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Borja ya no tiene que madrugar tanto desde que ha comprado los dosificadores para su granja de ponedoras de gallinas. De vez en cuando se acuerda de cuando tenía que levantarse antes que el Sol, para rellenar los boles de pienso y agua, luego recoger los huevos, limpiar las jaulas. Ahora tiene hasta de ir al bar a jugar la partida de dominó y presumir de que la mecanización le ha permitido, tener ahora más gallinas, vender más huevos y dedicar menos horas de trabajo. Ha sido una pasta, dice… pero la productividad ha mejorado y además, ahora que los huevos suben de precio, y además vende más huevos, está obteniendo unos beneficios cojonudos, incluso después de pagar las letras del leasing y el pienso, la electricidad y todos sus costes que también se están disparando.

Hace unos meses le ha llegado la subvención que lolo, “el de la consultora”, le consiguió para fomentar la i+d+i. Lolo es un recién licenciado, siempre como un pincel que factura para la asociación de ganaderos de la zona. La verdad es que está siempre un poco perdido en la granja, y no se le entiende muy bien cuando habla. Pero de vez en cuando saca algún dinerillo de la administración, se ocupa del papeleo, (y de las multas por errores en el papeleo). También hace unos informes curiosos donde se defienden unas cuotas que no cumplimos, para que podamos sostener los precios, y otros más curiosos para convencer a los bancos, (En estos, ya no habla de perdidas). Lolo es un genio.

De repente algo cambia, Lolo dice que no pasa nada; un problemilla de confianza, pero que en el fondo será positivo, por que la gente no puede pasar sin huevos y por tanto Borja puede dormir tranquilo. Además, eso presionará hacía abajo los gastos de Borja. La situación perfecta. Por supuesto, animadamente le dirá que así puede pagar menos a sus trabajadores, Borja no dice nada, pero asiente, por que no va a ser menos; ahora que en el fondo no entiende en que le beneficia eso, por que sus gallinas no cobran sueldos.

Al final Lolo acierta, (¡es un crack!), y los precios del pienso empiezan a caer. (Según parece hay un exceso de producción o algo parecido; ¡Otros que no cumplen las cuotas!). La electricidad no, de hecho sube. Bueno, Borja siempre intuyó que al ser una empresa si que es capaz de cumplir las cuotas.

Lo que ve, es que gana más; produce más, los precios suben, y claro, dado que el pienso representa un 10% del precio, pues cuanto más suba el precio, más dinero gana. Además ahora puede apretar al del pienso y gana más.

Pero un buen día aparece por la granja el representante de la cadena de centros comerciales. Es un buen tío, y da gusto tomarse un vino con él. Pero hoy le dice que tiene órdenes de arriba de negociar el precio de los huevos. Resulta que al final la cadena está vendiendo menos ropa, y por lo tanto para mantener la pasta que gana, tiene que apretar a los de los huevos. La verdad es que Borja no acaba de entender que pinta él en esta historia, ya que si venden menos camisas, deberían apretar al de las camisas, ¿no?. Pero en fin, si hay que negociar, pues se negocia; la pena es que Borja se entera ahora mismo que lo de negociación era un eufemismo, ya que realmente los términos de la negociación incluyen como innegociable el precio, una forma de pago, unas condiciones de entrega y un volumen de entrega comprometido. Eso sí lo de pagar con confirming es solo recomendable.
A Borja no le queda más remedio que aceptar. En definitiva resulta que el supermercado tiene que bajar el precio de los huevos, por que ya no le vale aplicar las técnicas que Lolo también le cuenta, (¿arreglarán las ruedas de los carritos?), y necesita salir como el sitio más barato. Sin embargo le dicen que va a seguir ganando el mismo margen que antes, aprovechando la bajada de precios.

Y Borja acepta, baja sus precios y vuelve a recuperar su margen inicial, y llega el fin de mes, y con ella una carta en el correo. El banco, que dice que como los activos valen menos, y se espera una facturación menor, considera que ahora Borja es un cliente de riesgo, y por tanto tiene que cancelar la póliza, (aunque negociando podrá conseguir renegociar, pagando por supuesto un poco más por que ahora tiene más riesgo). Al comenzar a hacer las cuentas, Borja se da cuenta que ahora gana menos a cada huevo. ¿Cómo es posible?. ¿si me han bajado los precios del pienso en el mismo porcentaje que el precio?. Cabreado llama a Lolo, y este le cuenta que ahora le queda el mismo porcentaje que antes, pero sobre un precio menor.

Pero Borja ahora no sabe como pagar las letras de la maquinaria, por que han subido y por que a cada huevo le gana menos. Trata de producir más, pero Lolo, (tan majo era, y ahora le odia), le recuerda que hay unas cuotas que no se puede pasar.(¿desde cuando?), y que es importante cumplirlas para que no caiga el precio. Llama al representante de la cadena y le cuenta que necesita vender más huevos, para pagar la maquinaria. El representante le dice que le han llamado varios iguales, y que a partir de ahora los precios se fijan desde la cadena y que van a bajar. ¡Ahora ya ni hay negociación!; la cadena impone los precios.

Borja no cubre los gastos, por que le han vuelto a bajar el precio. El banco le aprieta. El vendedor de pienso le aprieta. Ha ido pagando unos gastos, aplazando otros, pero hoy los gastos son superiores al precio. Por supuesto todo es problema de liquidez. Al final con gran pesar tiene que presentar la declaración concursal, y ahí Borja pasa a ser un proscrito.

El banco se queda la granja, pero se olvida de darle de comer a las gallinas. Unos meses después Lolo que ahora es inspector del Banco de España, (¡siempre fue muy listo!), en una de las inspecciones rutinarias tan rigurosas a la entidad financiera, le toca dar un paseo y descubre que tras una partida contable está un montón de gallinas muertas, huevos podridos, y pienso estropeado. Ante el olor, el sagaz inspector llega a la conclusión de que el balance de la entidad escondía Activos Tóxicos.

Por supuesto Lolo será siempre un héroe, por que él siempre lo dijo. (Por no mencionar las medallas que le tocaron por encontrar los activos tóxicos que ninguna inspección detectó).

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  1. #1
    29/08/10 12:58

    Bonita fábula.
    Triste, pero real como la vida misma, eso sí, si nos reunimos varios productores de huevos para fijar los precios mínimos en base a los costes, eso está penado por la UE y similares, sin embargo si la cadena de supermercados fija los precios y todos ellos tienen el mismo precio, eso no está penado.

    Con este tipo de sistema, de libre competencia le llaman, lo que se consigue es que las empresas tengan que despedir a la gente con más de 45 años, para abaratar costes y meter becarios, dado que sino nunca serán competitivas en relación a empresas nuevas, con empleados nuevos, jóvenes e inexpertos, pero que en base a muchas horas y conocimiento, suplen su falta de experiencia, al final se degrada el precio de la hora y un coste que era de la empresa y del mercado, se traslada al estado, personas de más de 45 años en paro y con difícil recolocación, al final subsidios y más subsidios que no hacen sino poner muletas a un supuesto mercado eficaz.

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