Es extraordinariamente difícil limitar los poderes que unos pueden acumular, con un sencillo trozo de papel como una Constitución, que es lo que Nick Szabo llama wet code, pues puede ser corrompido para favorecer los intereses de unos a costa de los otros. Esto es en cierta medida que estamos viendo hoy en día en muchos países incluido España. Sencillamente nos faltan mecanismos para limitar el abuso.
La Constitución funciona como una suerte de contrato en la que conocemos más o menos bien los derechos y obligaciones de unos (los ciudadanos) mientras no tenemos la más remota idea de cuáles son las obligaciones de los otros (los gobernantes)
Es este el motivo por el que estamos ante un problema de seguridad de muy complicada solución con las herramientas legales actuales.
Los debuggers
Un debugger (una mala traducción al Español sería un depurador) es la herramienta que cuando programamos nos permite analizar el código y “depurar” los errores (bugs) (o en inglés debug).
Los debuggers se emplean con dry code, es decir con software, el que empleamos para dar instrucciones a una computadora. Siempre he visto a Bitcoin como una forma de limitar el poder de unos frente a otros, es decir, como una herramienta de seguridad, pero nunca como empiezo a verlo hoy, como un debugger de Constituciones.
Si una Constitución es incapaz de poner límites al abuso de unos a costa de otros, Bitcoin lo consigue a base de hacer la deuda pública cara, que es lo equivalente a hacer que los errores de los abusones tengan consecuencias que no paguemos los demás.