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La semana pasada hemos conocido el cese fulminante de una persona que ocupaba un cargo de libre designación por resolver un expediente de CEMEX. Según las noticias de prensa, las causas de este cese ha sido precisamente no informar de acuerdo a las instrucciones recibidas y confirmar la sanción.

Ante tal acontecimiento, la agencia tributaria, publica en su web una aclaración al respecto, en la que nos dice:

 “En virtud de lo dispuesto en la normativa vigente sobre función pública, los titulares de los puestos de trabajo provistos por el procedimiento de libre designación podrán ser cesados discrecionalmente. Los ceses a que se hace referencia en las informaciones publicadas en estos últimos días forman parte de este proceso normal de organización en la Agencia Tributaria, y de relevo en determinados puestos, de acuerdo siempre con la normativa vigente.

El sistema de libre designación es un mecanismo de provisión de puestos de trabajo contemplado en los artículos 51 a 58 del Reglamento de Ingreso y Provisión de Puestos de Trabajo, aprobado por Real Decreto 364/1995, de 10 de marzo.

El número de puestos de libre designación existente en la Agencia Tributaria para el colectivo de los Inspectores de Hacienda del Estado es el que se estima adecuado en cada momento, atendiendo al contexto en el que la Agencia desarrolla su actividad, y con el objetivo puesto, en todo caso, de alcanzar mayores niveles de eficacia y eficiencia en el ejercicio de las funciones que tiene encomendadas que aseguren la consecución de sus fines.

Por otra parte, en cuanto a las referencias concretas a un determinado  expediente, la Administración Tributaria no entra nunca a considerar ni a difundir ni a valorar, ni lo deben hacer tampoco sus funcionarios, las circunstancias o incidencias de concretas actuaciones inspectoras ya que lo impide la Ley General Tributaria cuando atribuye el carácter reservado a los datos o los antecedentes obtenidos por la Administración Tributaria en el ejercicio de sus funciones en virtud de lo dispuesto en su artículo 95.

El prestigio de la Agencia Tributaria deriva del trabajo y esfuerzo de todos sus funcionarios en el cumplimiento de los objetivos de lucha contra el fraude de la institución, razón por la que lamenta que en la información publicada en los m edios de comunicación se haga referencia a expedientes o empresas concretas.

Las decisiones que se han tomado responden a un proceso normal de relevo en la Agencia Tributaria, y la publicación de la mencionada información rompe la garantía del secreto de las actuaciones, con la que la institución y todos los funcionarios deben estar comprometidos, y perjudica gravemente la actuación de la Agencia en materia de lucha contra el fraude”

En las declaraciones, Montoro vuelve a la carga con el hecho de que se haya conocido la inspección y los detalles sobre el contribuyente, y por supuesto nos dice que no han existido injerencias políticas, que por otra parte parecen claras.

En todo caso, lo que debería quedar perfectamente claro es que el mayor riesgo que nos podamos encontrar es el referido en la nota de hacienda. Nadie discute que los titulares de puestos de libre designación puedan ser cesados sin ningún motivo; lo que no tiene sentido es que sean precisamente estas personas en estos casos, los que estén resolviendo procedimientos que afecten a los ciudadanos.

Es más que evidente, que haya habido o no injerencias políticas en este caso, lo importante es que el sistema permite que las haya sin más problemas, rompiendo un esquema fundamental en lo que debería ser un estado de derecho en el que los expedientes se resuelven única y exclusivamente en base a las normas.

En todo caso, estos casos deberían hacernos llamar la atención sobre determinadas frases y argumentos para introducir ciertas “mejoras” en la administración pública. Por ejemplo, ahora que la sanidad es un buen objetivo, hemos escuchado con bastante frecuencia aquello de pagar más a los mejores médicos y eliminar rigideces. La pregunta y la clave es ¿Quién es mejor médico?. ¿el que mejor cura o el que de las altas más rápidos?, ¿Quién es mejor funcionario de Hacienda?, ¿El que acepta resolver en un sentido injusto a sabiendas, lo cual es un delito o el que se mantiene firme con la ley?.

Porque lo curioso del caso es que la persona ahora cesada, en mi opinión, y sin conocerla de nada, es de los cargos que ahora tiene mi mayor respeto y ha demostrado mucho para su puesto. Irónicamente eso le ha costado el puesto;

La pregunta es… ¿Quién ganará con la flexibilidad?.

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  1. #3
    26/11/13 21:05

    El "prestigio" de la Agencia Tributaria es más o menos como el del personaje Montoro.

  2. en respuesta a Cambioyev
    -
    #2
    26/11/13 17:58

    Yo ya hace tiempo que pienso que los políticos no tienen credibilidad, y cuanta más alta es la instancia menos tienen. Se comportan, actúan y hablan como la mafia. Son la nueva MAFIA.

  3. #1
    26/11/13 00:35

    La realidad es que el actual procedimiento de nombramientos y ceses mediante el sistema de libre designación permite que se confunda el interés por conseguir mayores niveles de eficacia y eficiencia en la administración pública, con el interés político de que el funcionario obedezca determinadas instrucciones.

    Esto es un hecho cierto.

    Por lo tanto, el Gobierno y el Parlamento deben aprobar las normas necesarias que dote de la suficiente motivación y transparencia las decisiones en materia de nombramientos y ceses de altos cargos, tanto para evitar la tentación a confundir los intereses que se han de defender, como por la necesidad de trasladar a los ciudadanos la confianza en una administración pública transparente en sus decisiones y clara en sus procedimientos.

    Vivimos una época en la que está en juego la credibilidad del sistema político y su influencia interesada en la administración pública. Y hay que ponerle fin a ésto si queremos que nuestra democracia no se quede atrás. Porque no podemos estar siempre 50 años atrás en el tiempo de otros países. Hay muchos países que lo están haciendo mejor. Fijémonos y adaptemos a nuestras normas y procedimientos lo bueno que hay en ellos. Hay que dejar de lado el miedo a cambiar para mejorar y avanzar... porque es la única manera de que todos salgamos ganando. Y hay que hacerlo ya.

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