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Reflexiones sobre la bolsa en 2018 y sensaciones para 2019.

2018 ha sido un año raro para la inversión en bolsa, los precios han bajado mientras los valores han subido. En realidad, en bolsa todos los años son raros, pero este ha sido más de lo normal.

En los bancos se ha notado de manera especial y mientras los precios han bajado un 25-30% o incluso más, los resultados ordinarios han estado aumentando alrededor del 5% que puede considerarse un crecimiento normal en un sector como el bancario, maduro y competitivo. En cambio, si consideramos los extraordinarios y los bancos tienen mucho extraordinario pendiente para aumentar beneficios en un futuro próximo, el aumento de resultados está siendo en muchos casos de doble dígito.

En el resto de empresas ocurre algo similar, aunque en general menos exagerado, mientras los precios han estado bajando, especialmente en el último trimestre, los valores han estado subiendo y dadas las previsiones de crecimiento de las economías donde trabajan, es razonable pensar que los resultados continuarán aumentando, en mayor o menor medida, pero aumentando.

Cuando se produce una bajada en los precios, fuerte y en poco tiempo, como la de 2018 cabe preguntarse si es debida a que los precios estaban muy altos y en consecuencia han corregido para adaptarse al valor, o por el contrario, si en 2018 los precios estaban baratos en un gran número de empresas respecto a sus fundamentales y ahora, después de bajar, lo están todavía más y podemos pensar que, el potencial de la inversión en gran parte de las empresas domiciliadas en España, ha aumentado en 2018.

La bolsa siempre va a su bola y por cualquier motivo sube o baja. La Bajada en España, ha sido porque EE.UU. ha bajado y ha arrastrado a todas las bolsas, o tal vez ha sido por miedo a la guerra comercial o al Brexit o por el endeudamiento, o tal vez por una combinación de todos ellos, o por otros motivos distintos a los mencionados. Kostolany decía que la bolsa sube si hay más dinero que papel y baja si sucede lo contrario, el resto son adornos para llenar páginas de periódicos y entretener a tertulianos.

La cuestión es que los precios han bajado y lo que procede, además de intentar entender por qué ha bajado para que nos sirva de protección en ocasiones futuras es, saber qué hacer en las actuales circunstancias.

Cuando los precios de algunas o todas las empresas se comportan de forma irracional, en el sentido de que no evolucionan conforme lo hace el valor, es difícil tomar decisiones racionales y en las actuales circunstancias, debemos tener claro que los frutos obtenidos por decisiones racionales, probablemente a corto plazo serán malos por precios y esto puede desmoralizar a muchos inversores, dado que una gran parte buscan resultados inmediatos aunque digan que son inversores a largo y posiblemente hasta estén totalmente convencidos de ello.

Una inversión empieza cuando compras y termina cuando vendes, lo que pase entremedias es anecdótico.

Si vendes cuando los precios caen en exceso porque te asustas o entras en pánico, la inversión termina entonces y toca hacer balance que, en este caso, normalmente será negativo. Si los precios caen porque la bolsa está acercando los precios a su valor, es decir, porque los precios estaban demasiado altos, puede tener sentido vender (con beneficios o con pérdidas) antes de que lleguen a tocar el valor, pero si bajan los precios cuando ya están bajos respecto al valor y los resultados de las empresas aumentan y van a seguir aumentando, en caso de hacer algún movimiento solo hay una estrategia posible: ¡comprar! ¡comprar! ¡comprar! aunque seguramente, a corto plazo no vayamos a obtener buenos rendimientos en bolsa.

 

Hay algo que cualquier inversor debería hacer cuando ocurren hechos extraordinarios en la bolsa o cada año. Se trata de escribir las sensaciones y las previsiones propias del momento. No se trata de tener un diario de sesiones pues, en este caso tendremos tanta información que no servirá para nada. Pero lo que hay que reflejar en estos apuntes, no es lo que dice la prensa, ni lo que dice cualquier gestor o inversor más o menos conocido, sino las sensaciones propias, las íntimas. Se trata de una especie de recordatorio para uno mismo, sobre las sensaciones de uno mismo que le servirá para releerlas cada vez que las circunstancias cambien o tengamos dudas importantes sobre la situación de la bolsa. Los momentos de pánico o euforia o simplemente los momentos malos o buenos, no se ven de la misma forma cuando están sucediendo que cuando se recuerdan. Ahora todos sabemos que 2018 fue malo, pero durante el año, había inversores que compraban pensando que la bolsa había caído demasiado y habría rebote. Lo importante es saber lo que pensábamos “antes de”, a huevo visto todos sabemos si eran machos y todos pensamos ahora que sabíamos lo que iba a suceder o al menos que teníamos una buena aproximación.

Ahora hay muchos inversores que piensan que vamos a entrar en crisis, incluso que ya hace tiempo que estamos en crisis y la economía va a dar un vuelco espectacular o lo está dando. Que la inversión en valor ha muerto. Que los bancos se van a quedar sin negocio porque vendrá no sé quién y se lo arrebatará. Que dejarán de fabricarse coches de gasoil y gasolina y los actuales fabricantes de automóviles se van a quedar sin negocio, tal vez porque los nuevos vehículos eléctricos o del tipo que al final se imponga, los fabricarán otras empresas procedentes de otros planetas y el paso de los vehículos actuales a los alternativos se producirá en unos días sin darles a tiempo a adaptarse a los nuevos requisitos. Que cada negocio en el que entra Google va a funcionar y van a expulsar a todos los participantes actuales del sector y a corto-medio plazo, Google controlará totalmente el sector y todos los sectores en los que quiera entrar. Que Amazon controlará la distribución provocando aumentos de beneficios en las empresas de cartonajes, transportes y cualquier otro sector relacionado (como si Amazon fuera a pagar a sus proveedores precios elevados y no tuviera el poder de imponerlos) y al mismo tiempo expulsará del mercado a las actuales empresas que compiten en el sector donde entra.

Todas estas opiniones actuales y las sensaciones (el que sean acertadas o no, es lo de menos) el inversor debería escribirlo junto a su interpretación sobre porque baja o sube la bolsa y su propia previsión de lo que va a suceder, reflejando con detalle sus sensaciones, sus propios miedos y dudas sobre el futuro que tiene en el mismo momento en que escribe. Con el tiempo, al releer los antiguos escritos verá que una parte mayor o menor de lo que esperaba se cumplió, pero sobre todo se dará cuenta de que las sensaciones que tenía, cuando la bolsa subía tendieron a ser optimistas y cuando bajaba tendían a ser pesimistas, también se dará cuenta  que la bolsa no tiene en cuenta las sensaciones propias, sube o baja y al final, a largo plazo, siempre sube. La conclusión a la que probablemente llegará es que, si compra a precios racionales, para ganar dinero en la bolsa, solo tiene que esperar a que las propias empresas lo ganen y cuando más tiempo permanezca en estas empresas que siempre ganan dinero, más dinero ganará en sus inversiones.

La bolsa siempre sube y esto hay que tenerlo siempre presente:

                                                                                     

Escribir las sensaciones propias potencia la experiencia acumulada, pero no se trata de releerlo en el futuro para ver si teníamos razón o no la teníamos, eso no es lo importante, simplemente se trata de conocernos mejor para saber cual es nuestro comportamiento y nuestras sensaciones ante las distintas situaciones que se van produciendo en el mercado. Lo que escribamos hoy nos dará dinero a ganar en el futuro. Si nuestras sensaciones son normalmente acertadas, tendremos que fiarnos más de nosotros mismos, si habitualmente son incorrectas, haríamos bien en hacer lo contrario de lo que pensamos y si unas veces son correctas y otras incorrectas, lo que toca es hacer poco caso a nuestras sensaciones.

Las sensaciones son una mezcla de racionalidad, estudio, experiencia, intuición, subconsciente, lecturas, golpes recibidos, aciertos, etc… y son fundamentales para “atrevernos” a invertir en empresas concretas.

Por mi parte lo he estado haciendo de vez en cuando, no de forma sistemática, pero sí durante mucho tiempo. Cada uno tiene sus propias sensaciones en cada momento y en cada situación de la bolsa, de la misma forma que tiene sus propias circunstancias, miedos, objetivos, etc.. y son únicas, las propias no sirven para otros y las de otros no sirven para uno, esto debe currárselo uno mismo poco a poco, el mercado de segunda mano no funciona de la misma forma que el de primera mano y si vemos las cosas desde la segunda mano, estaremos invirtiendo con las sensaciones de otros que pueden ser interesadas o estar devaluadas. No se trata de despreciar los libros, ni las experiencias de otros … son importantes, pero debemos potenciar las propias con nuestra propia experiencia y hacerlo en el presente, para leernos en el futuro.

La cartera en 2018

2018 ha sido el año que más he perdido en bolsa en los últimos 15 años que, aunque llevo el doble de años invirtiendo, son los que guardo las mediciones de los resultados obtenidos en la cartera. He tenido muchos años con pérdidas, pero siempre habían sido menores que las del Ibex. En 2008 en que el Ibex perdió un -39,43%, mi cartera perdió un -7,72%. En 2010 en que el Ibex perdió un -17,4% y mi cartera un -7,58%. En 2011 en que el Ibex perdió un -13,1% y mi cartera un -6,31%.

Los resultados son los que son y hay que asumirlos en todos los casos, pero comprando y manteniendo, si estás cuando baja, también estás cuando sube y sabemos conforme señalan los gráficos incluidos que la bolsa a largo plazo siempre sube. De esa forma, en 2009 en que el Ibex ganó un 28,9%, mi cartera ganó un 45,56% o en el año 2013 en que el Ibex ganó un 21,4%, mi cartera ganó un 61,09%. Los precios no se mueven con la misma lógica que los valores y eso puede producir desfases, pero antes o después, se corrigen con el tiempo y se imponen los valores. Si vas a la media y tienes suerte, estarás en la media, si inviertes en empresas superiores estarás por encima de la media, pero esto no tiene porqué producirse en todo momento porque los precios y los valores van a distinto ritmo.

En 2018 mi cartera ha perdido un -12,47% y por el efecto de la palanca que utilizo y muevo en función del valor, como este año se ha creado valor y la he mantenido, he perdido un -23,17% mientras el Ibex ha perdido -14,97% y el Ibex con dividendos un -11,51%.

2018 ha sido un mal año para los que invertimos basándonos en el valor de las empresas en vez de fijarnos en los precios pues, mientras el valor subía, los precios han estado bajando. Si inviertes con criterios de valor y tus previsiones son de aumento, actúas en consecuencia. Si lo haces fijándote en los precios, este año habrás tenido ventaja y posiblemente habrás acertado en las inversiones. Pero en cualquier caso, esto no es una carrera anual, es una carrera de fondo y de esto no se muere, ni mucho menos muere un estilo o estrategia de inversión. Son momentos concretos de la bolsa en los que los precios benefician más a unos estilos que a otros. Cada inversor invierte de la mejor manera que sabe, en función de sus conocimientos y circunstancias.

 

Hay que ser prudentes en las inversiones, pero hay momentos en que hay que abandonar la comodidad y tomar riesgos. Las notas tomadas en años anteriores ayudan y sin ser una garantía de éxito, por mi parte, en algunos momentos en que he tomado decisiones radicales me ha ido bien. Tal vez por suerte, pero tenían sentido desde el punto de vista fundamental y confié en mis sensaciones, a pesar de que en su momento, la sensación general era que el riesgo era enorme y las decisiones que estaba tomando no eran las correctas.

En 2007 hice un movimiento radical, entonces había de todo (como siempre) pero las noticias daban la sensación de que en algún momento terminarían los problemas y las sub-prime sería algo temporal que no tardaría en superarse. Las empresas ganaban dinero y tenían previsiones de aumentarlos, evidentemente las previsiones estaban afectadas por la juerga de la euforia vivida y parecía que no nos hacíamos el ánimo de que aquello alguna vez iba a terminar, pero en realidad la juerga había terminado y ya estábamos en plena resaca. Los resultados de las empresas eran muy buenos, pero llevaban demasiados años creciendo mucho y los PER eran altos aunque no excesivos considerando los resultados que estaban obteniendo las empresas. Lo que cabía cuestionarse en aquellos momentos era si las empresas serían capaces de seguir aumentando sus resultados en aquellas circunstancias del mercado real y mis sensaciones eran que tal vez podían seguir, pero en el caso de reducirse, por poco que lo hicieran, el PER quedaría muy alto y tendería a bajar y con él los precios. El riesgo era muy alto y pensé que había llegado el momento de vender.

El movimiento radical lo hice a mitad del año 2007 y consistió en vender casi todo y quedar con un 75-90% en liquidez (normalmente trabajo con el 0% de liquidez), los precios bajaron desde mitad de año y los valores, era previsible que también lo hicieran antes o después. Terminé el año ganando un 5,14% mientras el Ibex ganó un 7,32% y el Ibex con dividendos un 11,25%. Tal vez el movimiento fue precipitado, pero es difícil acertar el momento óptimo. Luego me mantuve en las posiciones de liquidez durante el resto del año 2007 y todo el año 2008. En 2008 los resultados salieron a la luz y se evidenció que los precios estaban muy alejados del valor y bajaron hasta tocarlo, el resultado de la cartera fue del -7,72% mientras el Ibex bajó un -39,43% y el del Ibex con dividendos un -53,19%.

Otro movimiento radical lo hice en 2009, cuando a principios de año pasé en poco más de un mes desde una liquidez del 90% a una liquidez del 0%. También fue precipitado y teóricamente arriesgado, pero esta vez estaba comprando valor a precios cercanos al valor contable y las sensaciones eran muy buenas pues, estaba convencido de que los precios no podían bajar mucho más y harían tope en el valor o tal vez antes. Los precios en 2008 habían bajado mucho más de lo que lo habían hecho los valores y los resultados de las empresas no eran tan malos como señalaban los precios. La cartera bajó hasta mitad de Marzo un -20% en solo un mes o dos, pero estaba todo lo seguro que se puede estar de las compras realizadas y las sensaciones seguían siendo buenas. Aguanté sin miedo y durmiendo tranquilo (y no seáis mal pensados que es verdad). El año 2009 terminó con la cartera en el 45,56% (sin contar la palanca que no utilicé por precaución), mientras el Ibex subió un 29,8% y el Ibex con dividendos un 38,3%.

En 2012 los precios bajaron, pero también bajaron los valores y no hice ningún movimiento especial. En estos casos siempre hay alguien que recomienda entrar porque los precios están baratos y tal vez tenían razón, también hay quien recomienda salir porque el mundo se va a terminar, pero comprar con los valores bajando, no estaba justificado en mi opinión y vender con el valor que tenía acumulado de años anteriores, tampoco le vi sentido. Tocaba aguantar el tirón.

Este año 2018, especialmente durante el último trimestre, he tenido bastante movimiento en la cartera.

Normalmente hago pocos movimientos y procuro que todos sean racionales, sin tener muy en cuenta los precios. No me baso en los precios porque pienso que en inversión, es preferible una buena empresa que una empresa barata. Si los precios han  bajado y los valores han aumentado y seguirán aumentando, el potencial ha aumentado y esto es una oportunidad que hay que aprovechar porque, son momentos que no suelen producirse muy a menudo con esta intensidad. Mis sensaciones a finales de 2018 son muy buenas y estoy actuando en consecuencia.

El movimiento en la cartera no está siendo tan radical como en las dos ocasiones anteriores que he mencionado en el post y esta vez no le he dado la vuelta a la cartera, en total han sido (o serán porque estoy todavía en ello) menos de diez movimientos pero, para una cartera en la que hago entre uno y tres movimientos al año, es mucho. Probablemente no he comprado lo que la mayoría compraría, ni he vendido lo que la mayoría vendería. De hecho, no voy a decir los movimientos concretos que he hecho porque no son los que aconsejaría a nadie y no quiero que alguien se inspire en ellos y luego tenga problemas. Cada uno debe marcar su camino y cuando vas por caminos secundarios, mejor que cada uno elija el suyo.

Antes decía lo de escribir las sensaciones del momento y leerlas en el futuro con situaciones diferentes del mercado. Ahora hay una percepción de la bolsa que recoge mucho riesgo. Creo que dentro de un tiempo veremos la situación actual como un momento en que debimos comprar a saco, aunque la realidad actual es que ahora no se sabe e igual me equivoco. Después de muchos años en esto, uno ya se conoce a sí mismo lo suficiente para poder tomar decisiones que en principio pueden parecer arriesgadas o muy arriesgadas, pero que (creo) que no lo son tanto o simplemente no lo son.

Sin importarme los resultados de un año en el que, desde que me di cuenta de que los precios no iban en el mismo sentido que el valor lo di por perdido, me centré en el futuro y planifiqué algunos cambios en la cartera, dando entrada a alguna nueva y tal vez sacando alguna, pero sobre todo, aumentando y disminuyendo pesos en función de lo que espero para el futuro, sin importarme demasiado la supuesta solidez de cada empresa.

Me da igual lo de coger los cuchillos cayendo refiriéndose a precios que bajan (más caían los precios en 2008 y principios de 2009), me da igual que los que se basan en el gráfico digan que al mercado se va a comprar fortaleza en el sentido de no entrar ni estar en empresas con fuerte tendencia en precios a la baja (a principios de 2009 todas tenían fuertes tendencias a la baja en precios). No son los precios los que deben marcar la inversión, cuando bajan los precios y aumenta el valor, la tendencia real de la empresa no es de bajada, ¡es de subida!, la fortaleza está en el valor y no en el precio.

Me gustan empresas con gran capacidad para crecer en el futuro, pero también me gusta mantener cierto equilibrio en la cartera con empresas sólidas y seguras, aunque en este momento las esté sustituyendo por empresas con mayor potencial y esté asumiendo (supuestamente) un mayor riesgo.

El año 2019 va veremos como es, mis sensaciones son muy buenas y en consecuencia estoy tomando decisiones más o menos radicales, asumiendo más riesgos de los aconsejables que, se perciben como riesgos en el momento de asumirlos, pero que en realidad creo que no son riesgos reales porque creo que son oportunidades. No obstante, según mis cálculos, los precios podrían bajar más, hasta igualar al valor en el entorno del 8.000-8.200, pero no es algo infalible, ni es necesario que bajen tanto, solo es una estimación o aproximación que utilizo como referencia.

El tiempo dirá … las decisiones están tomadas y alguna falta por ejecutar aunque ya está decidida, ahora toca esperar y darle su tiempo de maduración a la inversión.

Pero esto no es ninguna recomendación, solo son reflexiones sobre inversión que, tal vez sirven para mí, pero que probablemente no son válidas para muchos. Es mi opinión, cada inversor debe hacer su propia diligencia y tomar sus propias decisiones de inversión.

Saludos

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  1. en respuesta a Juancarlitos
    -
    #23
    11/01/19 08:56

    No pasa nada, tu sabrás lo que ganas, como lo ganas y como lo mides, solo que me llamó la atención que hayas estado ganando un 30% compuesto, mantenido durante tantos años.
    Podrías ganar mucho más dando clases de inversión. Seguro que habría inversores que pagarían 1M o más por unas cuantas clases y lo digo en serio, sin segundas intenciones.

    Saludos

  2. en respuesta a José Manuel Durbá
    -
    #21
    Juancarlitos
    11/01/19 04:38

    En ningún momento he dicho que tenga un 75% en liquidez, pero no lo tengo en bolsa. Tengo bastante en socimis y algo en metales preciosos.

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