Cuando se examina la rentabilidad de los mejores fondos y se tiene en cuenta la rentabilidad de los índices total return que incluyen dividendos observamos que la diferencia disminuye considerablemente, por lo que algunos apuestan por los fondos indexados o por ETFs que replican índices y que incorporan en ellos el sesgo de superviviencia (las empresas quebradas desaparecen de los mismos).
Algunas de las mayores fortunas del mundo han sido creadas por gestores. Lo curioso es que muchas de estas fortunas se han generado en un momento en que los inversores ya no tienen que pagar altas comisiones para batir la rentabilidad del mercado de renta variable o bonos del gobierno. Los fondos de gestión pasiva o ETFs no intentan batir al mercado, solo replican los componentes de una clase de activos, por lo que sus comisiones son más reducidas.
Esto los distingue de los fondos de gestión activa en los cuales un gestor trata de seleccionar los activos que va a comportarse mejor que la media del mercado. Dichos fondos tienen costes más altos y, a menos que superen a los mercados a largo plazo, esos costes absorberán el rendimiento obtenido. Si invertimos $ 100.000 a 30 años al 6%, con unas comisiones anuales de 0,25%, la cartera alcanzará un valor de casi $ 535.000; si los gastos anuales son de 1,5%, su cartera solo crecerá hasta $ 375.000.
Incluso los grandes inversores piensan que los ETFs son una buena opción. En su última carta a los accionistas de Berkshire Hathaway, Warren Buffett describe lo que debería suceder con su cartera después de su muerte.
"Mi consejo para el gestor no puede ser más simple: poner el 10% del dinero en bonos del Estado a corto plazo y 90% en un ETF del S&P 500 con bajas comisiones."
Mientras los inversores comienzan a hacer números, la gestión activa está empezando a sufrir la presión de otros sectores, perdiendo su posición de liderazgo. Un informe de los auditores de PwC prevé que los ETFs duplicarán su participación en la industria global de gestión de fondos para el año 2020 desde el 11% al 22%.
Las anteriores generaciones de inversores estaban dispuestos a creer que los resultados obtenidos por los gestores de fondos se produjeron por su capacidad a la hora de gestionar. Ahora ha quedado claro que los beneficios eran el resultado de factores que se pueden replicar. Al igual que los compradores con bajos presupuestos, los inversores están encontrando oportunidades por debajo de las firmas caras, lo que puede dejar sin trabajo a muchos gestores. Hay tres factores que están impulsando esta situación en la gestión de fondos.
El primero es el aumento de los ETFs, es decir, las carteras de activos que replican índices y el comportamiento de las divisas. Alrededor de 2,45 trillones de dólares ahora se invierten en ETFs, frente a solo 425 billones de dólares en 2005, según la consultora ETFGI.
Evolución de la industria de ETFs globales
Fuente: etfgi.com
El sector de ETFs sigue siendo pequeño en relación con la industria de fondos, que gestiona $27 trillones en activos, pero esta diferencia se está empezando a estrechar. Los ETFs americanos recibieron cerca de $ 895 billones de flujos entre 2008 y 2013, en comparación con solo 403 billones de dólares de los fondos de gestión activa, según los datos de Investment Company Institute (ICI).
Una de las razones que han favorecido el aumento de los ETFs es el comportamiento cambiante de los asesores financieros. Históricamente, las gestoras pagan elevadas comisiones por la venta de sus productos, las cuales se incorporan en la comisión de gestión anual. Este sistema crea un conflicto de intereses: los productos que son mejores para los comerciales no son necesariamente los mejores productos para los clientes.
La mejor manera de asegurar la independencia de los asesores es que sean pagados por el cliente, no por el fondo. Pero pocos clientes quieren pagar una comisión por el asesoramiento, siendo que ese coste parece ser gratuito al venir incluido en el coste del producto.
En Gran Bretaña, la introducción de “Retail distribution review (RDR)” en 2013 abolió las comisiones, para explicar el verdadero coste de asesoramiento a los clientes. De forma progresiva, se ampliará el mercado de ETFs. Otros países están siguiendo su ejemplo; versiones del RDR se han creado en la India y Australia, y se están estableciendo en Suiza, Alemania, Italia y Sudáfrica. El informe de PwC estima que para el 2020 los mercados de casi todos los países desarrollados habrán introducido normas que ajusten los intereses del vendedor con los intereses del cliente. Además, algunos inversores tienen la confianza para comprar productos financieros directamente, sin el uso de un asesor, al igual que comprar un seguro online; Internet y el surgimiento de foros, como Rankia hacen que sea más fácil hacerlo.
La segunda tendencia que favorece esta situación es el aumento de los índices alternativos, conocidos como "smart beta". Los índices tradicionales ponderan los activos según su valor: las acciones con mayor capitalización en el mercado son las que mayor peso tienen en el índice. Esta puede ser la mejor manera de medir cómo está funcionando el mercado en general, pero no es el mejor enfoque para la inversión, argumentan los seguidores de los índices smart-beta. Las acciones que suben rápidamente de precio, y por tanto se vuelven más caras, consiguen mayor peso; las acciones que caen, y se ven baratas, tienen una ponderación menor. Los inversores que siguen estos índices terminan comprando caro y vendiendo barato.
Para evitar este problema, los índices smart-beta ponderan las compañías en función de sus ventas o beneficios, o incluso su volatilidad. En cierto sentido, replican lo que los gestores tratan de hacer pero a un coste mucho menor. Aunque algunos descartan esto como una moda pasajera, actualmente alrededor de $ 330 billones se invierte en fondos smart-beta. Towers Watson, una consultora de fondos de pensiones, dice que sus clientes han duplicado su asignación a este sector durante el último año.
Por último, los gobiernos también están presionando a los proveedores de los planes de pensiones corporativos a optar por ETFs. En Gran Bretaña, los gastos de pensiones tendrán un tope de 0.75% al año a partir de abril de 2015. Como parte de un plan para empujar a la gente a sacar las pensiones privadas, el gobierno británico estableció un sistema colectivo llamado NEST, con tasas anuales que equivalen a solo el 0,5%. Estas medidas hacen probable que más inversiones se trasladarán hacia ETFs.
** Este artículo ha sido elaborado tomando en consideración diversas publicaciones especializadas como The Economist