Hoy en día es muy común ver o escuchar a una persona comentar, “necesitaba hacer frente a este pago de inmediato, por eso he solicitado un crédito rápido”.
En pocos años se ha observado la necesidad de nuevas formas de financiación, aumentando la demanda tanto de créditos rápidos, como de minicréditos, y en la actualidad es una de las formas más rápidas y utilizadas para obtener dinero en España.
Es conveniente hacer una distinción entre estas dos modalidades, ya que aunque son semejantes a la hora de obtenerlas, la finalidad y el importe de un crédito rápido no suele ser la misma que en un minicrédito.
Crédito Rápido
Los créditos rápidos, solían ser ofrecidos por empresas de capital privado, pero poco a poco y viendo la gran demanda de estos, algunas entidades financieras ya han comenzado a comercializarlos.
Normalmente los créditos rápidos se utilizan para hacer frente a un gasto que no teníamos pensado realizar como por ejemplo, una avería en el coche, una reforma en la vivienda, realizar un viaje, etc. La cuantía de estos créditos rápidos puede ser muy dispar, pero normalmente suelen ser cantidades que van desde los 600 euros hasta los 12.000 euros.
Los plazos de devolución (a diferencia de los minicréditos) suelen ser periodos comprendidos entre los 6 meses y los 6 años, dependiendo de la cantidad solicitada, y en cuánto a la forma de devolución, en los créditos rápidos, se abonan cuotas periódicas normalmente mes a mes.
Minicréditos
Los minicréditos, son ofrecidos por empresas de capital privado, es decir, entidades no financieras. Su finalidad suele ser por un pequeño gasto o por falta de liquidez, como el pago de una multa o la compra de un electrodoméstico.
Por lo general, los minicréditos suelen ser concedidos por cuantías pequeñas, de hasta 600 euros. Sus plazos de devolución suelen ser de un mes, y se reembolsa en una única cuantía.
A continuación se muestran algunos de los requisitos, ventajas e inconvenientes, tanto de los créditos rápidos, como de los minicréditos:
Requisitos:
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Ser mayor de 21 años.
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No aparecer en registros de morosos.
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En algunos casos se requiere residir en España.
Ventajas:
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Rapidez y agilidad en los trámites (se solicitan vía online o telefónicamente).
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Poca entrega de documentación: Fotocopia de DNI, número de cuenta corriente, fotocopia de la nómina o pensión.
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Rapidez a la hora de disponer del importe del crédito.
Inconvenientes:
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Altos tipos de interés (oscilan entre el 20% y el 28% en el caso de los minicréditos), en comparación a los créditos y préstamos bancarios.
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Elevados intereses de demora ante impagos en la devolución del importe.
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Entrada en listas de morosidad (como ASNEF) en caso de impago.
Esta forma de financiación es muy utilizada debido a que te permite obtener el dinero en un período de tiempo muy breve, por eso, se debe de tener seguridad de que se va a poder devolver en el momento estipulado porque si no es fácil entrar en una espiral de créditos, cerrando uno mediante la solicitud de otro crédito similar, e incurriendo en unos intereses de demora elevados, de la que difícilmente se podrá salir.
¿Son interesantes estos créditos? ¿Merece realmente la pena disponer de ese dinero a cambio de tan altos intereses?