El termino emprendedor hace referencia a aquellas personas que cuentan con emprendimiento, actitud y aptitud que le permite a una personas tomar la decision de iniciar nuevos retos, nuevos proyectos. El perfil medio del emprendedor en españa, de acuerdo a una serie de factores, corresponde a un hombre de origen español de algo más de 38 años de edad, con estudios secundarios, formación específica para emprender y nivel de renta situado en el tercio superior. Además, se observa una mayor implicación masculina.
Si analizamos uno a uno estos factores:
Distribucción geográfica de emprendedores
La mayor parte de los emprendedores se encuentran en Madrid, Cataluña, Andalucía y Valencia. Mientras que encontramos la situación contraria en Castilla-la Mancha.
Por lo que España presenta un capital humano distribuido de forma desigual. Pueden ser varias las razones que lo expliquen, localización de la actividad económica, posibilidades que presentan las distintas zonas de alcanzar niveles de productividad, y por extensión, cotas más altas de renta per cápita y bienestar. Junto a esto, hay que tener también en cuenta que no todos los emprendedores renuncian a vivir en su lugar de origen para iniciar un negocio.
A pesar de ello, en los últimos años dicha diferencia comienza a reducirse. Aunque si observamos la distribución por el mapa español, sigue habiendo territorios con falta de apetito emprendedor.
En conjunto, España ha acumulado un crecimiento a lo largo del periodo del 138%, y superior al 80% en todos los territorios.
Edad del emprendedor
Acerca del 80% de los emprendedores españoles tienen una edad comprendida entre los 18 y 54 años. Más concretamente, la mayoría tienen entre 25 y 34 años, esto es, el 38%, mientras que el 26,7% se encuentra entre los 35 y 44 años y apenas el 10% se encuentra entre los 55 y 64 años, así como tan solo el 8% está en la barrera de los 18 y 24 años.
Debido a la crisis, la edad en España ha aumentado. Aunque en general en España no hay edad media para emprender. Con todo, la implicación de los jóvenes de entre 18 y 34 años, es proporcionalmente superior a la de los adultos de entre 36 y 64, ya que los jóvenes siguen creyendo en el emprendimiento como alternativa laboral.
Sexo del emprendedor
En cuanto al sexo, los hombres tienen más iniciativa. Un 81% son varones frente al 19% que son mujeres, difíciles de encontrar cuanto mayor es la carga tecnológica del proyecto.
En cuanto a su edad, el colectivo femenino con mayor presencia esta entre los 35 y los 44 años. Por otro lado, la mitad (48%) de las emprendedoras trabajan en el sector comercio y en el sector hostelería.
No obstante, la diferencia entre hombres y mujeres, se está reduciendo paulatinamente. En 2004 hubo 2,9 de cada 100 mujeres, frente a 7,4 de cada 100 hombres. Esto es, más del doble de hombres que de mujeres se encontraron en una fase inicial de emprendimiento. Mientras que en 2013 la diferencia fue mucho menor (4,2 de cada 100 mujeres frente a 6,2 de cada 100 hombres). Llegando así a un 2014 marcado por un crecimiento de mujeres emprendedoras superior al de hombres, esto, es un 3,2% frente al 2%. Por lo que se acabó el año con 74.798 autónomos más que en 2013, de los cuales 40.628 fueron varones y 34.170 mujeres. Representando la mujer ya un total del 35,1% del total de los registrados en el RETA.
En comparación con la Unión Europea, las mujeres autónomas europeas suponen el 31,5 % casi cuatro puntos menos que en España.
Formacion del emprendedor
En cuanto a la formación, cerca del 32% tiene estudios superiores, diplomaturas o licenciaturas. Mientras que, menos del 3% no tienen estudios, solo el 24% tienen estudios obligatorios, un 22% tienen estudios secundarios o bachillerato y el 19% estudios de formación.
Entre los diplomáticos, son muchos los que han complementado su formación con un master o doctorado, especialmente en áreas de negocios y técnicas.
Por lo que podemos observar como hay una relación directa entre la formación académica y la tasa de actividad emprendedora.
Aspectos sociales del emprendedor
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Por último, resulta interesante ver como el 49% de los mismos trabajaban con anterioridad por cuenta ajena. El 33% ya habían intentado un lanzamiento de negocio con anterioridad, el 7% restante es estudiante, por lo que solo el 9% corresponde a las personas que se encontraban en situación de desempleo.
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En cuanto al nivel de renta, 30,4% superan los 2.400 euros al mes. Por lo que el 77% de los emprendedores empieza utilizando recursos propios, aunque un 27% recurre al apoyo familiar. Tan sólo un 7% ha solicitado financiación bancaria.
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El 95% se ha lanzado a emprender porque ha visto una oportunidad, frente al 6% que lo ha hecho por necesidad.
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Otro factor a destacar, es el medio en cual se desarrolla la actividad emprendedora. Como consecuencia, el estudio refleja que la población urbana se muestra más activa en cuanto a intención emprendedora y en actividad naciente. En cambio, en la actividad consolidada, la población rural ofrece mejores indicadores y la tasa de cierre es menor en este ámbito, hecho que le genera mayor estabilidad durante el proceso de establecimiento.