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Blog La macroeconomía al descubierto.
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¿Por quién doblan las campanas?

Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti.
                                                                                                                         John Donne, Devotions Upon Emergent Occasions
 
Es increíble el daño que la Reserva Federal está causando a medio mundo con sus políticas monetarias de expansión cuantitativa. Como diría Tristán en su blog: el bueno de Ben Bernanke es un “morlaco” de cuidado… Imprimir dinero para sostener la economía, beneficia a unos pocos y maltrata a muchos. Para una minoría de ciudadanos que invierten en bolsa o se aprovechan del resurgimiento del sector inmobiliario estadounidense, Bernie debe ser un santo. Y también lo será para los bancos. Pero para el común de los norteamericanos y para las poblaciones de un montón de países, sus maquinaciones son peores que un dolor de muelas. 
 
Dicen que si dejas a una rana viva en una olla a fuego lento, termina cociéndose… Podría saltar y largarse sin más, pero por alguna extraña razón su metabolismo no reacciona cuando la temperatura sube lentamente. Con lo cual, termina palmándola. Pues bien, con la inflación sucede algo parecido. La subida de los precios genera cierta euforia consumista, una especie de entusiasmo que lleva a la gente a comprar hoy, lo que mañana será más caro. De este modo se adelanta al presente gran parte del consumo futuro. Lo cuál convierte a la inflación en un impuesto en la sombra, imperceptible para el conjunto de la sociedad, que permite mejorar la recaudación del Estado a corto plazo. Sin embargo, con el paso de los meses o años, esa euforia consumista se transforma en depresión cuando los ciudadanos se dan cuenta que han dilapidado todos sus ahorros.
 
La política de imprimir dinero ha beneficiado a los bancos tocados por la Gran Recesión, porque ha subido el precio de los activos que mantienen en cartera; sean acciones, bonos, cédulas hipotecarias, etc. Necesitan los estímulos proporcionados por los bancos centrales para mejorar su rentabilidad y liquidez. Poco les importa que la economía real esté hecha unos zorros y que el común de los ciudadanos, sobre todo en Estados Unidos, tengan que lidiar con inflaciones superiores a las reconocidas en las estadísticas oficiales. Mientras suene la música, les irá bien. En realidad, los intereses de los clientes han pasado a un segundo plano… porque ahora pueden utilizar los activos revalorizados, como “collateral” para obtener tanta liquidez como deseen en las ventanillas de la FED, el BCE, el BoE o el BoJ. Y con ello ampliar la oferta monetaria casi hasta el infinito. Seguramente, porque ese es el único modo de cubrir el vencimiento de los derivados financieros…
 
A menudo escucho la opinión de muchos analistas –y de muchísimos rankianos-, que ridiculizan los peligros inflacionarios asociados a esas políticas de compra de activos. Creen que la impresión digital de dinero, a diferencia del pasado, no elevará el coste de la vida porque la mayoría de las transacciones se realizan en la parte alta del sistema. O dicho de otro modo: el dinero no fluye hacia abajo, hacia la calle. Y como no hay crédito, no hay inflación. En parte es verdad, aunque sea un análisis bastante simplista. Lo que a la mayoría se “le olvida” es que el 80% del dinero que reciben las entidades financieras por parte de los bancos centrales, vuelve a ellos en forma de depósitos. Por ejemplo en la FED, cuyos depósitos ofrecen una rentabilidad que oscila entre el 0’25 y el 1%. En realidad hay un acuerdo tácito entre Bernanke y la banca comercial:
Os pago un pequeño interés por todo ese dinero –para que no lo prestéis…- y, a cambio, podéis invertir como queráis el 20% sobrante.
 
¿Qué es lo que hacen los bancos con todo ese dinero? Pues hinchar burbujas, que es lo suyo. A Goldman Sachs le ha dado por las botellas de vino, elevando el precio de algunos caldos a niveles estratosféricos. Pero la gran mayoría siente predilección por el mercado de las materias primas, sobre todo por el petróleo.
 
La inyección de dinero nuevo en estos mercados gracias a los QE de la FED, se ha traducido en una subida automática de los precios. El proceso es complicado porque en el establecimiento del precio final intervienen muchísimas variables; pero es evidente que los países productores piden más por sus materias primas cuando aumenta el volumen de dólares circulante. Esto tiene un lado bueno y un lado malo. El bueno es que al subir el precio mantienen su “capacidad adquisitiva” para transaccionar con otras divisas; y el malo es que sus economías se ven inundadas por un alud de dólares que perjudica al resto de las exportaciones (por el fortalecimiento de la moneda local) y puede conllevar la aparición de más burbujas, como expliqué en el anterior artículo.
 
Para gestionar los peligros inflacionarios de tanta exhuberancia monetaria, los países productores están siguiendo dos caminos: 1) invierten sus dólares en el sector de la construcción (sea fomentando las infraestructuras o el mercado de la vivienda); y 2) compran tanto oro como pueden. El primer camino tiene sus riesgos… al fin y al cabo, varios de ellos están experimentando burbujas inmobiliarias. Pero a veces es mejor invertir los ahorros cuando las cosas van bien, que hacerlo cuando van mal; porque si todos vendieran sus dólares en un momento de debilidad global, la cotización de la moneda estadounidense podría resentirse, lo cuál sin duda afectaría a la calidad y cuantía de sus reservas. Por otro lado los países que no han invertido sus reservas en bienes tangibles, como Venezuela, se están cociendo por la hiperinflación. El caso de Venezuela es muy interesante, porque en vida de Hugo Chávez el país consiguió sustituir al FMI como prestamista de última instancia a nivel regional. El país exportaba sus dólares mediante créditos blandos a las naciones más necesitadas y, a cambio, controlaba los precios internos y consolidaba su presencia internacional. Pero es evidente que con Maduro algo está fallando… porque los venezolanos se están achicharrando como una rana al sol.
 
Ahora bien, si eres ciudadano de alguno de esos países cuyos ingresos en dólares no dan para pagar la factura energética, tienes un problema… El mejor ejemplo es Egipto. Por cortesía de la FED, los egipcios se están empobreciendo por el encarecimiento de la vida motivado por el precio del petróleo y de los alimentos (que siguen al primero en sus subidas). Pagar la gasolina en libras egipcias, es prohibitivo para el común de los mortales. Y no me cabe ninguna que el aumento del coste de la vida en todos los países de la Primavera Árabe, está impulsando los estallidos sociales de los últimos tiempos. Ron Paul, el líder del partido republicano, no lo podía expresar mejor hace unos días: En Egipto nos odian. Da igual quién gobierne, nos seguirán odiando. Deberíamos reflexionar y reexaminar lo que estamos haciendo, reconocer nuestros errores... Y así es. Las nefastas consecuencias de la política monetaria norteamericana en el Norte de África, en el Sahel y el sudeste asiático, está debilitando la presencia internacional de Estados Unidos y socavando el apetito de muchísimos países por la tenencia de dólares. Si Bernanke cree que la cadena de transmisión del sufrimiento puesta en marcha por sus QE no tendrá repercusiones a escala global, está muy equivocado. Tal vez no lo sepa, pero en muchos lugares ya están doblando las campanas por Washington… 
 

La subida de los Tipos de Interés

Como comenté en el anterior post, si el oro es el canario en la mina… la subida de los tipos equivale a un concierto de Metallica. Esto es así porque desde que empezó la Gran Recesión los gobiernos lo han dado todo para salvar a su banca; produciéndose una monumental transferencia de deuda privada al sector público. Y sin embargo, gran parte del sector financiero sigue muy tocado 5 años después. Sólo que ahora nadie puede permitirse pagar más por su deuda; porque ésta estrangula el crecimiento y podría llevar a muchas naciones a incurrir en default. 
 
Actualmente parece que muchos países están llegando a una especie de rubicón que, en caso de ser sobrepasado, podría llevarlos directamente a la quiebra. Empezando por Estados Unidos. Por algo el tío Ben nos recuerda periódicamente que sin un acuerdo fiscal entre republicanos y demócratas, peligra el pago de la deuda. Naturalmente, esto está empujando los tipos de interés hacia arriba; porque los acreedores exigen mayores primas de riesgo para seguir comprando bonos soberanos. Desde un punto de vista prosaico, el yield sube porque la FED no puede comprar toda la deuda estatal que sale al mercado. Ni siquiera con el QE3… 
 
La pregunta del millón, la que todo el mundo se hace, es: ¿Quién está vendiendo treasuries norteamericanos? Pues bien, aquí tenemos algunas respuestas…
 
Ventas de bonos por países
 
Reconozco que el gráfico me impresionó… porque los países involucrados en las ventas tienen intereses dispares; aunque todos ellos están buscando liquidez a causa del agravamiento mundial de la recesión. Por un lado tenemos a Japón: ¡Vaya sorpresa! Sin duda esto explica en parte el actual fortalecimiento del yen respecto al dólar y tal vez indique que el gobierno de Shinzo Abe, está aminorando el ritmo de impresión masiva de dinero. Quién sabe, puede que la política del crisantemo esté llegando a su fin… todavía es pronto para saberlo. Pero es que además, tenemos a todos los re-emergentes vendiendo deuda norteamericana. Tenemos a Brasil, a Rusia y, por supuesto, a China. China lo hace por partida doble; pues vende directamente o indirectamente a través de sus territorios “franquiciados”, sea Hong Kong, Singapur o Thailandia. El caso de Thailandia es muy llamativo, porque es un comprador compulsivo de oro. Aunque todavía me sorprende más que aliados tradicionales de Estados Unidos como Israel, Canadá y Noruega, estén liquidando posiciones.
 
Todos estos movimientos han precedido la violenta subida de los tipos de interés experimentada a partir de mayo. No puede ser una casualidad… Luego, para colmo de males, varios hedge funds se han apuntado al carro de las ventas. Con bastante éxito, por cierto. Lo cuál suscitó la violenta reacción del presidente de la FED de Dallas, Richard Fischer, que los llamó “cerdos salvajes”. 
 
Cada vendedor tiene sus motivos. Aunque hay una cosa innegable: las campanas ya doblan por Estados Unidos. Y éstas se escuchan con mucha preocupación… Si la Reserva Federal reduce el ritmo de sus compras, los tipos de interés subirán; pero si las mantiene o las incrementa –incrementándose con ello el déficit público norteamericano-, podría empeorar la prima de riesgo y provocar un alud de ventas por parte de los tenedores de bonos. La situación es realmente endiablada y, como no podría ser de otro modo, el mercado está poniendo a prueba los nervios del morlaco Bernanke. 
 

La reacción de la Banca

Hasta ahora, la política monetaria implantada en Estados Unidos ha beneficiado a los bancos. Sobre todo a los más endeudados; que han visto como sus balances mejoraban al calor de las burbujas patrocinadas por la Reserva Federal. Sin embargo, la reciente subida de los tipos de interés supone una gran contrariedad. Éstos han subido un 1% en apenas dos meses; lo cuál se traduce en minusvalías del 10% para toda la deuda pública que tienen en cartera (porque los bonos valen menos). Desde Zerohedge, nos informan que lo que está pasando es un auténtico “baño de sangre”:
 
La caída de los beneficios de los bancos
 
Es muy difícil saber lo que ocurre entre bambalinas. Pero a estas alturas, es vox pópuli que los bancos padecen una gigantesca crisis de liquidez. Seguramente relacionada con el vencimiento de los derivados financieros. Siendo el agravamiento de la crisis global y la actual subida de los tipos de interés, la gota que colma el vaso. De un año a esta parte, la Reserva Federal los ha ayudado en lo que ha podido… Por eso ha incrementado la oferta monetaria otro 20%:
 
Incremento de la Oferta Monetaria
 
O sea, que están creando dinero al mismo ritmo que lo están haciendo los argentinos. Dinero que “desaparece” en el agujero negro de las entidades financieras. 
 
Todo esto por el lado de los Bancos Centrales. Por el lado de los bancos, se están “buscando la vida” para obtener tanta liquidez como sea posible. Durante los últimos meses explotaron el yacimiento del oro-papel, forzando las ventas de los ETF que ellos mismos controlan. Pero como ahora el oro está en backwardation y eso puede causarles un problema financiero adicional… han puesto el punto de mira en el mercado hipotecario. 
 
En apenas dos meses, los intereses de las hipotecas a 30 años, han pasado del 3’5 al 4’5%. Las ganancias que están obteniendo por esta vía, les permiten tapar los agujeros causados por la depreciación de los treasuries. Naturalmente, esta iniciativa amenaza la recuperación del sector inmobiliario estadounidense; porque el encarecimiento del crédito endeuda a las familias y perjudica al consumo (la solicitud de nuevas hipotecas está cayendo a niveles de junio de 2011). Pero a las entidades financieras les da igual, hay que muñir la vaca y el momento de hacerlo, es ahora. El tío Ben está que trina, porque la gula bancaria podría arruinarle el trabajo de los últimos años… Sin embargo, su margen de maniobra es escaso y, a estas alturas, uno ya no sabe si el morlaco controla a los bancos o éstos lo controlan a él. 
 
El quid de la cuestión está en los 1’8 billones de dólares que la banca americana tiene aparcados en los depósitos de la FED. Pues bien, como las cosas se están poniendo peliagudas… los bancos exigen que se les pague más por el dinero depositado. En caso contrario, amenazan con volcar ese montante en la economía real; mediante créditos empresariales, créditos al consumo y demás. Lo cuál rompería el acuerdo tácito entre ambas partes, que han mantenido desde el comienzo de la crisis.
 
Reservas bancarias en la FED
 
Este es el parecer del profesor Robert Auerbach, de la Universidad de Texas (con el que coincido). No es un tema baladí. Si los bancos toman ese camino, ganarán dinero a raudales… pero se producirá una gran devaluación del dólar, la inflación se descontrolará y la Reserva Federal se verá obligada a encarecer el precio del dinero. Aunque podrían pasar cosas peores… En cambio, si la FED mantiene o acrecienta el programa de compra de activos para hacer bajar el yield de los bonos del Tesoro, la suma depositada en la Reserva Federal engordará todavía más, dando más poder a los bancos. 
 
El problema de todo esto es que, pase lo que pase, el interés de los bonos a 5 y 10 años va a seguir subiendo. Marc Faber cree que todo esto, finalmente, conllevará quitas o refinanciaciones de la deuda soberana… Tiene toda la pinta de que Bernanke está entre la espada y la pared. Todo huele a final de partida y a cambio de ciclo. Pero soy muy malo con el timing… Lo que sí sé, es que las campanas van a redoblar por un montón de gente.
 
Un saludo a todos/as. ¡Muchas gracias por leerme y no os perdáis el vídeo de Metallica…!
 
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  1. en respuesta a ayrton
    -
    #81
    Claudio Vargas
    09/08/13 08:27

    Lo que parece claro, Ayrton, es que la época de vacas gordas no volverá. Tal vez nunca. Pero la economía se recuperará... Se recuperará tras la resolución de esta monumental crisis de deuda. Cuando será eso? Pues no lo sé.
    No comparto la visión apocalíptica de Llinares ni de Niño Becerra. Pero me doy cuenta de que la situación está muy jodida. Por las deudas y porque el tímido crecimiento económico que tenemos en todas partes no ayuda a pagarlas; ni en España, ni en Europa, ni en EE.UU. ni en Japón. Hay que hacer algo con las deudas, porque a estas alturas ahogan el crecimiento y abocan al mundo a la deflación.
    Ante esta disyuntiva se plantean varias opciones: 1) hiperinflacionar; 2) entrar en un escenario de quitas y reestructuraciones de deuda; y 3) entrar en un escenario a la japonesa, para dejar aletargado el tema durante los próximos 20 años. Y tal vez haya otros escenarios peores... En cualquier caso, todo esto terminará en otra crisis fenomenal. Las opciones 1 y 2 benefician al oro y a la plata; y aunque no suceda el punto 3, tenerlos en cartera para diversificar los riesgos, tampoco es ninguna tontería. Pero siempre para diversificar, porque no se pueden tener todos los huevos en la misma cesta.
    Portugal, Grecia, España (pero no Irlanda), tal vez Italia... sufrirán reestructuraciones de deuda. Y en Estados Unidos, vendrán más "Detroits"...
    Así lo veo yo, Ayrton. Todas las crisis económicas de calado terminan igual. Lo que pasa es que llevamos un superciclo de crecimiento económico de 40 años y ya nadie se acuerda. Pero hay que leer a Rogoff y a Reinhart, porque "this time is not diferent".

    Un abrazo!

  2. en respuesta a Claudio Vargas
    -
    #82
    12/08/13 23:35

    Muchas gracias por su respuesta, que bueno poder leerle.

    Un saludo.

  3. en respuesta a Claudio Vargas
    -
    #83
    21/08/13 10:20

    Tiemblo al pensar que ESpaña haga una quita, cuando la gran mayoría de bancos están cargados de deuda del estado, y si no me equivoco la hucha de reserva de la Seguridad Social está compuesta en mas de un 90% de deuda española.

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