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Accionistas y acreedores, contribuirán a las pérdidas... ¿novedad?

En la madrugada pasada hemos asistido al enésimo acuerdo en la unión europea, que supone un paso definitivo en la dirección de… y que establece unas reglas claras para… Lo primero que me gustaría señalar es que en un tiempo conocía  una chica que sabía perfectamente como dejar de fumar definitivamente; de hecho lo había logrado 17 veces.

En particular este acuerdo trata sobre las normas para la resolución de las crisis bancarias estableciendo el orden de prelación de las deudas, la “superprotección a los depósitos de menos de 100.000 €” y la elevada protección a los depósitos superiores a dicha cifra.

En esta madrugada se ha aprobado lo que parece ser una revolución; primero se verán obligados a asumir pérdidas los accionistas, luego los acreedores subordinados, después la deuda de mejor calidad y finalmente los depósitos. Lo cual sería una revolución si no tuviésemos en cuenta las definiciones de estos instrumentos. De hecho, la prelación en el cobro o la inversa a la obligación de asumir pérdidas o si queremos el riesgo es la que en su día impuso esta nomenclatura a los activos financieros.

Imaginemos que tenemos un banco con unos activos de 100; y ese banco tiene un pasivo, (que será igual al activo), por valor de 100 que se reparte de la siguiente forma: 10 serán del capital (o sea de los accionistas) y 30 para cada uno de los tres grandes grupos: deuda subordinada, (o de baja calidad), deuda senior y depósitos.

Si este banco sufre una disminución de su activo de 20, (pongamos que lo que decía que valía 100 resulta que vale 80), lo que nos encontramos es una situación con unas pérdidas de 20. ¿De quién son estas pérdidas?. Pues lo más obvio es que en principio estás pérdidas son de los propietarios de la empresa y de los beneficios, si los hubiese.  Si lo queremos ver de otra forma, entre varias personas tenían una parte de una empresa que valía 10, (activos menos lo que debe). Si resulta que finalmente se comprueba que la empresa vale -10, pues ahora los accionistas tienen absolutamente nada.

Es curioso que se mencione que se obliga a los accionistas a asumir pérdidas, cuando la realidad es que no hace falta asumir absolutamente nada, sino que son suyas por derecho propio, ya que participar de la propiedad y los beneficios implica también participar de las pérdidas. Desde este punto de vista, el hecho de que se obligue a otras personas a asumir pérdidas antes de que los accionistas lleguen a cero es un favor que se hace a los accionistas, lo que por cierto es lo que se acaba de aprobar en esta madrugada.

Pero sigamos, en nuestro caso particular, resulta que las pérdidas eran de 20, que es más que lo que habían puesto los accionistas, por lo tanto, perdiendo los accionistas el total del valor, no llegaría. Pues entonces, ¿Quién ha de perder?. Pues el que tenga deuda subordinada o de baja calidad, o también llamada de alto rendimiento, (qué lo es por algo). Como estos tenían 30, y faltan por cubrir los 10 que no habían cubierto los accionistas al perderlo todo, nos encontraríamos con la necesidad de una quita de 10 a los de deuda subordinada, que tendrían una quita del 33%.  El resto seguiría igual. Ahora nos dicen que clarifican las cosas, pero la realidad es que antes ya estaban perfectamente claras, o por lo menos tanto como ahora. Otra cosa es que no gustasen, pero este problema lo vamos a tener siempre, porque al final tenemos a unas personas con poder de imponer criterios y otras que no.

Por tanto tradicionalmente tendríamos que los accionistas perderían 10 y los acreedores de deuda subordinada perderían 10. ¿Y ahora?. Pues lo que parece que tendremos es que se acordarán quitas para “casi” todo el mundo, (ya que parece que se pueden salvar “determinados acreedores a decidir discrecionalmente de la quita).  De esta forma, lo que se puede hacer es ordenar una quita pongamos de un 40% para los accionistas, de un 30% para los bonistas subordinados, de un 20% para los bonistas senior y un de un 10% a repartir entre los afortunados tenedores de depósitos superiores a 100.000 euros.

En total tendríamos que los accionistas asumirían 4 (en lugar de 10); los tenedores de deuda subordinada asumirían 9, (en lugar de 10); los bonistas senior asumirían 8 (en lugar de nada), y los de los depósitos asumirían 3 (en lugar de nada). En total parece que logramos el milagro de los panes y los peces, ya que seríamos capaces de enjugar unas pérdidas de 24, (en lugar de las previas), sin que nadie perdiese más del 40%, y presumiendo de perfectos capitalistas liberales porque resulta que ¡los accionistas pierden algo, en lugar de todo y se considere un éxito que contribuyan a a soportar las pérdidas!).

El resto de las novedades son una entrada en vigor para 2018, con el fin de que los bancos se puedan preparar, (y cómo no sea rebalancear sus estrategias comerciales es difícil entender que tienen que preparar) y que además de esta forma dispongan de 4 años y medio para planificar una quiebra que debería estar a estas alturas más que planificada, entre otras cosas porque una de las decisiones definitivas previas era precisamente la obligación de diseñar el procedimiento y hacer el “testamento” para que pudiesen caer; (lo cual parece que no quedó en más que un sueño de unas copas).

¡Ah!, se me olvidaba la novedad; resulta que en contra de lo aprobado después del rescate, (operación financiera en términos ventajosos que trajo contrapartidas para el resto de nosotros), de España, ahora resulta que Europa va a prestar indirectamente la ayuda a los bancos, de tal forma que el país responde de las deudas. De las pretensiones de que el acuerdo español fuese retroactivo, evidentemente nos olvidamos, pero lo curioso es que seguimos con una curiosa sensación de que como español tengo que sostener a entidades financieras privadas españolas; sé que la caída de las entidades nos hará daño, pero también al resto de Europa, también sé que hay muchos españoles que no somos accionistas de entidades a rescatar, (y algunos lo son a la fuerza), y que curiosamente las políticas las marca la UE.

Pero vamos, más allá de estas pequeñas tonterías, una madrugada más como las de siempre. ¿de verdad se creen que esto es solución o que va a mejorar la confianza?.

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