Aquí estamos de nuevo.
Pido disculpas por este parón del blog. Es una cuestión de que los días tan solo tienen 24 horas. Estoy embarcado en demasiadas cosas, tanto en lo laboral como en lo personal, y apenas me queda tiempo para el ocio. Hoy he logrado encontrar un hueco, aprovechando, además, que no será muy extenso el artículo.
Pero antes de continuar, no puedo por menos que contestar a dos