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Vivimos en tiempos donde tenemos problemas para ver la verdad (que no toleramos o simplemente negamos) o porque no nos dicen la verdad y nos mienten.  Y eso es un problema para todos, trabajadores, empresarios, accionistas, etc en el ámbito, político, económico, financiero, religioso, jurídico o incluso cotidiano.

La verdad suele fallar por 3 cosas: El legalismo, el discurso, y el engaño.  

Pero antes de analizar por qué falla la verdad, tenemos que definir nuestro marco conceptual.

  • Santificar: Acto de una persona de pretender aparentar ser "el chico bueno" de la película.  No tiene nada que ver con la religión.
  • Religiosidad: Consiste en creer que hablando bonito (retórica) y "cantando" (melódicamente), se puede santificar a sí mismo.  No tiene que ver necesariamente con la religión, pues es cosa distinta.
  • Legalismo: Consiste en crear una serie de reglas absurdas para juzgar apariencia externa de otros, para santificarse a sí mismo.  Reduce la realidad a reglas absurdas que se vuelven doctrinas binarias concretas para gentes de corto entendimiento, y siempre para apuntar el dedo a otros.  No tiene nada que ver con la religión.
  • Discurso: Retórica relativista que borra la línea entre el bien y el mal, donde las palabras en su relativismo absoluto terminan definiendo todo en función del orador y no del ethos (ética que parte de valores morales que diferencian el bien y el mal), generalmente acudiendo al pathos (manipulación emocional para mostrar a determinado bando como el malo, santificando al propio bando).
  • Fundamentalismo: Consiste en no escuchar mientras se aferra a una creencia reducida a reglas legalistas absurdas, mediante la acción de negar, omitir, reprimir o ignorar todo aquello que cuestiona o va en contra de la creencia.  No tiene nada que ver con la religión, porque hay fundamentalismos laicos y ateos.
  • Apostata: No me refiero a lo que la religión enuncia como apostata, sino a aquellos cuya creencia real va contra una determinada doctrina promovida una organización, religiosa o laica, siendo que la persona ejerce un rol en la organización, que al menos en el discurso, empuja la determinada doctrina.
  • Engaño: Consiste en relativizar el discurso (lo que los anglosajones llaman "discurso orweliano") para borrar la fronteras entre el bien y el mal y ajustar el bien para la conveniencia del que habla, para santificar al que habla y justificar lo injustificable.
  • Ideología: Creencia que resulta de simplificar, mediante ideas predigeridas por un ente ideólogo (think tank) determinado, para que el seguidor pueda aplicar la creencia de manera legalista y ciega, con criterios de decisión binarios, sin cuestionar los orígenes del precepto, y sin acudir a las fuentes usadas por los ideólogos y sin aplicar el pensamiento crítico sobre dichas fuentes. No tiene que ver necesariamente con la religión.

Ahora tratemos de analizar el tema de la verdad a la luz de estos conceptos.

Víctima de las creencias

El billonario George Soros apunta que en los EUA hay tres tipos de fundamentalismo: Religioso, político y de mercado.  Yo mismo pude constatar el fundamentalismo de mercado, cuando al hablar con americanos en 2007, indicando que los bancos le estaban haciendo daño a los EUA, cuando dije que el desempleo iba a ser un problema, en un foro de adultos en inglés, donde la gente tenía niveles educativos por encima del promedio popular, y lo que recibí fue bullying continuado de fundamentalistas de mercado, incluso de los moderadores, hasta que decidí largarme y venir a Rankia.  Recibí insultos como "country basher", "socialist", "spammer", "troll" y otros adjetivos pintorescos. 

En foros españoles hay quienes también recibieron bullying de fundamentalistas de mercado, cuando hablaban de la burbuja inmobiliaria antes de que estallara.  Evidentemente ellos decidieron callar, y dejar que tocaran fondo, igual que como hice yo.  Al final miras que la crisis terminó siendo el resultado de aferrarse ciegamente a creencias laicas, doctrinas laicas sin fundamento en la realidad.

La verdad falló por la ceguera fundamentalista, por estar ciegos a la verdad.  Y al final sufrieron la consecuencias de la ausencia de verdad, una crisis causada y promovida por la ideología.  Por esta razón es que la crisis sólo va a EMPEZAR a resolverse cuando los países afectados vayan en contra de TODAS y cada una de las ideologías que les han metido en este lío.  Y al igual que en Star Trek VI: The undiscovered country, descubrir ese país sin la ideología tóxica es algo que le costará mucho a la generación actual, llena de prejuicios ideológicos que causaron la crisis.  El mundo actual es víctima de las creencias, y de la negativa a ver el problema que representan o la negativa de actuar para resolver el problema.

El incentivo del apóstata

¿Cómo es que puede cambiar tanto un país, una colectividad, un grupo, una organización o un individuo para terminar defendiendo todo lo contrario de lo que dice defender?  ¿Es realmente intencional o producto del autoengaño?  Miras al PSOE defendiendo ideas neoliberales, o países donde los socialdemócratas están defendiendo ideas de extrema derecha, comunismo chino de derecha, americanos ateos y rusos cristianos ortodoxos, y otras cosas extrañas.  Ya las cosas no son lo que eran.

Sabemos que en capitalismo, la recompensa por trabajar duro y transformar FÍSICAMENTE insumos inútiles en productos útiles para la sociedad (en economía se llama VALOR AGREGADO), es el dinero.  Pero las finanzas crearon un atajo, recibir dinero, saltándose el trabajo duro.  Y el resultado es que participar en la economía real y trabajar y recibir dinero a cambio de un trabajo útil, se incentiva menos que simplemente meterse en finanzas y recibir dinero a cambio de nada.  No es difícil imaginar a lo que lleva esto.  Jim Rogers lo define como "quitarle a los competentes para darle a los incompetentes, para que compitan contra los competentes".  Y a ese anticapitalismo, muy  comunista en cuanto a expropiaciones bancarias, es a lo que los banqueros le llaman capitalismo.

De igual manera miramos fieles en la religión o dirigentes o pastores o sacerdotes, o altas autoridades religiosas, que no actúan de acuerdo con los valores que predican. ¿Qué empuja a un apóstata de la religión a volverse fieles o dirigentes o pastores o sacerdotes, o miembro de altas autoridades religiosas? Algunos lo hacen por el incentivo económico, pero otros lo hacen para auto-santificarse socialmente, para sentirse buenos mientras hacen cosas malas.  Esa santificación social evidentemente trae sus beneficios.  Unos se santifican mediante el legalismo, otros mediante el discurso, y otros mediante el engaño.  Miramos políticos de países o banqueros y también terroristas haciendo exactamente lo mismo.  Al final la verdad es la que resulta sacrificada.

El premio del financiero que se salta el trabajo duro, es el dinero.  El incentivo del apóstata para corromper es la santificación y los beneficios sociales que ello trae.  

¿Quién es santo de verdad?

¿Qué beneficios sociales trae la santificación (ojo, que no estoy hablando de religión)?

  • Permite actuar en secreto en contra de la doctrina que predica, sin ser objeto de escrutinio.
  • Permite apuntar fallas en otros (tirar la primera piedra) para alimentar el ego al aparentar perfección.
  • Permite crear obras teatrales del bien contra el mal, ajustadas a conveniencia con legalismos, para manipular seguidores, aprovechando la necesidad de creer de la gente, que negará de manera fundamentalista la posibilidad de que el apostata que les dirige, sea traidor a su causa.
  • Crea refugio para traidores, para oportunistas, para vividores, para avaros, y toda clase de lacra social.
  • Brinda reconocimiento social
  • Permite cubrir el peso de una conciencia intranquila, de la culpa por el mal efectuado, por medio del halago que niega su propia maldad.

Está claro que ni los malvados pueden vivir con la conciencia intranquila, ni les gusta sentirse malos, pues les gusta apuntar al ojo ajeno, pero no al propio.  Y la necesidad de los malvados de santificarse es tan fuerte como la necesidad de la gente de creer, ya sea en Dios en alguna de sus formas o nombres o en un sistituto laico o pagano legalista que suele ser vacío de significado.

¿Quién tiene en realidad la autoridad para proclamar la santidad propia o de otros?  El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

Generalmente el más santo es el que no anda proclamando santidad, da enseñanzas llenas de sabiduría (sin legalismos) sin esperar nada a cambio (miras que no busca santidad, sino bienestar ajeno), o el que respalda con hechos (crea bienestar humano y su único premio es el deleite que surge de ello).  Al santo de verdad no le importa el reconocimiento público, no le interesa realmente estar en los libros de historia, ni en los periódicos, ni ser famoso, aunque llegue a estar allí.  Una persona mentalmente sana, suele alegrarse con el bienestar ajeno, de modo que en realidad un santo podría no ser otra cosa que simplemente una persona mentalmente sana.  los enfermos serían los que no soportan ver bocado en boca ajena, ni siquiera en boca de los hambrientos.

Yo quisiera decirte que el que puede santificar a otro eres tú, pero no te lo digo, porque si santificas a otro, corres el riesgo de otorgar santificación a quien no lo merece.  Tampoco te puedes santificar a tí mismo, porque en realidad puedes caer en el error de equivocarte creyendo ser santo. 

Tú no puedes decir si yo soy santo, ni yo puedo decir si tu eres santo.  Eso estará entre tú y tu dios.  Y si no tienes un dios o equivalente, realmente no tienes a quien rendirle cuentas.  Si tu dios tiene intermediario, puedes estar santificando a un malvado.  Y si te santificas o me santifico, probablemente  sea que yo soy un malvado tratando de buscar redención social para seguir con las maldades.

Realmente ser o no santo no importa mucho, porque la verdad sobre tí o sobre mí, tarde o temprano sale a flote.  La gente es consistente en muchas actitudes y no podrán disfrazarlas por siempre.

El juego de los malvados

El juego que juegan los malvados, los oportunistas que usan el legalismo, el discurso o el engaño, suele basarse en un conocido y tóxico juego llamado triángulo del drama.  Es un juego que necesita que alguien, sin ser víctima, se haga la víctima.  Tiene que haber un perseguidor y un rescatista.  Los jugadores se alternan entre los tres roles, y acosan a los demás jugadores justificando sus actos en virtud del desempeño de su papel.  El resultado es catastrófico y deprimente, pues todo el mundo termina tratándose mal ente sí, todo el mundo se siente mal.  Este juego es la causa de muchos problemas humanos, en familia, en el trabajo, y en otros ámbitos.

Puedes ver cómo funciona ese juego en este enlace: The drama triangle: Persecutor, victim and rescuer.

El lema santificador de los que juegan al triángulo del drama y maltratan, es "hago esto porque soy la víctima del mal", "hago esto porque estoy rescatando a alguien del mal", "hago esto porque debo perseguir al malvado".   Es decir "hago cosas de villano porque soy un santo". 

La política

No es difícil mirar hacia atrás y ver que Juana de Arco fue una homicida que mató por la espada y murió por la espada.  No es difícil ver que Richard Lionheart y sus caballeros no fueron más que asesinos que se santificaron en una leyenda.  Violaron el mandamiento de "no matarás" en nombre de Dios, igual que los homicidas de la inquisición.  Miramos a George Bush haciendo la guerra en nombre de Dios.

He had turned to God at the age of 40 as a way of kicking alcoholism, and his faith had kept him on the straight and narrow ever since, giving him the drive to reach the White House. (...)  Those close to Mr Bush say that day he discovered his life's mission.  He became convinced that God was calling him to engage the forces of evil in battle, and this one time baseball-team owner from Texas did not shrink from the task. (...) "We are in a conflict between good and evil. And America will call evil by its name," Mr Bush told West Point graduates in a speech last year.
- Bush puts God on his side

Nos recuerda cuando Hitler en sus últimos momentos le dice a la secretaria de Hitler, no una confesión de arrepentimiento, sino una reiteración de su misión en la vida de poner "solución final".  Todo esto es discurso santificador.  Sólo les faltó componerlo como canción pop o como relato de juglar para volverlo leyenda.

Es el triángulo del drama justificado en una leyenda urbana o en un libro de historia, un relato enfermizo para santificar la agresión.

En la política y la geopolítica moderna se mucho de mira de estos argumentos enfermizos, y todo para hacer el mal, pensando que somos los buenos, creando amenazas esquizofrénicas ilusorias.  El racismo, la xenofobia, la guerra contra el terror suelen surgir bajo el argumento de que aquel de la otra raza o país nos perjudica, simplemente por formar parte de aquella etnia, raza o nacionalidad, nos trae males o nos quita algo.  Esto suele ser usado como distractor para que la población no mire que son los políticos o sus jefes del lobby que les patrocinan el dinero de los partidos (crony capitalism, cuando los políticos favorecen a una élite), y no esos otros, los que han causado la mala situación del país.

El terrorista por supuesto, en su corto entendimiento, también juega mal, porque no sabe que con su conducta le ayuda justificar socialmente la santidad de su enemigo.  

Está el uso del discurso político para promover la esquizofrenia colectiva, donde el político se porta como rescatista, diciéndole al pueblo (la masa) que es víctima, que aquel otro (enemigo real o no, concreto o abstracto) quiere hacerle daño, que es el enemigo, que es una plaga que debe ser exterminada, y les lanza como avispas de colmena a situaciones de agresión. 

Recordemos que la esquizofrenia es una enfermedad mental que aterroriza al paciente, quien siente que le quieren hacer daño.  Y bajo la justificación de buscar seguridad o de hacer el bien, hace daño a otros, y se porta con extrema maldad contra los "malvados".  Allí podemos hablar de la guerra contra el terror o de la estrategia política nicaragüense contra Costa Rica o el uso del holocausto para victimizarse y luego hacer daño al gran colectivo de los palestinos, por supuesto con la ayuda de algunos pocos idiotas terroristas que apoyan el triángulo del drama.

Allí miras engaño al invitar a la gente ignorante y sin pensamiento crítico a participar de un triángulo del drama nacional.  Miras discurso en la retórica de fariseo, pues el político usa el conflicto para encubrir sus corrupciones.  Miras legalismo, donde los que usan barba, o los que son negros, extranjeros, o no cristianos (como en las cruzadas), o judíos, o palestinos, o no rubios de la raza aria, son malvados por pertenecer a un colectivo.

Miras el legalismo político de que es bueno pagar deudas a los financieros, aunque sean ilegítimas, pero no es bueno cobrarle a los financieros el sufrimiento humano que causen al imponer medidas que llevan a la pobreza.  Y esto vale tanto para los niños escuálidos y esqueléticos en Argentina durante los 1990 cuando el FMI sumerge a los argentinos

Religión y ateísmo

En la religión miras el legalismo de los que juzgan por la apariencia, como por ejemplo, "la mujer que usa maquillaje es mundana", "los que celebran cumpleaños con candelas están efectuando un rito pagano".  He visto a cristianos hacer cosas monstruosas, dignas de paganos, como solidarizarse con gentes cuestionables que elaboran materiales que logran escandalizar a investigadores judiciales, y que no respetan la dignidad de la niñez.

Y entre los ateos y los que se oponen a la iglesia también acuden al legalismo victimizador (triángulo del drama) de "si cree en Dios es un malvado de la Inquisición o un abusador de niños" y "si es apóstata del cristianismo es un santo".  Y allí entre los ateos también hay mucha esquizofrenia argumental que da grima.  Y eso hizo que luego de haberme hecho ateo por la falta a la verdad de los fieles apóstatas, me hiciera cristiano de nuevo (de los que leen el libro y creen en un Dios porque todos necesitamos creer en algo superior, eso sí sin intermediarios humanos) por la falta a la verdad de la esquizofrenia de los ateos, que en lo que he visto fueron bastante inquisidores, pues no castigan a los abusadores de niños, o minimizan su presencia, cuando está entre sus filas.  Sé de un británico que estudió científicamente a determinado colectivo ateo, y que fue acosado y su carrera y su vida fue destruida, simplemente por mostrar científicamente que había muchos más abusadores de niños en sus filas que entre las filas de los que ellos mostraban como malvados.  Presumen de tener mente abierta, pero es más cerrada que un bombillo.  Dime de qué presumes y te diré de qué careces.  Igual de monstruosas han sido las cosas que he visto entre ateos, señal de que ha de ser la gente, y no la afiliación, la que tiene su carácter de apóstata.

Entendí que el ateismo es en realidad un signo de que la colectividad se ha corrompido tanto, que la abundancia de corrupción ha alcanzado ya hasta las altas esferas  de todo, ateísmo o cristianismo.  Y la aparente corrupción de un lado se debe simplemente a una ausencia de cobertura mediática que apunte al otro bando igual de corrupto.

Al final lo que significa el cristianismo para mí resultará difícil de explicar, como es difícil explicar lo que es ver a un ciego, lo que es oir a un sordo, o algo tan simple como describir el sabor de una naranja a alguien que nunca ha probado una, por la falta de puntos de referencia comunes.  Y podrán devaluar o malinterpretar mis palabras, y por eso prefiero no explicar los significados personales que tiene el cristianismo para mí.  Lo que trato es de no caer en las trampas que nos alejan de la verdad, y si me pillas cayendo, bienvenido será tu comentario para hacérmelo ver.

Lo que no acepto es que alguien me diga que por hacerse cristiano o ateo, haya pasado de ser malo, a ser bueno.  Ese cuento chino, no me lo trago.

La búsqueda de la verdad

Lo peor es cuando alguien se vuelve fundamentalista, deja de buscar la verdad y se centra en una serie de reglas legalistas para gente de corto entendimiento, y estando ciego ante la presencia de legalismos, discursos y engaños, ataca o ignora lo que no cabe en su cabeza.  Y es peor cuando el fundamentalismo en algún país, organización, colectivo, se vuelve cultural, lleno de orgullos, excepcionalismos, sentimientos de superioridad de algún tipo, y otras cosas que estimulan la ceguera.

El ridículo viene cuando los fundamentalistas pertenecen a un grupo de fans de un equipo de futbol y hacen daño a los aficionados del equipo contrario.  O cuando se pelean los fans de Star Trek y Star Wars.  O cuando se pelean los religiosos y los ateos, o los de una religión contra otra o los de una secta cristiana y otra cristiana.  Absurdo.

La ausencia de "reality check" aleja a la gente de la realidad del pragmatismo.  Y toman decisiones que muchas veces hacen que actúen con verdadera maldad, una esclavitud mental inspirada en la ausencia de verdad.  Y allí fue donde entendí la frase cristiana "la verdad os hará libres" que nos aleja de la esclavitud del legalismo impuesto por otros, del discurso de fariseo o del engaño puro y duro, que nos empuja a finalmente conocer la verdad de las cosas.  Y si no crees en la biblia y lo que dice sobre la verdad, puedes escuchar a Confucio "El camino de la verdad es ancho y fácil de hallar. El único inconveniente estriba en que los hombres no lo buscan".

Corrupciones: ¿son de ellos o de nosotros también?

Tras haber sido ateo, tras cuestionar a los religiosos, encuentro los mismos vicios en los ateos.  Que una cosa es el texto y otra lo que la gente hace con él.  Entendí que el ateísmo prospera cuando la religión se llena de corruptos, y entendí también que el ateísmo está formado por personas del mismo colectivo que conforma la religión, y por ende son igual de corruptos. ¿Adonde estará la verdad?

Entendí que la política está formada por personas del mismo colectivo de los ciudadanos, que en su vida cotidiana son igual de corruptos.  Da igual que un político te robe millones, o que en una oficina te roben el huevo frito o el beefsteak del almuerzo, y te dejan el arroz sin tocar.  Y aunque no lo creas, en Costa Rica te hacen eso, incluso en bancos o empresas multinacionales donde esperarías gente distinta.  He conocido historias de terror sobre robos en oficinas, como el de una joven a la que le robaron el bloc de papeles adhesivos de su escritorio, que es una baratija.  Ni hablar de dejar el teléfono o el anillo en el baño de la oficina, porque puedes darles por perdidos.  

Y si miras cómo puede un banco español quitarle la casa a un parado, y encima dejarle una deuda por una casa que no tiene, que es comparable a la usura de los microcréditos en India, pues tanto los microcréditos como las hipotecas han empujado a gente en India y España respectivamente al suicidio.  No podemos distinguir la brecha entre corrupción ciudadana y corrupción política, ni siquiera entre países.

Claro, la justificación del corrupto en la era de los ladrones es "ellos también son corruptos, ¿por qué yo no puedo hacerlo también?", lo cual no quita que el corrupto sea corrupto.

Da igual que el político se robe millones (ya registrados como dinero público) o que el medio de comunicación evada impuestos (robar antes de que se registre como dinero público).  Ser político o gerente de empresa, empleado público o periodista, no demoniza ni santifica.  Y a veces da grima ver cómo los denunciantes en política a veces tienen los mismos pecados de los denunciados, una cortina de humo para santificarse. 

En  el discurso para santificar está el convertir lo que normalmente se consideraría "mal" en "bien", mediante eufemismos.  Y entonces si una empresa usa bienes del gobierno de forma gratuita para obtener ganancias, ello no constituye mal si se usa los eufemismos legales apropiados (Empresa representante de Toyota envuelta en cuestionamientos).

La gente es honesta hasta que quiere.  Y parece que en muchas situaciones, la gente no quiere.  Esto no distingue entre religión o ateísmo, entre político o empresario, empleado público o privado, entre una anciana con aspecto bonachón o un criminal con aspecto terrorífico, entre un tipo con tuxedo o un indigente en harapos.  Usar el aspecto físico para hacer "profiling" es una forma de legalismo para santificar.

¿Regla arbitraria o antología del aprendizaje de la antigüedad?

He ido descubriendo que mucho de lo que se dice en la Biblia no es una regla arbitraria, sino recopilación derivado del pragmatismo o antología de aprendizajes de la antigüedad (algo completamente no religioso), en un contexto cultural que hay que entender para discernir diferencias culturales, por supuesto, para no ser legalistas.  La modernidad no hace que ya no tengamos que construir sobre cimiento sólido.  ¿Acaso si no creemos en la Biblia, podamos construir en terreno suave sin que la estructura se caiga?  ¿Cambiaron las leyes de la física desde tiempos bíblicos?  ¿Acaso la idea del cimiento sólido ha sido desactualizado por al ciencia y la ingeniería?

"Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa." - Lucas

Hay cosas que nunca pasan de moda, nunca dejan de ser reales y verdaderas, aunque tengamos tablets y computadoras y satélites.  Mucho de la realidad humana sigue siendo igual que hace miles de años, principalmente las realidades de la interacción humana.  Dejar de creer en la gravedad no te hace flotar, y tampoco dejar de creer que "el que a hierro mata, a hierro muere" hace que te libres del karma. La energía contenida en un objeto es invisible y su manifestación visible polifacética no constituye muestra de la verdadera esencia de la energía, el amor de madre es invisible, y sin embargo existen.  De este modo, para el ciego la luz no existe, ¿y por eso deja de ser real?  

La lógica ilógica, la ciencia no científica

El ateísmo me dice que Dios no existe, y los ateos se disfrazan de científicos, pero no me demuestran científicamente cómo es que un ente que no ha sido definido por la ciencia, no existe, una aberración científica, porque toda prueba de hipótesis parte de una definición, y sin ella no puede haber prueba científica de nada. La ausencia de evidencia frente a un experimento científico no diseñado, no prueba la hipótesis contraria, sino la hipótesis nula, que en pocas palabras dice "no sabemos, seguimos sin saber nada".  Dice un conocido y famoso personaje que "el universo no necesita de Dios", pero no ofrece evidencia, una definición de Dios, y luego un diseño de experimento que siga el método científico con evidencia que no lleve a hipótesis nula.

Por ejemplo, imagina que hay una linterna al otro lado del planeta.  No sabes si está apagada o encendida, y sólo puedes evaluar por medios indirectos, porque entre tí y la lámpara está el planeta Tierra.  Primero debes definir lo que vas a estudiar, porque si no, podrías terminar buscando en el vacío de la noche, en una estrella, o en un grano de arena de la tierra bajo tus pies, lo que es una lámpara.  Y si dices que por no ver la lámpara, no existe, estás diciendo una chorrada.  Si dices que por no tener evidencia de que la lámpara no existe, por lo tanto no existe, o que el universo no necesita de la lámpara, y por eso la lámpara no existe, no hay mucho que decir sobre esa conclusión.  ¿Y si haces eso con algo que ni siquiera has definido?  Hay muchas mentiras en el ateísmo, que presume de ser científico para pelearse con la religión, pero comete actos que van contra la ciencia.

En los EUA la disputa entre religión y ciencia viene de la confrontación entre la ciencia y lo que llaman "diseño inteligente" (ID por sus siglas en inglés). El ID es una forma de creacionismo que sostiene que "ciertas características del universo se explican mejor al ser causadas por algo inteligente y no un proceso indirecto como la selección natural".  El ID tiene a sus principales ideólogos en un instituto político llamado Discovery Institute en los EUA, y creen que el diseñador fue el Dios cristiano.  Sostienen que en la naturaleza hay cosas muy complicadas como para ser el resultado de procesos naturales, y por ende asumen que es el resultado de que hubo diseño inteligente, y quieren que no se enseñe la evolución en las escuelas.  Para poder demostrar algo, los ideólogos del Discovery Institute tendrían que definir lo que es "inteligencia" y lo que no lo es, habría que definir qué significa "complejo" y lo que no lo es, y por qué un proceso natural no podría ser "complejo", y tendrían que definir lo que es "Dios" y evidentemente lo que no lo es.  ¿Acaso Dios es el universo, está dentro del universo o está afuera?  Sin estas definiciones no podrían hacer aseveración alguna que indique que la ciencia y la religión se contradicen o no. Ahora bien, si van a definir, ¿qué les hace especialmente calificados para ser ellos los que ofrezcan una definición concreta de un ente abstracto?  ¿Por qué no pueden ser otros?  Esto lleva a una contradicción, porque supondría que los creadores de la definición pueden entender lo que es Dios, lo cual les convertiría en Dios, pero como ellos no crearon el universo, entonces tampoco serían Dios.  ¿No parece un intento de politizar y corromper la religión y abolir la ciencia?  ¿Notamos alguno de los mecanismos que empujan a ocultar la verdad, los mismos vicios de los ateos para probar que Dios no existe?  Convertir a la ciencia en enemigo o tratar de apropiarse de la ciencia para defender ideologías, parece algo inapropiado, que nos aleja de la verdad.

El rol del pensamiento crítico como inicio de la búsqueda de la verdad

El pensamiento crítico, la lógica, sin intermediarios, acudiendo a las fuentes y no a interpretaciones ideológicas predigeridas de gurús, son necesarios para no caer en los trucos de los que faltan a la verdad.  Pero el pensamiento crítico y la lógica son el inicio del camino a la sabiduría y no el final.  Al final el presente, la era de los ladrones, donde se etiqueta a las víctimas de verdad del sistema bajo el adjetivo "idiotas", donde convirtieron todo en cueva de ladrones, nos roba hasta la verdad, y termina siendo una gran prueba para nosotros, descubrir la verdad entre tanta mentira y engaño, preferiblemente sin intermediarios humanos y aprendiendo de los errores ajenos. 

Con la esquizofrenia ideológica, la verdad se diluye en las mentiras relativistas de un juego de palabras de un triángulo del drama, donde todos se pelean y lastiman por las razones más absurdas, y se justifica lo injustificable, y donde la maldad se disfraza de bondad, a conveniencia del orador.

Por supuesto, no es lo mismo verdad que grosería, aunque dependiendo del estado mental, puede confundirse.  Hay verdades que pueden venir en dosis muy fuertes, que nos desengañan brutalmente de las ideologías a las que nos aferramos con todas las fuerzas.  Y también hay groserías que se dicen bajo la excusa de decir la verdad, en medio de los agresivos triángulos del drama.  Y hay que saber hacer la diferencia.

Sobre la esquizofrenia colectiva, se trata de una enfermedad y como enfermedad hace daño, igual que la diabetes o la gripe, y se puede tratar.  Estar enfermo no debe ser causa de vergüenza, pues el pecado no es estar enfermo, sino el NO querer curarse.

Por eso la verdad ofende, en la era de los ladrones.
 

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