Un vehículo se declara en siniestro total cuando hay un accidente y el vehículo queda completamente inutilizable, de tal forma que su reparación cuesta más que su precio real, o también si es robado. Esta situación de siniestro total ocurre en varios casos:
- Si el automóvil es sustraído y desaparece.
- Si el coche es robado y después aparece muy deteriorado.
- Si el vehículo sufre un incendio y los daños son irreparables.
- Si el automóvil sufre un accidente y queda completamente inutilizable.
En el primero de los casos como el vehículo desparece por completo y para siempre esto significa que el dueño nunca más lo volverá a tener, asimismo es claramente un siniestro total de pleno derecho.

Pero cuando el vehículo sufre otro tipo de transgresión, los deterioros pueden ser menores o mayores y entonces surge el dilema de cuando se declara el siniestro total.
Al asegurar un coche lo que aseguramos realmente es el precio de este coche, esto es una cantidad de dinero que nos pagará como máximo la compañía en el caso de siniestro.
Así que lo habitual es que se considere siniestro total cuando el valor de reparación del coche sea superior a la cuantía asegurada. Esto es cuando la reparación cuesta más que el 100% de lo asegurado. Sin embargo hay compañías que consideran siniestro total cuando el valor de reparación es del 75%, 80% o 90% del valor asegurado.
Hay diferentes supuestos de indemnizaciones así por ejemplo si en el seguro se indica que la indemnización en caso del siniestro total es valor a nuevo, esto significa que nos pagarán lo que cueste el nuevo coche.
En este caso cuanto más baja sea la barrera para la admisión del siniestro total, será mejor porque mas fácilmente obtendremos la suma que vale el nuevo vehículo. Es decir un 75% del valor de los daños será mejor al 90%.
Hay ocasiones cuando no nos interesa que el automóvil se declare siniestro total, ya que el coche tiene años y esta en buen estado, pero la indemnización que pagaría la aseguradora sería más baja que el precio del automóvil en el mercado de segunda mano. Así no conseguiríamos comprar un nuevo coche de similares características y calidad, por ello es más conveniente reparar el vehículo.
Por otra parte hay que señalar que de la indemnización también se descuenta el valor de los restos del coche que pertenecerán del asegurado. Este valor como mínimo será el de la chatarra.
En el caso de que no se declare el siniestro total y no es conveniente la reparación por el motivo que sea, el conductor se quedará con el dinero de la reparación, pero este no llevará el IVA, dado que como el coche no se repara la compañía no paga el IVA. Sin embargo si posteriormente el dueño del coche decide arreglar su vehículo tendrá que abonar el impuesto.