Hace algunas semanas tuve la oportunidad de reunirme con un administrador de activos bastante reconocido, cuyo nombre no menciono simplemente porque en ese caso debería pedirle permiso antes de publicar este post y, como el buen hombre no habla español , debería enviarle el contenido en inglés para que lo revise antes, tarea un poco engorrosa que además alargaría bastante los tiempos. Además, no creo que sea demasiado importante la identidad de la persona, basta con aclarar que es alguien a quien respeto mucho: había leído sus trabajos antes de reunirme con él y me resultaron muy interesantes, también me dejó una impresión muy buena durante la reunión.
La cuestión es que esta persona opera pura y exclusivamente en base a criterios cuantitativos de seguimiento de tendencia, es decir, compra solamente aquello que esté subiendo de precio y vende cuando deja de subir. De ahí la frase que me quedó grabada de nuestra charla: "me gusta el oro porque está subiendo". Esa fue la respuesta que me dio cuando yo le expresaba mis dudas sobre el tema del oro en función de que no me queda demasiado claro qué variables expican su comportamiento reciente.
La cosa es que a esta persona no le interesa para nada en base a qué sube el precio del oro. Tampoco le interesa en absoluto el análisis de soportes, resistencias, figuras, retrocesos de Fibonacci ni nada de eso. Solo le importa que el oro está subiendo, y por eso lo tiene en cartera, si deja de subir lo vende. Tan simple como eso.
La pregunta que seguramente se estará haciendo el lector es: ¿Cómo se determina que el precio está subiendo?. En base a crtierios cuantitativos, es decir matemática pura y nada más. Ellos se definen a si mismos como "quants" que viene de la abreviación de quantitative (cuantitativo) y son, para bien o para mal, la última moda en Wall Street. Un ejemplo bastante simple de este tipo de modelos es el que presentamos en este post sobre el asunto de las tendencias en los mercados financieros.
Hace un tiempo vengo pensando bastante en este tipo de estrategias, y comparto con ustedes algunas ideas sobre el tema:
- Obviamente estos modelos no garantizan de ninguna manera el éxito en cada operación. Aunque sí existe evidencia de que ayudan a obtener en el largo plazo un mejor retorno en términos de riesgo y retorno que una estrategia de buy and hold (comprar y mantener) para diferentes índices.
- Por supuesto que diferentes señales en diferentes momentos pueden resultar más o menos beneficiosas, por eso es importante conocer el historial pasado de éxitos y fracasos de cada estrategia. De esta forma se puede entender bien si una operación determinada salió mal porque algo ha cambiado en el mercado o si la tasa de éxito del modelo se mantiene en el tiempo y simplemente tuvimos una pérdida dentro de las esperables en la estrategia.
- La simpleza del análisis me resulta fascinante: solamente se analizan precios de forma matemática y nada más. No hay que leer balances ni datos económicos, tampoco es necesario andar dibujando gráficos con millones de indicadores y garabatos encima. Tal vez por eso los modelos resultan tan eficientes, porque dejan poco lugar para la subjetividad.
- Cuando hay una pérdida, esta es habitualmente bastante pequeña. Uno entra en algo que dio señal de empezar a subir y sin embargo enpezó a bajar, en ese caso se sale rápido del activo y otra cosa. Esta cuestión de que las pérdidas, cuando las hay , sean pequeñas ayuda mucho a proteger el capital económico, y lo que es más importante aún el capital mental de operador.
- Las pérdidas son siempre pequeñas, pero las ganancias pueden ser muy grandes si se dan las condiciones. Este tipo de estrategias, por ejemplo, hubieran permitido estar comprado en buena parte de la burbuja del NASDAQ del año 2000 o la burbuja del sector financiero que vino varios años después. Cuando la burbuja terminó, y los precios comenzaron a caer , se hubiera producido la señal de venta y el inversor salía del mercado con una jugosa ganancia.
- Ciertas clases de activos son en general poco adecuados para este tipo de análisis, como por ejemplo las acciones de empresas pequeñas y volátiles. Sus precios son propensos a moverse de manera abrupta, y pueden mostrar en ocasiones fuertes gaps al alza o a la baja que las convierten en menos fiable el análisis cuantitativo de precios. Por este motivo, es bastante más común aplicar estar tipo de estrategias sobre índices , lo cual se facilita mucho hoy en día con el crecimiento de los ETFs.
- Los mercados de monedas y futuros se prestan muy bien para estas estrategias. Y permiten además un amplio apalancamiento y bajo costo de operatoria.
- Puede ser muy interesante combinar este tipo de análisis con otras filosofías como la de análisis fundamental. Por supuesto que en algunos momentos se pueden producir fricciones entre ambas estrategias, ya que si uno pretende comprar una acción lo más barata posible, es probable que el precio sea más alto cuando ya dio señal cuantitativa de estar subiendo. Sin embargo, el combinar los beneficios de ambas estrategias no deja de resultarme una posibilidad bastante tentadora.