No hay crisis que por bien no venga...

La oleada neoliberal que nos invade en los últimos tiempos, representada esta vez por la Comisión Europea, ha vuelto a abrir otra frente de batalla aprobando a escala europea una retrógrada jornada laboral que comprende hasta 78 horas a la semana como máximo. Vaya que se pretende que trabajemos hasta la extenuación, incluso más que Dios, que al menos tuvo un día de descanso semanal. La movilización de la infantería neoliberal a escala europea para preconizar una desregularización y precarización de las relaciones laborales se justifica, según ellos, en que son necesarias para afrontar la vigente crisis, de la cual ellos han sido en parte responsables. Ahora resulta que para salir de estar crisis, es necesario que los europeos no tengamos derecho al descanso, ni al disfrute de tiempo libre, ni a una limitación razonable de la jornada de trabajo ni a las vacaciones pagadas. No hay que olvidar que esta crisis empezó como una crisis de confianza, liquidez y solvencia motivada por la irresponsable y negligente praxis de las entidades financieras, empresas de rating, organismos públicos de control, etc. a la que se ha sobrepuesto la crisis por la especulación de los precios del petróleo y materias primas desembocando todo ello en una crisis del carajo. La historia una vez más se repite, en vez de exigir responsabilidades y castigar ejemplarmente a los que desencadenaron esta crisis, cargan contra los más débiles. Tantos años de revueltas sociales en pos de unos derechos laborales dignos, y ahora, cuatro burócratas de Bruselas lo vuelven a dejar todo patas arribas. Mal pinta el tema para el currela europeo, y más cuando la pasividad entre los gobiernos progresistas europeos ha sido pasmosa. Nuestro preciado Estado del Bienestar está de nuevo herido de muerte. Por lo que respecta a España, si al final el tema cuela, ZP ya puede ir pensando en ir retocando el Estatuto de los Trabajadores ( la jornada máxima son 40 horas) con la consiguiente crispación social que acarreará el tema, o lo que es lo mismo, el decir bye-bye a la tan cacareada concertación social para superar la crisis. Pero bien, tampoco hay que alarmarse, de momento al populacho le echan cada día un partido en abierto de la Eurocopa y España sigue adelante. Para que quejarse de momento?...