La Asociación Nacional de Restaurantes de Estados Unidos publica regularmente un índice con la evolución del sector que se puede consultar en http://www.restaurant.org/, y puede servir como un indicador económico adicional, de cara a analizar las fases expansivas y contractivas de la economía, los momentos de crecimiento y los de recesión y crisis.
Si en el estudio de Bikhchandani, Hirshleifer y Welch, se aplicaba algo tan lógico como confiar en la información y criterio de la gente –¿quién no ha parado en algún área de servicio o restaurante de carretera porque había camiones aparcados?–, en el índice de restaurantes, se puede aplicar la lógica de que cuando uno tiene un puesto de trabajo y confianza en el futuro sale más y gasta más alegremente. Como decía aquella canción de Gabinete Caligari: "Bares, qué lugares tan gratos para compartir..." Mientras que en los momentos de desempleo e incertidumbre económica, por el contrario, la gente prefiere quedarse en casa y trata de ahorrar gastos superfluos.
Puesto que se han fomentado las sociedades pobres en ahorro y ricas en consumo, el indicador puede tener gran utilidad. En el gráfico el Restaurant Performance Index (RPI), que así se llama, muestra cómo el negocio de la restauración ha vuelto a contraerse tras repuntar en los primeros meses del año, señal quizá de que la cacareada recuperación económica que alienta en ciertos datos, los ya famosos y bien manidos brotes verdes, todavía no es percibida claramente en el bolsillo del ciudadano. El gráfico he preferido tomarlo del interesante Calculatedriskblog por ser más legible.
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