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¿Cómo puedo conseguir una hipoteca sin aval?

¿Cómo puedo conseguir una hipoteca sin aval?

¿Estás pensando en pedir una hipoteca? ¿Tu banco te ha comentado que necesitas un avalista? ¡No busques más! En este artículo te explicaremos paso a paso como puedes evitar añadir un avalista, y la importancia de este en las operaciones hipotecarias.
Conseguir una hipoteca sin aval es cada vez más complicado. Factores como la inestabilidad laboral o un cierto endeudamiento, entre otros, pueden hacer que un banco se piense dos veces el concedernos o no, un préstamo hipotecario. 

Sin embargo, en la actualidad, existen opciones para obtener una hipoteca sin necesidad de un aval. En este artículo, exploraremos cómo puedes conseguir una hipoteca sin aval y los factores clave que debes tener en cuenta. 

¡Vamos a ello! 

¿Cómo de importante es un aval? 


Un aval es una garantía que proporciona un tercero (generalmente nuestra pareja o un familiar) para respaldar el préstamo hipotecario al que queremos acceder. Tradicionalmente, los bancos han considerado el aval como un factor crucial para aprobar una hipoteca en personas más jóvenes o con cierto riesgo de solvencia. 

Por tanto, para conocer mejor la importancia del aval, tenemos que conocer su función. Para empezar, el aval proporciona al banco una seguridad adicional a la operación. Si el titular del préstamo (nosotros) no podemos hacer frente a la deuda, lo tendrá que hacer el aval por nosotros

Por otro lado, aunque el banco considere que somos un buen perfil, el aval podría ser utilizado por nuestra parte como una garantía extra para que nos concedan mejores condiciones. 

En otras palabras, si somos un perfil financiero lo suficientemente bueno como para no necesitar aval, y queremos unas condiciones del préstamo más ventajosas, incluir un aval puede hacer también que el banco vea con mejores ojos darnos unas condiciones más favorables

Tipos de aval 


Existen varios tipos de aval que pueden utilizarse para respaldar una hipoteca. Algunos de los más comunes son el aval personal (del que hacemos mención en el párrafo anterior), el aval bancario, o el aval público. 

En primer lugar, el aval personal lo conforma una persona física, es decir, pareja, familia o amigos. Estas personas serán las responsables de la deuda si nosotros no cumplimos con nuestra parte. Además, estas personas deberán ser un perfil financiero que iguale o mejore el nuestro propio, por lo que no cualquier persona es apta. 

En segundo lugar, nos encontramos con el aval bancario. Con este aval, una entidad financiera asegura hasta una cierta cantidad a una persona. Estos avales suelen estar presentes mayormente en alquileres y arrendamientos. 

En tercer lugar, tenemos el aval público. Estos avales se otorgan a modo de becas o subvenciones, es decir, cumpliendo ciertos requisitos y con una finalidad específica. El objetivo final de este tipo de avales es, mayormente, apoyar a grupos de personas que no tienen acceso a ninguno de los dos avales mencionados anteriormente. 

En resumidas cuentas, es importante evaluar cuidadosamente las opciones y elegir la que mejor se adapte a tus necesidades. No siempre es necesario un aval y no todas las entidades financieras y bancos tienen los mismos requisitos

Factores clave para conseguir una hipoteca 


Cuando te lanzas a la búsqueda de una hipoteca sin añadir ningún aval, es fundamental tener en cuenta varios factores que pueden influir en la aprobación de tu solicitud. Aquí están los más relevantes: 

  • Ingresos estables: Este es el factor número 1. Sin ingresos estables no es posible acceder a una hipoteca, ya que el banco considera que no eres apto para una deuda a largo plazo.
  • Ahorro: Los ahorros son importantes. Si bien podemos acudir al banco para que nos concedan una hipoteca, demostrar al banco de que somos capaces de ahorrar es una buena carta de presentación. No es necesario tener el 50% del valor de la casa que nos gusta en metálico. Con un 25% será suficiente. 
  • Estabilidad laboral: Si tenemos unos ingresos recurrentes y, además, un ahorro mínimo, lo único que nos queda para demostrar que somos un perfil confiable es nuestro número de años trabajando y la antigüedad que tengamos en la empresa actual. 
  • Deudas pasadas y existentes: Por último y no menos importante, las deudas y pagos que tengamos será crucial para determinar nuestra capacidad crediticia. Además, un buen historial sin impagos será el sello definitivo que nos dará casi el “check” definitivo. 

Entonces, si reunimos todos los requisitos, ¿Tendremos una hipoteca asegurada? La respuesta es que no. Cada perfil es diferente y también entrará en juego a la edad que tengamos, y el arraigo con el país. Las entidades financieras valoran en gran medida, que se esté lejos de la edad de jubilación y que tengamos un gran arraigo local. 

Luego, el perfil ideal sería una pareja estable joven (20-40 años), ambos con un trabajo de más de 3 años de antigüedad, con un mínimo de ahorros (25%), sin ninguna deuda y un gran arraigo local. 

Por ello, hay ocasiones en las que un aval es realmente, la forma definitiva para conseguir la tan esperada hipoteca. 

¿Qué se debe hacer antes de contratar una hipoteca? 


Antes de comprometerte con una hipoteca, es fundamental realizar una serie de pasos para asegurarte de que estás tomando la mejor decisión financiera. Es de vital importancia que comprendas que una hipoteca es probablemente, la operación financiera más importante de tu vida. 

  1. Evalúa tu perfil: Conociendo tu propio perfil, podrás saber qué necesitas para potenciarlo y así, evitar incluir un aval de forma forzosa. 
  2. Compara ofertas: Nunca escojas la primera oferta, investiga y analiza las ofertas para escoger la que más se alinee con tus intereses. 
  3. Infórmate sobre los trámites: Estar en contacto con notaría, registro de la propiedad, gestoría, y un profesional inmobiliario, te ahorrará quebraderos de cabeza. ¡La información es poder! 
  4. Consulta también a un asesor financiero: Un profesional financiero puede ayudarte a evaluar tus opciones y tomar mejores decisiones. Tener a tu lado a un buen asesor te dará ese plus de tranquilidad de que estás haciendo las cosas bien. Puedes acceder gratuitamente a uno de nuestros asesores aquí: Asesores Rankia.

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En definitiva, para conseguir una hipoteca sin aval, tendremos que primero conocernos a nosotros mismos y evaluar nuestro propio perfil, para después, seguidamente, perfeccionar nuestras debilidades. Así, llegado el momento de la verdad, las probabilidades de que nos pidan añadir un avalista, se verán notablemente aminoradas.
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