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Algunas consideraciones para la valoración del impacto en Japón (I).

 

El otro día puse un post sobre el mito de “las guerras son buenas para la economía”; para eso hice un resumen extremadamente simplificado de tres casos y los efectos sobre la economía, para llegar a la conclusión de que depende de cómo es la guerra, como es la salida, donde es la guerra; pero en todo caso es un juego de suma negativa; donde en todo caso, lo que ganen algunos es inferior a lo que se pierde. En definitiva, y como un corolario que se me ha ocurrido después del post, la situación se ve mejor cuando entendemos que el gran vencedor de todas las guerras ha sido Suiza.

Sin embargo, quizás por el “quien mucho abarca…”, despaché los efectos de la primera guerra mundial con un:

“La casilla del juego, (y por tanto la destrucción), la puso Europa, de forma que desde la óptica de Estados Unidos, el proceso es que la actividad se incrementó en el proceso de militarización, por supuesto en la guerra ya que en Estados unidos se fabricaba gran parte del material bélico que se destruía en Europa y aún por encima ganaron la guerra, de tal forma que todas las facturas pasaron a los Alemanes.

Por supuesto, Alemania quedó destruida y con una deuda…”

Y la consecuencia fue un muy brillante comentario de Skeptical; que dice:

“….cuando se habla de un tema tan importante como el de la guerra, conviene estar muy bien informado para no cometer errores. En el ejemplo que das sobre la Primera Guerra Mundial, el bando ganador fue liderado principalmente por Francia, que es quien más sufrió el coste de la guerra, con cerca de UN MILLÓN Y MEDIO DE COMBATIENTES MUERTOS (sin contar los heridos y mutilados permanentes). Las pérdidas del Reino Unido y de los EE.UU. fueron muy inferiores, sobre todo las de éste último, que sólo entró en guerra en 1917 (cuándo les interesó). Alemania "por supuesto" NO QUEDÓ DESTRUIDA pues las tropas aliadas nunca entraron en su territorio. Toda la contienda en el frente del oeste tuvo lugar en el norte de Francia y parte de Bélgica (las batallas mortíferas de Verdún, la Somme, Yprés, etc.) que sí que quedó completamente destruida y al final parecía un paisaje lunar (existen fotos). Alemania nunca llegó a pagar las indemnizaciones exigidas en el Tratado de Versailles. La mayoría de las armas utilizadas por Francia e Inglaterra fueron de fabricación propia, no de EE.UU….”

Respecto al hecho de pasar de Francia, (y de unos cuantos países más), el descargo es que en un post he tratado de ir al extremo y poner en un lado el mejor de los casos de los contendientes; que han sido USA y Gran Bretaña (que se llevaron los efectos positivos del incremento de la actividad, no sufrieron la destrucción y ganaron la guerra); frente al caso de Alemania que ponía parte de la casilla de juego y además perdió la guerra. Francia, es un caso muy similar a Alemania, con la diferencia que estaba en el bando ganador.

Y otro olvido ha sido la definición de destrucción; siendo muy sutil en este post me había pasado de “economista”, y por destrucción me refería a “destrucción económicamente relevante”. Es cierto que los campos de batalla fueron principalmente franceses, y que desde luego este país fue el que más destrucción sufrió, (tanto en vidas humanas, como en medios), pero la capacidad de Alemania, si que quedó destrozada por completo, tanto por los ataques a la zona del Rur como por la ocupación de parte de Renania, enclaves estratégicos por concentrar la mayor densidad industrial de Alemania.

Podemos mirarlo de distintas formas, pero el caso es que, si estamos valorando efectos económicos,  “lo que se destruye” es mucho más importante que la destrucción global.

En estos días hemos asistido al terremoto y tsunami de Japón. Inmediatamente después se ha cruzado en el camino el problema de la energía nuclear; (aún no resuelto, y con noticias cuando menos intranquilizadoras). Y empezamos a hacer las primeras valoraciones que como siempre vienen del sector financiero. Las valoraciones vienen por dos lados; la estimación de daños, (normalmente procedentes y con criterios del sector seguros; que nos cuentan el valor de la destrucción) y por otro lado desde el punto de vista financiero en términos de PIB; (se busca de alguna forma calcular el PIB que está afectado por la situación para cuantificar el daño en la economía). Por supuesto, ya salen los primeros informes de una rápida recuperación, (se habla del segundo semestre).

La primera crítica es muy sencilla; hasta que la situación no se estabilice, cualquier dato sobre el coste o la recuperación es simplemente un brindis al sol; pero en todo caso ya tenemos datos para defender que la recuperación no va a ser rápida; (y ni de lejos en un semestre); ¡Y esto sin tener en cuenta el problema nuclear!; Porque esto me lleva a la segunda crítica que me gustaría expresar con dos preguntas:

¿Creemos que 200.000 millones, (por poner una cantidad cualquiera), de destrucción es lo mismo si esos 200.000 millones se corresponden a restaurantes que si son daños en carreteras?. Desde luego si se destruyen carreteras por importe de 200.000 millones el impacto será muy superior a que si se destruyen bares por importe de 200.000 millones; ¡Más que nada porque el destrozo de las carreteras arrastraría a los bares!.

Y la segunda es ¿Cuánto PIB nominal genera una carretera?. Lo contesto, contablemente (que es lo que tenemos en las estimaciones significa 0); por tanto imaginemos que por algún motivo se destrozan las autovías españolas en medio de la meseta, en zonas que aportan muy poco PIB; ¿Esto afectaría más o menos que la destrucción de algún polígono empresarial de Madrid?.

En definitiva tenemos que pensar en el aspecto estratégico y desde luego pensar en las consecuencias de los daños (y no en su valoración), porque ya a nivel doméstico todo el mundo puede entender que no es lo mismo que alguien pierda 20.000 euros en un depósito o que alguien pierda un coche que es su medio de trabajo que tenga un coste de 20.000 euros.

Para entender el impacto que la situación puede generar en el país Nipón; propongo un ejercicio, que espero que no se entienda como macabro; imaginemos que queremos hacer el máximo daño posible a un país, con el mínimo esfuerzo; en definitiva, lo que propondría cualquier juego de estrategia bélica. ¿Qué harían?.

Si no tienen ganas de pensar, también hacer un poco de memoria y traer a la mente la huelga general del 29 de septiembre. Recordemos que fue una huelga en la que los sindicatos partían de una situación de cierta debilidad y buscaban el mayor efecto posible; ¿Qué se ha hecho?. Pues cortes de transportes y concentrar la fuerza en los polígonos industriales.

 

No sabemos los efectos del terremoto, el tsunami y el pánico nuclear; (por ahora lo dejamos en sólo pánico), pero el caso es que teniendo en cuenta las circunstancias del país; simplemente son la tormenta perfecta, no por los daños en si, (que son muy abundantes), sino por los efectos que dichos daños pueden causar; este será otro post que intentaré colgar a la mayor brevedad posible, he logrado colgar ya.

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