a dos bloques enfrentados con mercantilismo puro y duro, por lo tanto mayor inflación y menos estabilidad.

Como Napier, pienso que la economía global se dirige a dos bloques diferenciados un dirigido por EEUU y otro por el bloque China-Rusia. Exactamente lo que Zoltan Poszar describe con Bretton Woods III.

 

 

Los precios y la inflación alta es la consecuencia de procesos históricos que conducen a cambios profundos. Pensar que estos cambios son producidos por una guerra local como la de Ucrania es estar muy ciego. Es un proceso que lleva una década en funcionamiento debido a que las economías se han distorsionado de una manera tal. Que incluso la intervención de los bonos por parte de bancos centrales y gobiernos conducen a la destrucción del mecanismo de descubrimiento de precios. Una vez que destruyes los mecanismos de descubrimiento de precios se producen enormes distorsiones que conducen a cambios estructurales y sistémicos. Estamos en uno de ellos.

Este cambio de sistema conduce a una consecuencia evidente el control de las materias primas, es decir,... Recursos naturales. Y por lo tanto el control de la energía clave en todo lo que estamos presenciando.

Es algo que los promotores del WEF se han encargado de señalar con ansias, y siempre están recordándonos que tenemos que decrecer y racionalizar nuestro consumo energético. Lo cual esconde las intenciones del control de los recursos. Es evidente que todo esta ideología ecologista es una mera técnica de propaganda intencionada para que los ciudadanos se desprendan voluntariamente y por persuasión de activos. La teoría del empujoncito de Thaler y Sunstein.

En este impasse que supuso la pandemia frente a la desglobalización, nos encontramos con una guerra de Ucrania que está favoreciendo ese gran reseteo que no es más que la desglobalización y cambio de sistema monetario el cual China quiere dominar y no está por la labor de ceder el brazo a oligarquías financieras anglosajonas que han conseguido en parte su objetivo alejando a la UE de China-Rusia. Siguiendo las estrategias de Mahan, Mackinder y Spykman.

Mientras todo el mundo se entretiene con las decisiones de un señor llamado Putin que se creen que ha enloquecido. La verdadera cuestión está en la guerra por el control de la desglobalización entre EEUU y China, la trampa de tucidides. Es evidente que si a EEUU le interesa un conflicto a largo plazo. A China le viene aun mejor. De hecho siendo conocedores de la teoría de juegos los Chinos han sabido quitar tajada encontrándose de momento con contratos de materias primas a largo plazo con descuento en sus negociaciones con Rusia.

Es evidente que esta es una parte del plan de China con la estrategia de un cinturón una ruta. Desde mi punto de vista los occidentales le hemos hecho el trabajo sucio a China que está siendo la gran beneficiada. Mientras su economía muestra muchas señales de agotamiento, precisamente porque los salarios en China se han apreciado y la competitividad de países vecinos como Vietnam esta haciendo daño. La realidad es que China va por detrás en la guerra de los Chips con EEUU y esta dispuesta a inclinar la balanza a través de materias primas y insumos. Este hecho la obliga a buscar la autarquía y desdolaizarse.  

Sospecho que el confinamiento, cerrando puertos como el de Shanghai no es más que otra treta para contrarrestar las políticas de endurecimiento monetario y destrucción de demanda para controlar la subida de precios. En un intento de neutralizar los efectos y provocar dos situaciones. Que occidente acabe por destruir tejido productivo y a su vez dependan de una China con precios de materias primas e insumos altos mientras ellos obtienen materias primas con un gran descuento.

Lo cierto es que el repliegue que estamos viendo de empresas Chinas saliendo de Canadá es la señal de lo que dice Napier en el articulo. Esto va a provocar que dos bloques que no van a comerciar entre si, provocando que muchos occidentales no puedan extraer sus inversiones en China y transformarlas en dólares, euros,...

Para compensar este problema como siempre los políticos occidentales se decidirán por inversiones publicas para cubrir los problemas de dos bloques enfrentados, ya que muy posiblemente China exigirá más precios elevados por insumos y materias primas. Eso va llevar a más deuda, mayor déficit. Y por lo tanto una inflación y precios estructuralmente más altos. Como siempre recurrirán a mecanismos de control de precios y como siempre eso acabará mal.

Estamos en una fase que los ciudadanos estamos muy despistados y son los propios dirigentes que con la peor gestión posible nos están conduciendo a un futuro menos esperanzador, con mercantilismo puro. La globalización que no el globalismo que es parte de esa desglobalización, permitió tener unos niveles de estabilidad a nivel mundial que estamos a punto de presenciar como se desvanecen. Mientras siguen con Putin y el agitar de banderas de Ucrania. El mundo gira a una velocidad elevada y parece que nos va a pillar en fuera de juego otra vez.

“no pretendo ser un experto en economía política, pero sé lo suficiente como para afirmar que cuando un estadounidense paga veinte dólares por el acero a un fabricante inglés, Estados Unidos tiene el acero e Inglaterra tiene los veinte dólares. Pero cuando se pagan veinte dólares por el acero a un fabricante estadounidense, Estados Unidos tiene el acero y los veinte dólares”.  Abraham Lincoln.