Corren tiempos difíciles para el inversor, aunque, pensándolo bien, puede que resulten no ser tan difíciles. A pesar de estos dos días de bajadas, la bolsas han corregido y han llevado algunas empresas a cotizar a precios atractivos.
Como dice el gran Warren Buffet, “Cuando baje la marea, veremos quién llevaba bañador y quien se bañana en pelota picada”. Solo hacen falta unas jornadas a la baja para ver el nerviosismo de aquellos inversores que no cuentan con liquidez y que vienen a la bolsa a especular en el corto plazo.
Los inversores que invertimos buscando la libertad financiera mediante el ingreso pasivo de los dividendos, vemos una oportunidad donde otros ven pánico. Al igual que le ha ocurrido a muchos inversores, el valor de mi cartera ha caído y, probablemente, pueda seguir cayendo. Espero que ocurra, podremos seguir reinvirtiendo los dividendos cobrados y aumentando los ingresos. Esto es una carrera de fondo.
Así pues, aproveché las caídas para comprar unas cuantas acciones de Ence y aumentar mi posición en la papelera.
Sigo pensando que hay demasiado ruido en torno a la empresa, ruido político. Confío en que al final la fábrica de Pontevedra aguantará mínimo hasta el 2035 lo cual da muchos años de margen a la empresa y posibles nuevos gobiernos. Además, Europa le ha declarado la guerra al plástico por lo que se espera una subida en la demanda y ventas de Ence a la vez que un menor incremento en la oferta a nivel global. Si la empresa mantiene su plan estratégico, puede doblar el beneficio y dividendo de aquí al año 2023, lo cual la convierte en una buena opción para el inversor value.
Con esta compra, alcanzo mi objetivo de inversión de 12.000€ para este año e incremento mi dividendo en 764,00€. No obstante, si se dan las circunstancias, durante el segundo semestre podría adelantar parte de las compras del año 2020.
En la próxima entrada, propondré algunas candidatas que pueden ser una oportunidad para el medio/largo plazo.
Un saludo
Veridiano