Ayer cayó en mis manos el último número publicado de la revista "INVERSION", revista que yo no conocía muy bien, pero que supongo que muchos de los que recalen aqui conocerán a la perfección dado su marcado carácter bursátil.
El caso es que yo me la compré por el artículo de portada, que rezaba: "¿por qué no acude a un banquero personal?". Dentro del artículo me encontré con un montón de datos interesantes sobre cómo está estructurada la banca personal en España: cantidad de clientes, cantidad de recursos, entidades, servicios, precios... pero, sin embargo, lo que más me llegó al corazón fue la siguiente frase: "el número de clientes que buscan asesoramiento profesional ha crecido con la crisis".. vamos, lo que siempre se ha dicho que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena.
Y ahí es donde me gustaría incidir. Cuando las cosas van bien, todos sacamos pecho, todos somos los grandes gestores de patrimonio (propio o ajeno), todos somos los mejores gerentes de empresa, todos somos unos grandes directores financieros, sin embargo cuando la situación se da la vuelta es cuando empezamos a buscar ayuda, muchas veces, demasiado tarde.
En mi vida profesional he tenido que atender a muchas empresas con grandes rentabilidades, grandes negocios pero sin liquidez. Empresas que me han llegado como simples cadáveres andantes por causa de malas gestiones de tesorería, gastos desorbitados, pagos sin control y endeudamientos temerarios. Empresas con dos coches de alta gama iguales, uno sin utilizar aparcado en el garaje, porque "si compraba dos me salían mejor de precio", coches pagados al contado con cargo a la póliza de crédito.
Muchas de esas empresas se podían haber salvado si, en los momentos buenos hubieran acudido a un asesor financiero que les hubiera implantado una correcta gestión financiera, optimizando todos sus recursos. La mayoría han llegado tarde.
Desde este humilde blog siempre hemos insistido en la necesidad de contar con un correcto asesoramiento financiero y no siempre cuando las cosas vayan mal, de hecho, lo mejor es empezar cuando las cosas van bien, de forma que podamos prever escenarios desfavorables y prepararnos para los malos momentos. Fortaleciendo a la empresa justo cuando puede fortalecerse que es cuando es capaz de generar caja. A ver quién es el guapo que fortalece una empresa con agujeros de tesorería, un endeudamiento al límite y un mercado debilitado.
Por mucho que las ventas sean lo que puedan llevar a la empresa al éxito, si la caja generada por dichas ventas no es reinvertida correctamente, se acabarán las ventas y, con ellas, se acabará la bonanza. Recordemos que aquellas empresas capaces de resistir la crisis que nos ha venido serán las mejor situadas en la rampa de lanzamiento en el momento en que empiecen a llegar los buenos tiempos.
Todo no está perdido, todavía queda mucho por hacer, grandes profesionales con conocimientos para compartir y recursos para casi todas las empresas.
Creo que lo mejor es acabar este post con una frase que ya se ha hecho clásica en este blog: "y usted, ¿ya tiene un asesor financiero?"
Que tengan ustedes unas muy felices vacaciones.
